Actualmente, en Puerto Rico, se exalta la vida y labor de magnos médicos precursores y fundadores de muchas de las bases de la medicina actual.
La actualidad de la ciencia, la investigación y la medicina, se inspira en la labor del Dr. Ashford, y su legado, “parafraseando lo que todos decimos, celebrad que estamos parados en los hombros de gigantes, uno de esos gigantes es Bailey Ashford, ¿qué se celebra de él?, tenemos una avenida, un salón en el Recinto de Ciencias Médicas, en la biblioteca, tenemos un hospital, existe una escuela que lleva su nombre, pero la gente le da crédito al científico”, confirmó el Dr. Eduardo Santiago Delpín, cirujano y profesor en la Universidad de Puerto Rico y que, hoy por hoy desde su labor como cirujano, exalta la vida científica y la mente de este gran precursor de la ciencia en Puerto Rico.
¿Quién fue Bailey K. Ashford?
Gran responsable de la creación de la Escuela de Medicina Tropical en San Juan, graduado como Médico en la Universidad de Georgetown, en Washington, donde siempre mostró interés por la investigación.
En el año de 1897 se enlistó en el Cuerpo de Médicos del Ejército de Estados Unidos, al que ingresó ostentando el cargo de teniente. Cuando dio inicio la Guerra Hispanoamericana, en 1898, fue enviado a Cuba; es en ese momento en que se ofreció como voluntario a la expedición del general Nelson Miles hacia Puerto Rico, siendo Coronel, y fue allí donde contrajo Malaria.
Debido a esta enfermedad, el Dr. Ashford fue enviado de regreso a los Estados Unidos para recuperarse. Una vez se conoció que no padecía más de esta afección, regresó a la Isla.
Para ese entonces, 7 de cada 10 puertorriqueños sufrían de anemia: “Todo el mundo decía que era un tema de nutrición, y él dijo ‘no, es que hay un parásito, uncinariasis, que se mete por los pies de la gente camina descalza. Ese parásito da la vuelta por el cuerpo, y produce anemia; la gente muere por esto, así que vamos a resolverlo’, ahí está el científico”, confirma el Dr. Santiago Delpín.
El Dr. Ashford y su labor salubrista
Ashford logró bajar la mortalidad por anemia de 14,000 víctimas mortales, a 1,000 decesos por año en Puerto Rico. “Lo que él hizo fue zapatos que llamaban chambonas, y letrinas; con eso resolvió el problema. Porque lo otro que se celebra, que a lo mejor no es lo que la gente conoce, es su labor salubrista, porque él se unió al Dr. Good, y Dr. Gutiérrez, para pelear en la legislatura de aquí, además de eso en las entidades de Estados Unidos, para formar el grupo y llevar la salud a las comunidades puertorriqueñas”, destaca el Dr. Delpín.
Motivado por las cifras y con el respaldo de la Asociación Médica, Ashford logró en 1904 crear la “Comisión de Anemia”, que permitió atender a casi 1,000 pacientes diarios; a quienes además se les orientaba, recomendando el uso de zapatos y la construcción de letrinas para evitar re-infectarse.
Impacto de su vocación en la educación
“Él era educador del técnico, él tenía un laboratorio junto con otras personas, y educaban a los técnicos, pero quizás una parte de su vida que más nos toca a los que estamos acá presentes y al país, es que logró formar una Escuela de Medicina Tropical, y el empuje grande que él tuvo de la colaboración de la fundación Rockefeller, de la Universidad de Columbia y el gobierno de Puerto Rico, fundándola”, confirma el Dr. Delpín.
Hablar de su labor, y de su paso por Puerto Rico, es destacar ese ser investigador y visionario que pudo observar más allá, donde la gente veía menos, y que amplió la medicina de la Isla, de forma que aún se sigue teniendo su teoría, su práctica y su entereza a la hora de defender la medicina.
“Estamos celebrando a uno de los gigantes, sobre cuyos hombros estamos nosotros celebrando hoy día la medicina moderna”, concluyó el Dr. Eduardo Santiago Delpín.
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