La muerte de Jesús revisada por la ciencia desde la medicina forense

Actualmente, la muerte en la cruz, es representada como símbolo religioso, sin embargo, la pena de muerte por crucifixión era bastante común en varias partes del mundo.

Edison Veiga

    La muerte de Jesús revisada por la ciencia desde la medicina forense

    Dejando la religión a un lado, muchas personas dudan sobre la existencia de Jesús, que haya vivido hace 2000 años, donde hoy se conoce como Israel, sin embargo, aparte de ser conocido como una figura cristiana también es visto como un revolucionario que con sus acciones logró molestar al imperio romano.

    La historia conocida al día de hoy, se atribuye principalmente gracias a un prolífico escritor de la época, pionero de la Iglesia cristiana y autor de muchos textos que ahora se encuentran en la Biblia, Pablo de Tarsus.

    Con base en la información representada en estos textos, la primera conclusión es que, sin tener en cuenta la religiosidad derivada de su figura, Jesús fue un condenado político.

    "El Jesús histórico ha conocido una muerte política. La religión y la política están muy unidas, sobre todo cuando se trata de un liderazgo popular", añade Chevitarese.

    Pasión y muerte

    Actualmente, la muerte en la cruz, es representada como símbolo religioso, sin embargo, no era un acontecimiento raro en esa época, "La crucifixión era la pena de muerte utilizada por los romanos desde el 217 a.C. para los esclavos y todos aquellos que no eran ciudadanos del Imperio", explica el politólogo, historiador especializado en Medio Oriente y escritor italiano Gerardo Ferrara, de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, en Roma.

    "Era una tortura tan cruel y humillante que no estaba reservada para un ciudadano romano. Era precedida por el flagelo, infligido con diversos instrumentos, según la procedencia y el origen social de los condenados".

    "La crucifixión no fue una invención romana, pero estaba muy extendida en el Imperio romano. Formaba parte de una rutina dentro de los territorios que ahora llamamos Israel", señala Chevitarese.

    "Aproximadamente 40 años después de la muerte de Jesús, cuando Jerusalén fue tomada, miles de judíos fueron crucificados", agregó.

    Los Evangelios narran las últimas horas de Jesús, detallando su sufrimiento

    Según la biblia, fue trasladado de un lugar a otro durante estas horas de juicio, con algunas vacilaciones por parte de las autoridades. No obstante, Chevitarese dice que históricamente esto no puede ser cierto, porque, de acuerdo con los relatos, Jesús fue asesinado la víspera de la Pascua judía.

    "La fiesta de Pascua es una fiesta política, porque es cuando se celebra el paso de la esclavitud a la libertad, la salida del pueblo hebreo de Egipto a la 'tierra donde fluye la leche y la miel'", indicó el historiador.

    Los cuatro pilares que defendía Jesús

    El primer pilar del reino defendido por Jesús fue la justicia. No solo la justicia, sino la justicia divina.

    "Se refirió a Dios como su padre, su padre celestial. Esta justicia equilibrada, por supuesto, se oponía a otro reino, el que ya estaba instalado y que dominaba Judea: el de los romanos", compara el historiador.

    "Él está diciendo: aquí en mi reino hay justicia; el de César es el reino de la injusticia".

    El segundo pilar fue que Jesús proclamó un reino de paz, también en oposición al Estado bélico de gobierno impuesto por los romanos, un imperio que avanzaba sobre otros pueblos.

    El tercer pilar es la comensalidad: comida, bebida, abundancia en la mesa de los pobres, de los campesinos.

    Finalmente, el cuarto pilar Jesús habló de un reino de igualdad, con la participación de todos. "El ministerio de Jesús es tanto de hombres como de mujeres", señala el historiador.

    Persecución de Jesús

    Por sus acciones, las autoridades romanas que servían en la región ya estaban mapeando los movimientos de Jesús, así que encontraron la oportunidad perfecta cuando decidió entrar en Jerusalén.

    "Lo vieron crear confusión en el templo, en vísperas de la Pascua, con la ciudad llena de judíos provenientes de las regiones más diversas y pensaron: rápido, a ese hombre hay que arrestarlo, crucificarlo", dice el historiador.

    Muerte en la cruz

    Los condenados a la cruz, tenían como finalidad no ser sepultados, generalmente, la crucifixión era el castigo para los esclavos que atentaban contra la vida de sus amos y los que participaban en rebeliones. Además de todos aquellos que no eran ciudadanos romanos, como Jesús.

    "Aún en vida, en la cruz, las rapaces ya empezaban a comerse a los condenados. Tres o cuatro días después, la carne de este individuo, pudriéndose, caía de la cruz y los perros y otros animales terminaban de hacer el trabajo", contextualiza Chevitarese.

    Según estudios realizados a principios de los años 2000 por el médico forense Frederick Thomas Zugib, profesor de la Universidad de Columbia y expatólogo jefe del Instituto Médico Legal Ya suspendido en la cruz, los pies de Jesús también estaban fijados con clavos, los cualesedían 12,5 centímetros de largo.

    Argumentando que Jesús había sido clavado en las manos, pero no en el centro de la palma, sino justo debajo del pulgar. Estas perforaciones, por llegar a nervios importantes, habrían provocado un dolor insoportable y continuo.

    El estudio también sugiere que las posibles causas pudieron ser asfixia, infarto y shock hemorrágico. Su conclusión es que Jesús tuvo un paro cardíaco por hipovolemia, es decir, la considerable disminución del volumen sanguíneo después de todas las torturas y las horas clavado en la cruz. Por lo tanto, habría muerto de un shock hemorrágico.

    "¿Cuánto tiempo tarda un individuo en morir así? Muere de calambres, que atrofian sus músculos y le hacen morir por falta de aire, con muchos dolores, dolores tremendos en todo el cuerpo", narra Chevitarese.

    ¿Qué pudieron causar las torturas previas a su muerte?

    Las personas que eran condenadas a ser crucificadas, solían recibir 39 golpes con un látigo, lo que un estudio del Dr. Zugibe sugiere que esto daría lugar a temblores e incluso desmayos, un cuadro de hemorragias intensas, daño en el hígado y el bazo, acumulación de sangre y líquidos en los pulmones.

    En el camino hacia el calvario, no había límites para la tortura, podían ser golpeados, ridiculizados, víctimas de una intensa violencia. Los relatos bíblicos afirman que a modo de burla, le habían clavado una corona de espinas en la cabeza de Jesús.

    Por ello, el Dr. Zugibe,  las heridas provocadas por esta espina en la cabeza podrían, más que provocar un sangrado intenso en la cara y el cuero cabelludo, llegar a los nervios de la cabeza, provocando un dolor insoportable.

    Sepultura

    Chevitarese sostiene que la crucifixión de Jesús, ocurrió contrariamente a lo que narra la Biblia, ocurrió lejos de los testigos presenciales, precisamente porque todo se habría hecho con rapidez y para no provocar una revuelta de la población.

    "Los crucificados no eran enterrados. Se quedaban en la cruz y, aún con vida, las aves de rapiña ya sabían que no podían moverse. Y se comían sus ojos, la nariz y la mejilla, atestada de aves rapaces comiéndose el cuerpo aún vivo", explica.

    "Históricamente, los crucificados no eran enterrados", aseguró. "Teológicamente, está claro que Jesús necesitaba ser enterrado, para luego resucitar", agregó.

    "El cuerpo pasaba unos días allí, cuatro, cinco días, colgado. La carne comenzaba a pudrirse. Se caía. Se desmoronaba. Los perros y otros animales aprovechaban los restos humanos para hacer su festín", concluyó.


    Fuente consultada aquí.



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