Urolitiasis, colelitiasis y apendicitis: Las causas más comunes de dolor abdominal durante el embarazo

El dolor abdominal durante el embarazo suele ser normal, pero es importante descartar causas patológicas obstétricas y no obstétricas.

Laura Guio

    Urolitiasis, colelitiasis y apendicitis: Las causas más comunes de dolor abdominal durante el embarazo

    Muchas mujeres experimentan dolor abdominal durante el embarazo. Aunque la mayoría del dolor abdominal durante el embarazo es causado por procesos fisiológicos y anatómicos normales, las causas patológicas obstétricas y no obstétricas del dolor abdominal deben excluirse al evaluar a estas pacientes. 

    El embarazo altera los rangos normales de pruebas de laboratorio, desplaza la anatomía de los órganos abdominales y cambia el análisis de riesgo/beneficio al planificar pruebas y procedimientos, por lo cual, evaluar el dolor abdominal en la paciente embarazada es especialmente desafiante.

    Estas son las siete causas de dolor abdominal más comunes no obstétricas

    Apendicitis: La apendicitis en mujeres embarazadas ocurre con la misma frecuencia que en mujeres no embarazadas de la misma edad. 

    Sin embargo, la posición anatómica del apéndice y la localización del dolor abdominal cambian durante el embarazo, lo que puede retrasar el diagnóstico. Si no se diagnostica a tiempo, la apendicitis puede ser fatal.

     La apendicitis rupta, una complicación potencial de un diagnóstico tardío, se asocia con un riesgo del 30% de pérdida fetal, frente al 3-15% sin ruptura.

     El ultrasonido y la resonancia magnética son las modalidades de imagen preferidas para el diagnóstico, y se recomienda el manejo quirúrgico en lugar de la gestión conservadora sólo con antibióticos.

    Síndrome de HELLP: El síndrome de HELLP (hemólisis, enzimas hepáticas elevadas y plaquetas bajas), relacionado con la eclampsia, causa dolor abdominal en el cuadrante superior derecho, acompañado de náuseas, vómitos y alteraciones del estado mental en casos graves. 

    Se caracteriza por hipertensión, sensibilidad abdominal y alteraciones en los análisis de sangre, como elevación de transaminasas, plaquetas bajas y hemólisis.

     En cuanto al manejo, incluye control de la presión arterial, prevención de convulsiones y corrección de coagulopatías, ya que sin tratamiento puede llevar a infarto hepático o ruptura.

    Colelitiasis: Las mujeres tienen el doble de riesgo que los hombres de desarrollar colelitiasis. Los niveles elevados de progesterona durante el embarazo aumentan el riesgo, ya que esta hormona causa una disminución de la contracción de la vesícula biliar y la estasis biliar. 

    La colelitiasis es una de las anomalías más comunes encontradas en la ecografía junto a la cama, con el examen ecográfico que tiene una sensibilidad del 95 % en el diagnóstico de cálculos biliares. 

    Los pacientes sintomáticos a menudo experimentan cólicos biliares (es decir, dolor abdominal postrandial intermitente en el cuadrante superior derecho con náuseas y vómitos asociados). Dependiendo de los síntomas y los factores de riesgo, los pacientes pueden ser monitoreados o someterse a una colecistectomía.

    Colecistitis aguda: Es una inflamación repentina de la vesícula biliar, generalmente causada por cálculos biliares, que provoca dolor abdominal intenso, náuseas y vómitos. 

    Aunque las guías recomiendan tratamiento quirúrgico para las mujeres embarazadas diagnosticadas, independientemente del trimestre, muchas se manejan inicialmente de forma conservadora con antibióticos, lo que aumenta el riesgo de complicaciones materno-fetales. 

    En casos de sepsis, íleo o perforación, se requiere cirugía de emergencia, lo que puede reducir el riesgo de parto prematuro y complicaciones graves.

    Infecciones del tracto urinario: Las infecciones, como la bacteriuria sintomática y asintomática, son más comunes durante el embarazo

    La estasis urinaria causada por el aumento de la progesterona y la presión sobre la vejiga por el útero aumenta el riesgo de infecciones urinarias. El dolor abdominal suprapúbico con disuria, urgencia y frecuencia a menudo ocurre.

    La bacteriuria no tratada en el embarazo puede conducir a la pielonefritis, que es la principal causa de shock séptico en el embarazo, y al nacimiento prematuro o bajo peso al nacer.

    Urolitiasis: Es la  formación de cálculos en el tracto urinario, es una causa común de hospitalización por dolor abdominal no obstétrico en mujeres embarazadas, debido a factores como la reducción del peristaltismo ureteral y la hidronefrosis fisiológica.

     La ecografía renal y de la vejiga son las pruebas de imagen iniciales. El manejo debe incluir control del dolor, evitando los antiinflamatorios no esteroides en favor de opiáceos, y prevención de la deshidratación.

    Se requiere intervención quirúrgica en casos de dolor intenso, vómitos persistentes, fiebre, complicaciones obstétricas, cálculos grandes o empeoramiento clínico.

    Obstrucciones del intestino delgado: Las obstrucciones intestinales del intestino delgado (SBO), incluida la intususcepción, son causas comunes de dolor abdominal no obstétrico en mujeres embarazadas, siendo las adherencias de cirugías previas, como cesáreas, responsables del 50% de los casos. 

    Es crucial mantener un alto nivel de sospecha y realizar imágenes si se sospecha isquemia intestinal. La resonancia magnética puede ayudar a identificar la causa de la obstrucción. 

    El tratamiento conservador es posible en casos de SBO por adherencias, mientras que el vólvulo y las hernias internas requieren cirugía. El vómito asociado con SBO a menudo se confunde con hiperemesis gravídica.


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