En Puerto Rico nadie es indiferente a los hermanos Jacobo y Javier Morales, dos boricuas que han contribuido al país desde las artes y la ciencia.
Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública
En Puerto Rico nadie es indiferente a los hermanos Jacobo y Javier Morales, dos boricuas que han contribuido al país desde las artes y la ciencia. Aunque el rumbo de sus vidas parece distante, lo cierto es que ambos se caracterizan por su alta sensibilidad, carisma y compromiso por la población boricua.
La familia Morales es una familia de artistas, filósofos y sabios. La cultura que se respiraba en su hogar y en las calles del Viejo San Juan fueron el vínculo que los unió con la sociedad y les dio las herramientas para convertirse, sin saberlo, en destacados hombres para la sociedad puertorriqueña. Su labor no se limita a los campos de sus respectivas profesiones.
Javier es el hermano menor de esta familia cultural, sin quedarse atrás. Como él mismo se denomina “soy la oveja negra de la familia porque todos son artistas menos yo”. Una oveja negra que nada tiene que envidiar y al contrario, muchos motivos para también enorgullecerse. Su labor social la realiza desde la medicina, ya que es un reconocido pionero de la investigación del VIH y el primer médico en detectar el primer caso de sida en Puerto Rico, paradójicamente el virus que más artistas le ha arrebatado a la nación boricua.
Tal vez, esa intuición que tienen los artistas y la observación de los aspectos más sutiles de la vida, le permitieron al Dr. Javier Morales convertirse en uno de los mejores investigadores boricuas. En una época en la que la infectología se inclinaba a estudiar condiciones como la hepatitis, el estudio del VIH era considerado una rareza. Sin embargo, gracias a esta decisión, el galeno pudo participar de numerosos avances y reconocer el proceso de transformación del virus dentro de la ciencia médica, una oportunidad que sin duda volvería a repetir.
En el laboratorio Clinical Research, lugar de trabajo del Dr. Javier Morales desde 1991, se llevan a cabo análisis y ensayos clínicos que buscan mejorar la condición de los pacientes afectados por VIH o sida, cuyas condiciones económicas no siempre les permiten pagar tratamientos costosos y efectivos. “Mi personal, todos con certificaciones en VIH, sabe que a nadie se le niega una orientación. Yo hablo con mis pacientes para que compren tiempo, para que vivan”, reitera el Dr. Javier Morales.
Pero la importancia de los días bien vividos, la trascendencia de días y horas, no es ajena a este reconocido especialista. “Nadie en Puerto Rico quería atender estos pacientes (pacientes afectados con VIH). Sólo se sabía que se transmitía a través del sexo y la sangre, como la hepatitis B. Los hospitales les cerraban las puertas. El doctor Donald Francis, del CDC, a quien conocí, dice que hay que hacerle pruebas de hepatitis B a toda las pintas recolectadas en hospitales y bancos de sangre, pero esto no progresó por la pérdida de dinero. Mucha gente se contagió. Se tardó dos años en implantar la prevención”, comenta el galeno a la revista MSP.
Jacobo y Javier Floral Park
Dos años de pérdidas humanas, hoy son compensados por miles de personas que reciben un tratamiento eficaz que les permite llevar una grandiosa calidad de vida. Aunque al respecto, el destacado médico reconoce: “Creo que al VIH no lo conocemos completamente; lo estamos cercando, evitamos que el virus madure. Estamos en el comienzo de la erradicación del virus, ya se ve que no es imposible vencerlo, pero va a tomar tiempo. Quiero estar aquí hasta que el mal sea erradicado. Lo importante es que el futuro de un paciente positivo es mucho más esperanzador”.
Su exhaustiva labor, hoy permite que incluso los médicos puertorriqueños se eduquen en el VIH, ya que cuentan con una facultad especializada en esta patología y otras áreas de la medicina que requieren más especialistas. La iniciativa es un grano de arena en un factor que influye en la atención de la salud en la isla. Bien es sabido que hacen falta numerosos médicos subespecializados para cubrir los casos en la isla en la que la medicina convencional requiere un mayor apoyo y conocimiento.
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Los nombres de los hermanos Morales también están ligados a una oposición firme al gobierno estadounidense y al deseo de construir a Puerto Rico como una nación totalmente independiente. Una contradicción aparente, pues tras sus inequiparables logros se esconden inicios de una familia humilde y labrada por su propio pulso.
Desde las perspectivas amplias y contradictorias, la preocupación fundamental de los hermanos Morales es la superación de las innumerables crisis que sortea la isla. Para Jacobo, creador y actor de obras de teatro y shows televisivos, de esto se define como una enorme falta de humanidad y de interés real de los gobernantes por la población puertorriqueña. “En las situaciones límite, que indefectiblemente van a llegar, habrá muy poca gente capacitada para sacar a nuestro país del atolladero. Y todo esto tiene su origen ahí”. El Dr. Morales no difiere de la opinión de su hermano.
Doctor Javier Morales de niño y su hermano Jacobo Morales
Jacobo, el hermano mayor, es uno de los grandes e inigualables cineastas de la isla. Su nombre es reconocido por dar inicio a una de las célebres épocas del cine puertorriqueño con el filme “Dios los cría” (1980), una producción que hace parte de la lista de las mejores 25 películas latinoamericanas y “Lo que le pasó a Santiago” (1990), película boricua nominada al Oscar en mejor lengua extranjera.
Con una larga trayectoria entre el deporte, la radio, la literatura y las artes visuales, hoy en día se dedica a la construcción social desde las letras y las imágenes.
Debemos ya comenzar de una vez a fomentar la sensibilidad humana en la vida diaria y en el poder político. Para mí es una lógica tan básica. Y eso se podría conseguir tratando con educación y decoro a todo el mundo y obligando con ello a que los demás se comporten igual. Si en el comportamiento entre humanos va desapareciendo esos rasgos de la personalidad como el materialismo, el egoísmo y el individualismo poco a poco, desaparecerá al mismo ritmo la insensibilidad entre los seres”, afirma con un profundo convencimiento durante esta entrevista con la Revista Medicina y Salud Pública.
El tiempo es una ilusión. Bien lo sabe Jacobo, un hombre que no niega su ideología, ni su fe en el cambio social.Y que sigue confiando en la cultura como una tabla de salvación para un país que ni se hunde, ni sale a flote. “ Puede parecer extraño, pero en cierta forma me alimento de la sensibilidad del ser humano independientemente de su ideología. Y es que actuamos en contra de nosotros mismos, de nuestros propios intereses cuando dejamos que estas situaciones intervengan en nuestras acciones”, menciona el también poeta y escritor amante de Gabriel García Márquez. “Y no por creer en lo que creo”, explica.
Esperanza, fe y convencimiento. Estas son las palabras que definen el momento actual de los hermanos Morales, quienes recogen los frutos de una vida llena de éxitos y de un intenso trabajo social desde las artes, la filosofía y la medicina. Los pilares esenciales de una sociedad más equitativa y orientada al progreso desde cualquiera de sus entornos.
https://medicinaysaludpublica.com/el-adn-de-dos-protagonistas-de-las-artes-y-las-ciencias-puertorriquenas/