Rol de la actividad física en la prevención y tratamiento del cáncer colorrectal

La recomendación de actividad física o ejercicio se puede considerar una receta en la cual se prescribe el tipo de ejercicio, volumen o cantidad, frecuencia, intensidad con metas y precauciones.

Gerardo Miranda Comas, MD

    Rol de la actividad física en la prevención y tratamiento del cáncer colorrectal

    El cáncer colorrectal es el segundo cáncer más común en Puerto Rico después del cáncer de seno en las mujeres y cáncer de próstata en los hombres. Debido a múltiples factores que incluyen detección temprana y disponibilidad de tratamientos efectivos la supervivencia del paciente de cáncer ha aumentado en las últimas décadas. El aumento del número de sobrevivientes, quienes tienen mayor riesgo de muerte prematura, enfermedad crónica y pobre salud, ha arrojado interés en encontrar métodos para mejorar su calidad de vida. Uno de estos métodos es la actividad física o ejercicio. Aproximadamente 1/3 de adultos no cumplen con recomendaciones de actividad física, independiente de su estado de salud, por lo que la receta de ejercicio no debe faltar durante la evaluación del paciente de cáncer.

    ¿Qué se considera ejercicio? Actividad física se define como movimiento corporal que trabaja los músculos y requiere gasto energético. La misma puede ser una actividad ocupacional o recreativa. Mientras que el ejercicio es una actividad física estructurada y planificada, que puede medirse con diferentes parámetros como tiempo e intensidad. Caminar, correr, bailar, nadar, yoga, y trabajar en el jardín son ejemplos de actividad física. Algunos de los beneficios incluyen: control de peso, reducción del riesgo de enfermedad cardiovascular, reducción del riesgo de diabetes y síndrome metabólico, reducción del riesgo de algunos tipos de cáncer como el cáncer de seno y colorrectal, fortalecimiento de huesos y músculos, mejoraría de la salud mental y estado de ánimo, mejoraría en la capacidad de llevar a cabo actividades de la vida diaria y prevención de caídas, y aumento de sobrevida. Adicionalmente, el ejercicio brinda beneficios al paciente de cáncer, específicamente en la prevención por medio de los siguientes mecanismos: mejora el perfil de marcadores biológicos, mejora la sensibilidad a insulina, promueve cambios en mediadores de inflamación, estimula cambios en estrógeno, progesterona, y andrógenos, reduce la grasa y el índice de masa corporal, mejora la función del sistema inmune. En estos pacientes el ejercicio es seguro y efectivo en mejorar su capacidad aeróbica, aptitud física, composición corporal y calidad de vida, antes, durante y después de tratamiento con quimioterapia o radioterapia. Algunas precauciones se deben de considerar a la hora de recomendar un programa de ejercicio en el paciente post-operado, como en el paciente con colostomía, pero en general un programa individualizado es seguro.

    La recomendación de actividad física o ejercicio se puede considerar una receta en la cual se prescribe el tipo de ejercicio, volumen o cantidad, frecuencia, intensidad con metas y precauciones. El tipo de ejercicio se define por el parámetro de aptitud física que mayormente trabaja como la capacidad aeróbica, fuerza o potencia, balance, flexibilidad o como en la mayoría de los programas comprensivos, una combinación. La recomendación es realizar 150 minutos de ejercicio aeróbico a intensidad moderada a la semana o 75 minutos de ejercicio aeróbico a alta intensidad a la semana. Por cada minuto de ejercicio de alta intensidad se cuenta dos minutos de intensidad moderada para el total semanal. Ejemplos de ejercicio aeróbico con caminar, correr, nadar, bailar, correr bicicleta y jugar tenis. Otra forma de medir el volumen es contabilizar el número de pasos diarios completados donde se recomiendan entre 7000-10000 en el adulto, o por lo menos 4000 pasos diarios en el adulto viejo. La intensidad se puede determinar por varios métodos, algunos mas sofisticados que otros, pero uno muy práctico es la prueba del habla que califica una intensidad vigorosa o alta cuando la actividad no le permite a la persona completar una oración en voz alta sin tener que pausar para coger aire, una intensidad moderada cuando la persona no puede cantar, pero si hablar algunas oraciones sin pausar, y una intensidad leve cuando la persona puede cantar. Los otros tipos de ejercicios como fortalecimiento o resistencia, balance y flexibilidad se deben de realizar 2-3 veces por semana. Los ejercicios de fortalecimiento con resistencia con cuerpo propio, bandas elásticas, pesas libres, máquinas de gimnasio deben de trabajar los grupos grandes musculares en sesiones de 2-3 ejercicios por área del cuerpo trabajando 2-4 sets de 10-15 repeticiones. Los ejercicios de flexibilidad pueden incluir estiramientos estáticos y dinámicos mientras que los ejercicios de balance pueden incluir una combinación de ejercicios de resistencia y flexibilidad como se ve en Taichí, yoga y pilates.

    Existen muchos programas de ejercicios que combinan las modalidades recomendadas por lo que las recomendaciones arriba mencionadas se basan en guías establecidas para combatir la epidemia de inactividad física que se presenta hoy día. Por lo que lo más importante es planificar, ejecutar y medir la actividad física o ejercicio para que forme parte del estilo de vida de todo individuo especialmente en aquel o aquella paciente o sobreviviente de cáncer.  



    Más noticias de Fisiatría