Desencadenantes, hidratación y dieta sin colorantes: Recomendaciones de paciente con dermatitis atópica

Una paciente de dermatitis atópica y estudiante de medicina, habló sobre los desafíos de vivir con la condición y la importancia de un enfoque proactivo en su manejo.

Laura Guio

    Desencadenantes, hidratación y dieta sin colorantes: Recomendaciones de paciente con dermatitis atópica

    La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que afecta a millones de personas en todo el mundo, causando picazón intensa, enrojecimiento y brotes recurrentes que pueden afectar la calidad de vida de quienes la padecen.

     En Puerto Rico, esta condición no es ajena, y la humedad tropical, combinada con factores genéticos y ambientales, contribuye a la prevalencia y agravamiento de los síntomas.

    Por lo mismo, en el marco del evento "Dermatitis Atópica: El impacto de una acción proactiva", organizado por la Alianza de Apoyo al Paciente de Dermatitis Atópica y la Revista MSP, la paciente Julianna Muñoz Silva compartió su testimonio y ofreció recomendaciones valiosas para tratar esta compleja condición de la piel

    Julianna recordó cómo su condición comenzó desde temprana edad: "Me cuenta mi mamá porque yo no me acuerdo, cuando yo tenía como 4 o 5 años yo fui lactada full time desde bebé hasta más o menos esa edad y cuando termina mi lactancia es que comienzan mis problemas de la piel". 

    Según la joven, los brotes de dermatitis atópica se volvieron una constante durante su niñez, afectando áreas sensibles de su cuerpo, como delante de codos y atrás de las rodillas.

    El calor y la humedad: Factores desencadenantes

    El calor y la humedad son dos factores ambientales que pueden agravar significativamente los síntomas de la dermatitis atópica, especialmente en lugares con climas cálidos y húmedos como Puerto Rico, ya que el sudor y la fricción pueden irritar la piel y desencadenar inflamación. 

    A lo largo de los años, Julianna aprendió a identificar los factores que empeoraban su condición, como las altas temperaturas y la humedad del clima tropical.

     "Acá hace calor todo el tiempo, y hace sol todo el tiempo, acá es verano todo el año pero en verano es mucho peor definitivamente", comentó, añadiendo que las actividades físicas y el sudor también intensifican sus brotes.

     "Cuando hago ejercicio y sudo, pues también se me activa, es bien importante hidratar la piel, cambiarnos esa ropa sudada y utilizar las medicinas que me recomendó mi dermatólogo."

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    El rol de la alimentación y los colorantes en las exacerbaciones

    Una de las lecciones más reveladoras en su camino fue la relación entre ciertos alimentos y el agravamiento de su dermatitis

    "Todavía estoy en el proceso de aprender e identificar cuáles son esas cositas que me hacen peor", explicó Julianna. 

    "Uno de ellos es que me encantan los Icee y estaba consumiéndolos mucho, casi todos los días, y eso viene de todos los colores, rojo, azul, violeta... y ahí tuve una exacerbación de mi condición luego de estar un tiempo controlada." 

    Fue el dermatólogo quien le hizo la conexión con los colorantes artificiales en los refrescos helados, lo que resultó ser un factor importante en sus brotes.

    Para Julianna, la hidratación constante es fundamental. "Primero que todo tenemos que aceptarnos, aceptar que vivimos con esto y tratar de identificar cuáles son esas cosas que nos empeoran y cómo tratarlas", señaló.

     También enfatizó la importancia de evitar el uso de productos agresivos en la piel. "Debemos evitar bañarnos con agua caliente, si puedo evitar exponerme al sol, usar jabones que no tengan fragancia ni colorantes", añadió, reconociendo que aunque le gustan los jabones perfumados, estos no son adecuados para su tipo de piel.

    El proceso de aceptación

    La dermatitis atópica, con sus brotes visibles y síntomas persistentes, puede generar estigmatización y discriminación, lo que afecta la autoestima de quienes la padecen. Los pacientes, especialmente los niños, pueden enfrentar burlas o comentarios negativos de sus compañeros, lo que repercute en su vida social y escolar.

    Julianna reflexionó sobre cómo ha cambiado su relación con la enfermedad a lo largo de los años. "Yo diría que antes me molestaba un poco más que ahora porque hubo momentos que tuve brotes bien fuertes y no podía parar de rascarme", confesó. 

    A pesar de los desafíos, se siente más empoderada. "Creo que con el tiempo me he vuelto mejor en manejarlo. También en algunas ocasiones, si te sale un ´rash´ en la cara o en los brazos, uno se siente un poco avergonzado de verse así porque hasta cierto punto no lo podemos controlar y las personas a veces no entienden."

    Julianna no solo ha aprendido a manejar su dermatitis atópica, sino que también ha decidido dedicarse a la dermatología

    "Soy estudiante de medicina, cercana a graduarme, este año si Dios quiere, estoy haciendo rotaciones aquí en Puerto Rico y me encantaría seguir ejerciendo aquí en Puerto Rico", expresó. Su experiencia personal la ha inspirado a especializarse en esta área.

    "Es una de mis metas poder solicitar una residencia en dermatología aquí y continuar ayudando a pacientes como a mí." Concluye la paciente.




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