Ansiedad y depresión empeoran la psoriasis, dermatitis atópica u otras condiciones dermatológicas

Ambas enfermedades comparten muchas similitudes. Sin embargo, es muy importante conocer las características de cada una para poder tratarla independientemente.

María Camila Sánchez

    Ansiedad y depresión empeoran la psoriasis, dermatitis atópica u otras condiciones dermatológicas

    La picazón, las lesiones en la piel, la afectación de los patrones del sueño y, en sí, su impacto en el deterioro de la calidad de vida de los pacientes, son algunos puntos en común que comparten la psoriasis y la dermatitis atópica. Sin embargo, aunque puedan manifestarse de manera similar, estas no deben ser confundidas.

    La Revista de Medicina y Salud Pública conversó con la Dra. Elena Montalván, dermatóloga de Montalván Dermatology, quien aseguró que estas afecciones también se relacionan con el desarrollo de condiciones que afectan la salud mental.

    "La psoriasis y la dermatitis atópica están asociadas a la ansiedad y la depresión. También, se ha visto que ambas empeoran con estrés, y ambas requieren medicamentos antiinflamatorios, corticoides tópicos e, incluso, biológicos".

    ¿Quienes las padecen?

    La dermatitis atópica suele presentarse con mayor frecuencia en niños pequeños, aunque puede manifestarse a cualquier edad; dos tercios de la población con dermatitis atópica, presenta síntomas antes de los 2 años y, para los 5 años, el 80% ya tiene la condición desarrollada.

     "Se ha visto que esta condición afecta hasta un 10% de los adultos, pero el 20% de los niños pueden tener dermatitis atópica", añade la especialista.

    Por otra parte, la psoriasis afecta al 2% de la población general y representa el 4% de las dermatosis en pacientes menores de 16 años. Los picos de esta enfermedad se presentan, en su mayoría, en pacientes entre los 20 y 30 años o entre los 50 y 60 años. 

    Condiciones asociadas

    Según la literatura médica, la dermatitis atópica está muy asociada al asma, o a las alergias estacionales. Se dice que la condición puede tener un componente hereditario importante que condicione el padecimiento de la afección, así como la exposición a algunos materiales irritantes, el estrés, el resecamiento de la piel, los cambios súbitos de temperatura, algunos perfumes, lociones o jabones para la piel, entre otros.

    Es decir, "está más asociada a la atopia, a alergias con otros medicamentos, con determinados alimentos y factores ambientales".

    Ahora bien, las principales comorbilidades asociadas a la psoriasis suelen ser el síndrome metabólico, la artritis psoriásica, enfermedades cardiovasculares, inflamación intestinal, enfermedad de Crohn, cáncer e hígado graso no alcohólico.

    ¿Se manifiestan igual?

    Mientras que la psoriasis se manifiesta con parches rojos y escamas de un color blanco nácar, que causan hinchazón y dolor. La dermatitis atópica o eccema causa pequeñas burbujas que pueden contener líquido y producen mucho picor.

    "En el caso de la psoriasis, las lesiones son más localizadas y circunscritas. La distribución se da más en los codos, en las rodillas, el cuero cabelludo, las manos y los pies. Mientras que la dermatitis atópica se da en áreas flexurales, como la fosa antecubital o la fosa poplítea".

    Complicaciones de las enfermedades 

    Además de la carga emocional que supone padecer alguna de estas dos condiciones, las infecciones pueden llegar a ser una de las principales complicaciones asociadas, pues la barrera cutánea no actúa de la manera adecuada.

    "El hecho de que la piel no esté completamente sellada, ya sea por falta de filagrina y otros componentes importantes de la piel, tenemos mayor predisposición a contraer cualquier infección. Incluso, bacterias más importantes como estafilococo aureus nos puede dar más impétigo, más verrugas, molusco contagioso y, de hecho, estamos en la lista de riesgo de Mpo para recibir tratamiento".

    Consejos de una dermatóloga 

    El paciente con estas condiciones, tiene que tener presente siempre la composición de los productos de aseo personal que se utilizan diariamente, ya que pueden exacerbar el ciclo de rascado.

    -Tomar baños cortos y a temperatura media, porque los baños largos tienden a resecar la piel.

    - Evitar el contacto directo de la piel con lociones o perfumes

    -Para secarse el cuerpo, es mejor darse palmaditas con la toalla en vez de frotarse con esta, así se evitará molestias en la inflamación.

    -Tener a mano los medicamentos necesarios

    -Escoger ropa que sea de algodón, porque la lana y materiales sintéticos pueden generar más piquiña. 

    -Lo más importante es tener la piel humectada para evitar más complicaciones.

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