Este procedimiento de cirugía reconstructiva ofrece esperanzas a pacientes con lesiones faciales y oculares graves.
En un hecho sin precedentes se llevó a cabo el primer trasplante completo de ojo y parcial de cara, a un hombre de Arkansas de 46 años llamado Aaron James, quien había sufrido una descarga eléctrica de 7.200 voltios mientras trabajaba como liniero de alto voltaje el 10 de junio de 2021.
La impactante historia de Aaron James
En el accidente sufrido un cable de alta tensión tocó la cara de James, quien necesité de varias cirugías reconstructivas, pero finalmente el ojo izquierdo, la nariz, los labios, los dientes frontales, la mejilla y el mentón izquierdo, así como el brazo izquierdo por encima del codo.
Según detalló el Dr. Eduardo Rodríguez, cirujano principal del trasplante de James y director del programa de trasplante de rostro del centro médico NYU Langone: "La mayoría de las personas no sobreviven a ese nivel de lesión".
El proceso de trasplante
Después de múltiples cirugías reconstructivas debido al accidente y una vez se despertó del coma de seis semanas en el que estuvo, este paciente afirma que una vez despertó ya se estaba pensando en el trasplante.
"Para el procedimiento de trasplante, participaron 140 proveedores médicos del centro médico y se llevó a cabo durante 21 horas los días 27 y 28 de mayo de 2023", explica.
140 médicos participaron del proceso de trasplante. Foto: NYU Langone Health.
Transformación funcional y emocional
La intervención quirúrgica permitió a James abandonar el uso de sondas respiratorias y de alimentación. Además, experimentó mejoras significativas en su capacidad para saborear, oler y consumir alimentos sólidos.
A su vez, según apunta Aaron: "No puedo pasar frente a un espejo sin mirarlo. Me hace estar más alto; antes del trasplante, emocionalmente estaba un poco deprimido, el nivel de confianza estaba un poco bajo".
Actualmente, regresó a su hogar en Arkansas en septiembre y viaja a Nueva York mensualmente para realizar seguimiento, sumado a las terapias físicas, ocupacionales y del habla en curso a las que se somete para tener una mejor recuperación.
Desafíos y esperanzas en el trasplante de ojo
El trasplante de ojo conlleva riesgos, ya que es una extensión del cerebro. A pesar de las incertidumbres sobre la visión, las pruebas iniciales sugieren que este responde a estímulos visuales.
"Al principio no estaba claro si el órgano trasplantado alguna vez podría ver, pero las primeras pruebas sugieren que las células detectoras de luz en la parte posterior, al menos, responden a la luz. Su retina es capaz de decirnos que está 'viendo' la luz, lo cual es bastante notable", dijo el Dr. Vaidehi Dedania, especialista en retina del Departamento de Oftalmología de NYU Langone.
Sin embargo, la capacidad de percepción visual aún está por determinarse.
Aaron James vivió un proceso de cambios posterior a su accidente. Foto: NYU Langone Health.
Células madre y detalles quirúrgicos
Para facilitar la conexión del ojo trasplantado al nervio óptico de James, se utilizaron células madre adultas, las cuales se encuentran aisladas de la médula ósea del donante, por lo que el doctor Rodríguez explica que: "El objetivo de estas células, era que ayudaran a reparar el nervio óptico cortado de James, restaurando potencialmente su función. A su vez, fue necesario durante el procedimiento, dos equipos quirúrgicos, uno para el donante y otro para el receptor, a quienes se operaron simultáneamente en salas cercanas".
De igual forma, anunció que los equipos ensayaron minuciosamente todos los pasos del procedimiento e imprimieron "guías de corte" en 3D para tallar con precisión el hueso y el tejido del donante para que encajaran en el espacio de la cara como un rompecabezas.
Asimismo, detalló que entre las 9:14 am del 27 de mayo y las 7:51 am del 28 de mayo, se trasplantó la nariz, los párpados superior e inferior izquierdos, la ceja izquierda y los labios superior e inferior, así como los tejidos debajo del ojo derecho, así como los segmentos subyacentes del cráneo, las mejillas, la nariz, el mentón que acompañaban a esos tejidos, el ojo izquierdo y el nervio óptico que lo acompaña.
Un futuro de seguimiento
A cinco meses de la intervención, James toma medicamentos inmunosupresores diariamente sin signos de rechazo, aunque enfrenta desafíos.
"James todavía no puede levantar el párpado superior izquierdo para abrir el ojo izquierdo, que es marrón, mientras que el derecho es azul claro. Sin embargo, ahora puede entrecerrarlos y tensar los músculos alrededor de este, y el párpado protege lo suficientemente bien como para que ahora no necesite un parche", aseguró el cirujano principal.
En una conferencia de prensa reciente, Aaron James expresó su profundo agradecimiento al equipo médico, al donante y a su familia, así como a su esposa e hija. Este hito médico no solo representa un avance en la ciencia, sino también un rayo de esperanza para aquellos que buscan recuperación y transformación.
