Gracias a las intervenciones quirúrgicas en el corazón, la calidad de vida de la población pediátrica podrá ser mejorada.
Eduardo Najar
Agencia Latina de Noticias Medicina y Salud Pública
Gracias a las intervenciones quirúrgicas en el corazón, la calidad de vida de la población pediátrica podrá ser mejorada
Existen varios procedimientos e intervenciones que son benéficos para la población pediátrica, ya que, aunque algunos pacientes pueden desarrollar una condición de cardiopatía desde la gestación, existen otras que pueden originarse en la niñez y es en este punto que se debe tener en cuenta el tipo de afección para poder ser tratada a tiempo. En diálogo con la revista Medicina y Salud Pública (MSP) el doctor Nestor Fernando Sandoval, cirujano cardiovascular pediátrico y líder del Instituto de cardiopatías congénitas de la Fundación Cardioinfantil en Colombia, explica qué tipos de anomalías cardiacas existen en infantes, el método quirúrgico para tratarlas, el riesgo de mortalidad y la supervivencia-recuperación de los pacientes más pequeños que son intervenidos.
“Las enfermedades cardiacas se producen en la mayoría de niños, uno de cada tres que nacen en el mundo tiene una cardiopatía congénita, eso hace que nazcan en promedio 1'300.000 infantes con alguna anomalía en el corazón, de cada 1.000 niños más o menos ocho nacen con esta condición, por eso en Colombia se estima que nacen entre 7.000 a 8.000 niños al año y nacen hasta 5.000 con una cardiopatía. Sin embargo, hay condiciones de este tipo que no requieren un tratamiento inicial o inmediato y deben ser o no intervenidas prontamente. Las enfermedades más frecuentes que se encuentran son una deformidad en la válvula aórtica bivalva, la comunicación interventricular, el ductus en la coartación aórtica, pero estas hacen parte de las cardiopatías menos agresivas y se pueden intervenir un poco más tarde. Existen otras que son la críticas que se pueden diagnosticar desde la etapa fetal y son la hipoplasia del ventrículo izquierdo, donde el corazón solo nace con el ventrículo derecho adecuado y el restante es de menor tamaño, está también la atresia pulmonar donde no hay un válvula que realice la función, el otro es el drenaje venoso, hay una anomalía en las venas que llegan al corazón y estas no llegan al órgano sino a otra vena, la trasposición de grandes vasos, es la otra afección crónica donde hay problemas de circulación en paralelo que hace que la sangre no se oxigene, existen hay otras más, pero estas son las más recurrentes” explicó el médico.
Existen algunos procedimientos que tienen alguna dificultad, esto se debe a la condición que haya desarrollado el infante, pues a más complejidad, mayor es el cuidado que se debe tener para un correcto proceder. No obstante, estas intervenciones se realizan con el fin de otorgarle al menor una mejor calidad de vida.
“Si un niño nace, por ejemplo, con una trasposición hay que intervenir en las dos primeras semanas de vida, porque sino se hace el ventrículo izquierdo que está sometido grandes presiones en las primeras semanas se va a dilatar y cuando se corrija después del tiempo mencionado tal vez ya no sea funcional, es por eso que a estos niños es necesario pasarles la aorta y la pulmonar de manera cambiada y además mover las arterias coronarias que miden de 2 a 3 mm y deben ser removidas al lugar requerido, se hace con cirugía y para esto se necesita de un equipo multidisciplinario” explicó el especialista.
A medida que los procedimientos son riesgosos la probabilidad de mortalidad también va en aumento, ya que al ser un paciente tan pequeño su fortaleza corporal y vialidad no están totalmente desarrolladas, pero para eso existe un grupo especializado que provee al niño su mejor esfuerzo para otorgarle un tratamiento seguro.
“En la cirugía cardiaca pediátrica existen varias clasificaciones que se ajustan al riesgo de mortalidad, el más bajo es el riesgo uno que son comunicaciones interauriculares, coartación de la aorta donde el riesgo de muerte es tan bajo que puede incluso llegar a cero, pero a medida que la complejidad sube, el riesgo de muerte es mayor, puede ascender hasta un 50%, el porcentaje depende de cada una de las instituciones o entidades de salud, en nuestro caso en el Instituto Cardioinfantil en los último 6 años ha estado en el 2 o 3% y esto es una garantía de seguridad” dijo el cirujano cardiovascular.
Es importante que se tenga en cuenta que, para una recuperación adecuada y una supervivencia a largo plazo, es necesario que el paciente lleve controles rigurosos con el especialista, ya que pueden aparecer nuevas complicaciones de la enfermedad o comorbilidades asociadas.
“La supervivencia de los niños en la Fundación Cardioinfantil es del 97% pero lo más importante es que estos niños sigan un control, porque la mayoría de intervenciones son paliativas, es decir, que es necesario de un procedimiento para que sobrevivan y crezcan. En los primeros años del niño (2 a 5 años) tenemos que estarlo siguiendo para detectar otras posibles complicaciones de su misma enfermedad, lo más importante es seguir a esta población pediátrica esto lo hacen los pediatras o el especialista encargado y cuando ello se detectan algún tipo de anomalía es primordial que sean remitidos y evaluados en una junta médica y tomar buenas decisiones, es por eso que un aproximado del 90% de estos niños pueden llegar a los 18 años de edad” concluyó el Dr. Fernando Sandoval.