Las dietas basadas en la alta ingesta de vegetales, frutas y cereales enteros disminuyen el riesgo cardiovascular.
Una adecuada nutrición es indispensable para prevenir múltiples enfermedades, entre ellas las que conforman la principal causa de muerte en todo el mundo: las condiciones cardiovasculares. Además, la alimentación hace parte de los tratamientos de los pacientes que padecen cardiopatías o diferentes afecciones al corazón.
La Asociación Americana del Corazón y el Colegio Estadounidense de Cardiología, recomiendan dos dietas para disminuir el riesgo cardiovascular: la dieta DASH que corresponde a las siglas en inglés de Enfoques Alimentarios para Detener la Hipertensión (Dietary Approaches to Stop Hypertension) y la dieta mediterránea, las cuales se caracterizan por manejar una alimentación baja en sal y alta en vegetales, frutas y cereales íntegros.
Al respecto, la Lcda. Wanda González, nutricionista y dietista, explicó a la Revista Medicina y Salud Pública la variedad de alimentos que incluye la dieta más recomendable para las personas que padecen cardiopatías.
Dieta Mediterránea
“Cuando hablamos recomendaciones dietarias se hace referencia al estilo de la dieta mediterránea porque se enfoca más en el consumo de vegetales, frutas, cereales y limita quizás el consumo de proteínas como carnes rojas altas en grasas. Además, se enfoca más en el consumo de pescados y la ingesta de nueces como fuentes proteicas de origen vegetal”, afirmó la Licenciada.
También agregó que, “los ácidos grasos, como el omega-3 y el aceite de oliva extra virgen, (estos ácidos grasos poli y monoinsaturados), tienen beneficio en el colesterol, principalmente en el HDL”.
Por su parte, la Dra. Sharlene Medina, cardióloga intervencional, reafirmó que “la American Heart Association y la American College of Cardiology las dos dietas que recomiendan es la DASH diet y la dieta mediterránea. En conjunto, pueden lograr la mayor disminución del riesgo cardiovascular”.
Dieta DASH (Enfoques Alimenticios para Detener la Hipertensión)
Con relación a este tipo de dieta, la Lcda. González mencionó que también se enfoca en un alto consumo de frutas y vegetales. “Se ha visto que con ambas dietas el paciente puede presentar una disminución en sus niveles de presión arterial, tanto sistólica como diastólica y de igual manera en una ingesta alta de fibra, se evidencia una disminución de hasta 7 % del colesterol RDL y esto es un beneficio para los pacientes”.
Si un paciente toma anticoagulantes, ¿qué alimentos puede ingerir?
Sobre ello, la Lcda. González respondió que depende del tipo de anticoagulante que esté utilizando el paciente. “Hay un anticoagulante en particular que puede tener una interacción con la Vitamina K: es la Warfarina, y los alimentos altos de Vitamina K trabajan ayudando en esa coagulación, por lo tanto, si yo estoy tomando anticoagulantes, estos alimentos pueden tener una interacción con el medicamento”.
Por ende, enfatizó en la importancia de consultar con un nutricionista dietista y con el médico de cabecera para determinar el plan de alimentación que llevará el paciente.
“Constantemente, los pacientes dicen que todos los alimentos verdes son altos en Vitamina K y no necesariamente es así. Quizás alimentos como el garbanzo, que no son verdes, son altos en vitamina K, así que es importante dejarnos guiar por un nutricionista dietista y la recomendación no es eliminar el alimento, sino mantener una consistencia y no excedernos”, complementó.
Con base en lo anterior, la cardióloga intervencional destacó que actualmente hay anticoagulantes que no interfieren con la alimentación. “Con la nueva categoría de anticoagulantes, que le llamamos los DOACs, no tenemos que estar monitoreando los niveles de INR y se recomiendan en cierto tipo de pacientes que tienen fibrilación atrial no valvular”, indicó.
Ejercicio en pacientes con problemas del corazón
Finalmente, es importante mencionar que los adecuados hábitos alimenticios van asociados a la actividad física, ya que en conjunto ayudan a preservar la buena salud del paciente.
“Aun cuando el paciente tiene un infarto al corazón, a los 10 días deberíamos estar haciendo una rutina limitada de ejercicio con lo que pueda realizar el paciente. Además, el ejercicio disminuye los niveles de estrés y el estrés es una de las primeras causas de enfermedad cardiovascular”, enfatizó la Dra. Medina.
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