Se estima que en Estados Unidos cerca de 900.000 mil personas al año presentan Trombosis Venosa Profunda, y se espera que esa cifra se duplique para el año 2050.
La trombosis venosa profunda (TVP), es la formación de coágulos de sangre en sistema venoso, el cual conecta con el sistema circulatorio y permite que la sangre circule hacía el corazón: “se forma un coágulo, pegado a las paredes de esa vena, que puede ocurrir usualmente en los pies, pero puede ser también en la pelvis, el abdomen…eso puede tener un sinnúmero de consecuencias”, asegura el Dr, Fernando Joglar, Cirujano Traumatólogo Vascular y Endovascular.
Dentro de las causas más comunes para el desarrollo de esta patología, se ha descrito que la edad es un factor importante (se presenta sobre todo en personas mayores. Claro está, personas jóvenes pueden padecerlo dependiendo de los factores de riesgos a los que se haya expuesto); aunque los especialistas advierten que existen otros condicionantes para padecer de trombosis venosa profunda.
Esta patología se puede presentar si se cumple una de tres condiciones: “un daño al endotelio (traumas o malas praxis en hospitales durante o posterior a intervenciones quirúrgicas); estasis venosa (inmovilidad del paciente, que permanece mucho tiempo sin mover las piernas); cuando hay un estado hipercoagulable (los pacientes tienden a ser más propensos a formar coágulos). Considere que los coágulos tienen un período de tiempo en el que pueden ser intervenidos y extraídos (dos semanas a cuatro meses).
Sintomatología diferencial
Los especialistas prestan especial atención cuando los pacientes manifiestan que les duele alguna de sus piernas, y se presenta inflamación. Aunque esto va ligado directamente con los diferentes factores de riesgo que se puedan presentar desde las mismas causas.
Existe otra condición que es la insuficiencia venosa, ante esto el doctor Joglar explica que: “es una condición que afecta particularmente las venas de las mujeres, pero puede afectar también a los hombres; y causa venas varicosas. Pero es distinto de una TVP”, explica y concluye esta insuficiencia puede ser consecuencia de una TVP: “es una condición usualmente benigna y casa que se dilate el vaso, y en las válvulas se forma una columna de presión, generando que las venas se dilaten y las válvulas no funcionan bien, generando venas varicosas aumentando la presión del sistema venoso”, concluye y explica que ante este fenómeno, esas venas varicosas quedan insuficientes y se presentan más en las mujeres en estado de embarazo. Esta condición no genera o desarrolla las TVP.
El problema principal y la particular diferencia que hay entre una vena varicosa y un trombo; consiste en que las primeras pueden molestar, no son muy agradables para la vista, pero no tiene complicaciones mayores. Mientras que con una TVP el paciente puede desarrollar una embolia pulmonar y morir por paro cardio respiratorio: “tenemos que tratar de detectarlo y comenzar un manejo, porque si uno de esos coágulos de las venas profundas se desprenden, va al corazón y después al pulmón se convierte en una embolia pulmonar y eso puede matar a un paciente”, agrega el doctor Joglar.
Avances científicos: exámenes y tratamientos
Los tiempos modernos nos han traído consigo una pandemia, ahora vemos una situación lamentable con el paso de Fiona y la tecnología ha permitido cambiar los hábitos de consulta. Los pacientes tienen diferentes alternativas y es importante que los especialistas sepan identificar las patologías porque ante estos fenómenos, los usuarios, por temor, no se acercan a los centros de diagnóstico, se están haciendo video consultas, incluso, asisten al consultorio y no es tan frecuente ahora ver las salas de emergencia con este tipo de casos.
“Esto es usualmente un evento agudo, y se forma el coágulo en la vena puede causar dolor o hinchazón, dependiendo cuan grande es el coágulo; si está tapando toda esa vena o es parcial la oclusión… es bien importante hacer un buen historial clínico y de ejercicio considerando esos factores de riesgo”, explica el doctor y concluye diciendo que “hay unos criterios como el de wheels y otros que ayudan a los médicos para determinar qué paciente está más a riesgo y debería someterse a una prueba diagnóstica (sonograma)”.
El sonograma es una prueba de ultrasonido que funciona como rayos X, pero se puede hacer en un consultorio y en ella, se pone sobre la piel el dispositivo que muestra si hay alguna obstrucción, con ello el especialista puede hacer un poco de presión y ver el desarrollo de este (si no corre la sangre) y diagnosticar si es un trombo.
Tratamiento evolución en procedimientos médicos
El manejo inicial es empezar manejo de coagulación (entre tres a seis meses), si el paciente no ha tenido una contraindicación (sangrado activo, intracerebral, de columna espinal, de los ojos): “el propósito es que ese coágulo no se siga propagando y haga más grande”, dice el doctor Joglar, y explica que este es el tratamiento establecido si los pacientes no tienen factores de riesgo que lo impida. Seguido, se inicia una intervención por medicamentos orales, que no requieren que el paciente sea internado en el hospital (caso contrario al pasado, donde se le aplicaba tratamiento intravenoso).
En el caso que el paciente presente problemas de coagulación, se complica un poco el tema y es necesario hacer una intervención endovascular de un filtro de vena cava: “es una canastita con una malla, que se pone dentro de la vena cava, para prevenir que sí se desprende un coágulo, vaya al corazón y termine en los pulmones (embolia pulmonar)” explica el doctor Joglar.
Por otra parte, los pacientes que han padecido de una embolia pulmonar, se pueden ver beneficiados por este tipo de procedimientos, en el que se busca sacar el coágulo para disminuir las consecuencias de hipertensión pulmonar, e incluso la muerte. A este proceso se le conoce como trombolisis dirigida, que tiene ciertas modalidades como: uso de medicamentos como el TPA, catéteres que ayudan a extraer y disolver el coágulo,
Actualmente pueden presentarse casos de recurrencia sobre estas condiciones hasta de un 33 %, dependiendo del perfil del paciente. Esto quiere decir que el especialista puede determinar seguir con el tratamiento después de los seis meses, si ha encontrado que el coágulo no desvanece y persiste el riesgo de padecer una TVP: “si el paciente se determinó que tiene un estado hipercoagulable de base (insuficiencia de proteina C, proteina S), esos pacientes los dejamos en terapia extendida”, afirma el doctor Fernando.
Es importante tener presente que algunos medicamentos al mezclarlos con los anticoagulantes, pueden presentar reacción adversa: “”hay varias interacciones que debemos tener en mente, por ejemplo: con la comadina, la warfarina, en estos pacientes se puede ver afectada la efectividad del medicamento (algunos pueden aumentar la efectividad, otros pueden alargar el metabolismo y duración en el sistema del medicamento). Estos pacientes tienen que llevar una dieta regulada… hay otros medicamentos que no requieren de estas dietas reguladas como los TOACS, porque la biodisponibilidad es distinta”, afirma el especialista.
Todos estos medicamentos son anticoagulantes y aumentan el riesgo de sangrado. Por ello, antes de comenzar la terapia, los especialistas determinan basados en los diferentes análisis y métodos que tienen a disposición, si el paciente puede tener recaídas y presente sangrado, balanceando el riesgo y el beneficio: “la cura no puede ser peor que la enfermedad… Tenemos que tener eso presente y especialmente si el paciente consume otros medicamentos que puedan afectar la formación de coágulos como: la aspirina, plavix o ambos” asegura el doctor Fernando Joglar.
Anteriormente era muy complejo y los tratamientos que se realizaban en el paciente eran invasivos y bastante agresivos como la embolectomía pulmonar, para extirpar los coágulos que llegaban a los pulmones en el caso de la embolia pulmonar. Ahora, los especialistas cuentan con alternativas que benefician a las personas y permiten mejoras en su calidad de vida.
Prevención y acción
Finalmente, es necesario que los pacientes tengan claridad en que este tipo de afectaciones se pueden prevenir con el cambio de hábitos. El dejar el sedentarismo permite que la actividad física estimula el óptimo funcionamiento del sistema circulatorio y vascular, evitar el consumo de cigarrillo (dilata las venas y vasos), y la deshidratación (mantener el cuerpo hidratado ayuda en el manejo de viscosidad de la sangre).
Pacientes y preocupaciones
Es muy importante que los pacientes consulten a sus médicos, quienes podrán evaluar las condiciones para remitir con especialistas o solicitar exámenes para diagnosticar a tiempo. Tenga en cuenta que los antecedentes hereditarios juegan un papel importante y muchas veces usted mismo no lo sabe. También está el caso de mujeres con ciclos de menstruación largos, o que han sufrido abortos espontáneos.
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