En medio de la pandemia se están llevando a cabo dos pruebas: la molecular o prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR, por sus siglas en inglés) que es la recomendada por la OMS y, las pruebas serológicas conocidas como pruebas rápidas que lo que hacen es detectar anticuerpos y obtener el resultado en 10 minutos.
Diana Castañeda
Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública
Actualmente, cuando una de las formas de controlar la propagación del nuevo coronavirus es a través de las pruebas, existe un desasosiego entre los profesionales de la salud y la Organización Mundial de la Salud debido a los ensayos utilizados para la detección del COVID-19.
El doctor Axel Báez, quien tiene práctica en el Hospital de la Concepción en San Germán y es especialista en patología, patología anatómica y patología clínica, con certificación en Diagnóstico Molecular emitida por el American Board of Clinical Chemistry habló para la Revista de Medicina y Salud Pública (MSP), sobre la preocupación que tienen actualmente ante las pruebas utilizadas para la detección del COVID-19.
En medio de la pandemia se están llevando a cabo dos pruebas: la molecular o prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR, por sus siglas en inglés) que es la recomendada por la OMS y, las pruebas serológicas conocidas como pruebas rápidas que lo que hacen es detectar anticuerpos y obtener el resultado en 10 minutos.
La primera prueba que se implementó fue la molecular, que detecta el genoma viral y da una indicación de presencia del virus en caso de ser positivo. Posteriormente, se dio a conocer la “prueba rápida”.
“Esta prueba rápida o serológica no se debería usar como una prueba diagnóstica, sin embargo, se utiliza por la demora que hay en las pruebas moleculares”, explicó el patólogo.
Además, aclaró que la ventaja de la prueba molecular es que es diagnostica, sensitiva y específica. Sin embargo, adujo que el inconveniente de ésta es que depende de la parte preanalítica de la toma de muestras.
“Se han visto muchos falsos negativos porque la toma de muestras ha estado incorrecta, se ha visto mucho falso negativo porque la toma de muestras la toman de forma incorrecta. Se requiere de cierto tipo de preparación en las personas que toman la muestra, y si del lugar donde se está tomando, no se toma correctamente, o si en ese sitio no hay suficiente cantidad de virus, aun cuando esté infectado el paciente, pudiera ser que el resultado saliera negativo”, explicó Báez.
En cuanto a la prueba rápida, este especialista en patología asegura que “el beneficio que tiene es que, una vez se detecta, el paciente ya desarrolló inmunidad. Esta prueba determina dos tipos de anticuerpo, IgM (inmunoglobulina M) y los IgG (inmunoglobulina G)”.
El IgM se detecta primero entre los primeros cinco a siete días después de los síntomas y, el IgG tarda entre 10 a 14 días luego de los síntomas. Pero la que persiste siempre.
“Esa prueba tiene un problema en su detección y es que en etapas tempranas de la infección en pacientes que tienen síntomas pudiera salir negativa, aun cuando el paciente esté infectado, aun cuando el paciente esté realmente infectado y pudiera salir negativo, porque el paciente no ha desarrollado suficiente inmunidad para que se detecte en la prueba”, expone.
Por su parte, la OMS no recomienda la prueba serológica para diagnosticar a un paciente que necesita atención. Sin embargo, países como Colombia y Perú utilizan estas pruebas especialmente para identificar el contacto previo de una persona con el virus SARS-CoV-2.
“Nuestra mayor preocupación son los falsos negativos, no sabemos cómo se están reportando estas pruebas en el sentido de la información que se le está dando al paciente. Sabemos que en las pruebas moleculares hay hasta un 30% que han dado falsos negativos y, en las pruebas serológicas en las etapas iniciales, los primeros cinco a siete días, puede salir la prueba negativa así el paciente esté infectado, aportó el doctor del Hospital de la Concepción en San Germán.
El aislamiento social, la recesión económica, el pánico, entre otras situaciones generadas a causa del COVID-19 han dado un manifiesto en la salud mental de las poblaciones como depresión, insomnio, ansiedad, etc., alertando a los profesionales de la salud ante una posible “epidemia” psicológica.
Ante esto, el galeno no descartó casos con condiciones de salud mental agravándose, además de las personas que ya tienen un padecimiento psicológico previo que por el aislamiento no han sido atendidas.
El doctor Axel Báez concluyó argumentando que, ante la poca información de este nuevo virus, todos los días salen diferentes teorías y tratamientos para tratar a los pacientes con COVID-19 y, esto continuará hasta final de año cuando posiblemente se dé la vacuna.