Las altas temperaturas se han combinado con la falta de lluvia.
Puerto Rico está enfrentando esta semana una crisis de salud pública por la ola de calor, la sequía y la invasión del polvo del Desierto del Sahara, que se complica con la falta de capacidad de generación eléctrica, opinó hoy un doctor en ciencias ambientales del Recinto de Ciencias Médicas.
Carl Soderberg, exdirector de la agencia federal de Protección al Ambiente (EPA) y director de una comisión interamericana de ingeniería sanitaria, formuló el comentario durante un análisis para la Revista de Medicina y Salud Pública al advertir que la crisis por la sequía que ya impacta municipios del este, se incrementará en los próximos días con una nueva nube de polvo proveniente de África.
"La nueva nube de polvo que llegará en los próximos días afectará la salud, nos aumentará aún más la temperatura e impactará la condición de personas que tienen problemas con las vías respiratorias", dijo Soderberg.
El experto subrayó que el sol rebota en las partículas de polvo aumentando el calor y admitió estar preocupado por la sequía que ya afecta cuatro municipios del este y se extenderá posiblemente al oeste, el centro de la isla y el sur.
La Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) inició esta semana el racionamiento de agua en Loíza y Canóvanas y ayer lo extendió a Río Grande y Juncos. Soderberg que ha realizado estudios científicos sobre el problema del agua en la isla, apuntó que esta ocasión la sequía no se ha concentrado solo en el este y se adjudica a la falta de lluvia en la cuenca de los ríos.
El especialista estima que pronto se afectarán municipios de la montaña como Naranjito, ciudades sureñas como Peñuelas y poblaciones costeras como Santa Isabel y Salinas. Agregó que en el caso de la costa del sur la situación empeorará por el deterioro del Acuífero de esa región
El Acuífero del Sur, que alimenta a municipios de la zona, dijo, no se puede seguir explotando como en el pasado porque está en riesgo de salinización.
"Estamos enfrentando diferentes fenómenos a la misma vez. Las altas temperaturas se han combinado con la falta de lluvia. Necesitamos agua para vivir, para sanearse, para alimentarnos, para la salud, pero también la necesitamos para enfriarnos", dijo.
Sodeberg que también es ingeniero, recordó que el agua es vital en el sistema de enfriamiento de los hospitales y para las calderas de la Autoridad de Energía Eléctrica y apuntó que ha aumentado la demanda de ese recurso en momentos en que se ha disparado el uso de abanicos y acondicionadores de aire.
"Nada más que en San Juan, estas calderas usan 5 millones de galones de agua diarios en tiempo normal. Se usa agua potable que requiere tratamiento adicional", dijo Soderberg al recordar que la AEE ha admitido que se está excediendo la demanda por energía y está urgiendo a la ciudadanía ser prudente en su consumo.
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