Las lesiones traumato-ortopédicas de Jesucristo

La caída o flagelación causaron una lesión pulmonar con hemotórax y, posiblemente, una lesión cardíaca que culminó en un infarto de miocardio y la ruptura del corazón.

Sergio Nicolás Ortiz Cortés Sergio Nicolás Ortiz Cortés
  • Sergio Nicolás Ortiz Cortés - Correo Electrónico

Las lesiones traumato-ortopédicas de Jesucristo

El Sudario de Turín es un paño de lino que supuestamente cubrió el cadáver de Jesucristo. Posee marcas de un hombre muerto, flagelado, coronado de espinas, al que le traspasaron un objeto cortante en el lado izquierdo del tórax y fue crucificado. Es uno de los objetos más estudiados de la historia.

Los científicos de todo el mundo tuvieron duda sobre la autenticidad de la reliquia: ¿sería realmente el paño que envolvió el cuerpo de Jesucristo crucificado, o una falsificación medieval, un fraude perpetrado por algún artista inteligente?

La ciencia moderna dedicó incontables horas de estudios e intensas investigaciones al Sudario. Es, de hecho, el artefacto más estudiado en la historia de la humanidad, y se sabe más sobre él, actualmente, gracias al empeño de muchos investigadores.

Sus dimensiones son de 4,4 m de largo y 1,1 m de ancho. Muestra la doble imagen de un hombre muerto, flagelado, coronado de espinas, al que le traspasaron en el lado izquierdo del tórax un objeto cortante y fue crucificado.

La imagen humana que queda permanentemente impresa en él no puede ser explicada por la ciencia ni puede ser reproducida.

Hay indicaciones de que el ST estuvo en Palestina en el siglo I DC y luego fue llevado a Edesa (actual Sanliurfa, en Turquía).

(’Una evidencia de que el ST fue conocido en el Imperio bizantino es la coincidencia entre la cara estampada en él con la de Cristo en las monedas bizantinas (especialmente el solidi dorado), distribuido en el siglo VII dC.(Después de ser saqueada Constantinopla en 1204, el “Sudario de Cristo” apareció en Europa en 1353 en Lirey, en Francia) y fue dañado en 1532, en Chambéry, en Francia.

En 1988 se le realizó una prueba de datación por radiocarbono al tejido de lino, la que indicó que era originario de la Edad Media; no obstante, hubo debates en todo el mundo a partir de este resultado. En realidad, existen trabajos que intentan explicar la datación discutible del ST de 1988.

Consideran la presencia de posibles errores sistemáticos, como se muestra en el análisis estadístico por liam y otros. Más reciente, otros autores fecharon el Sudario en un periodo compatible con la época en que Jesús vivió en Palestina, siendo esta la hipótesis con la que concordamos.

Estudios recientes confirman muchas coincidencias de las impresiones del ST  con lo que se describe en la Biblia Sagrada Cristiana sobre la flagelación, la crucifixión y la muerte de Jesucristo.

Tal relación fortalece la hipótesis de la corriente que asevera que el hombre del ST es Jesucristo.

Este trabajo es la primera revisión bibliográfica sobre el ST con enfoque en las lesiones traumato-ortopédicas.

En el estudio se revisaron todas las bibliografías seleccionadas. Se les asignó a los 22 textos números de orden cronológico de publicación de acuerdo con el tipo de material utilizado (artículos de las bases de datos, artículos centinela y libros).

Esta investigación sirve como herramienta de actualización sobre el tema a escala mundial, en el que se adoptó la organización de la cabeza a los pies para la discusión de las lesiones, utilizando los términos “hombre del sudario” o “hombre del ST” para evitar una connotación religiosa, que no es el alcance de este trabajo) y respetar las descripciones de la mayoría de los estudiosos de la mortaja, quienes también lo han nombrado así.

Patología historia antigua

Por el clavo fijado en el espacio de Destot. Rodino añade que hubo solamente una parálisis de los músculos tenares inervados de la rama terminal del lado radial del nervio mediano herido.

Según Massey, los clavos usados en la crucifixión del hombre del Sudario de Turín deben haber sido colocados en los puños y no en la palma de las manos, de lo contrario, no habría podido soportar el peso del cuerpo.

No se pueden ver los pulgares en el Sudario por la aducción de estos en respuesta a la lesión del nervio mediano, producida por el clavo.

Es importante también destacar que en el trabajo se hace una presentación y contextualización del Sudario de Turín.

Se menciona que en 1532 el Sudario se incendió y que tuvo 14 áreas remendadas y varios agujeros y marcas derivadas del fuego.

El artículo plantea, además, la posibilidad de que el cuerpo humano sufra una combustión sobrenatural (autocombustión).

Este es un fenómeno raro, aún no ha sido elucidado y puede justificar las características de la imagen del Sudario.

Bucklin presenta el análisis de las impresiones en el Sudario de Turín, realizado por un patólogo forense

Es una presentación científica y objetiva, sin ningún intento directo de correlación entre las impresiones del Sudario y los relatos del Nuevo Testamento sobre la crucifixión de Cristo.

Sin embargo, el autor no puede dejar de comentar que existe una consistencia notable entre los relatos del evangelio y los hallazgos patológicos forenses descritos en el Sudario de Turín.

De acuerdo con Belavicqua y otros: La falta de huellas dactilares en ambas manos está relacionada  con la colocación  del clavo en la muñeca, que provocó un daño al tendón del flexor largo del pulgar y causó su retracción.

Una luxación, provocada por trauma en el húmero derecho, hace que la mano derecha toque el borde externo del muslo izquierdo.

La posición de la mano izquierda (mano en garra) es el resultado de la parálisis del plexo braquial inferior izquierdo, principalmente las ramas de C8 y T l, probablemente relacionada con la tracción que  el  miembro  superior  izquierdo  ha  sido sometido para ser clavado.

Las manos cruzadas en el pubis y no arriba, sugieren que el hombre del Sudario fue sometido a una tracción excesiva de los miembros superiores durante la crucifixión, la cual desarticuló los brazos.

El suero (linfa) y las manchas debajo de la herida lateral son el resultado del hemotórax y muestran que el hombre del Sudario estuvo muerto antes de la perforación.

La  caída  y/o  flagelación  causaron  una  lesión pulmonar con hemotórax  y, posiblemente,  una lesión cardíaca  que culminó en un infarto de miocardio y la ruptura del corazón.

Belavicqua y otros proporcionan más evidencias a favor de la hipótesis de que el hombre del sudario de Turín es Jesús de Nazaret.

'Tatolli y otros sugieren que los detalles tan refinados en el Sudario de Turín se dan por el inicio precoz del proceso de putrefacción del cuerpo involucrado en el ST, debido a un ambiente caliente (posiblemente la Tierra Santa), que favoreció la liberación de líquido putrefacto por la superficie corporal, responsable de las impresiones.

Caja, Reverte- Vinaixa apuntan que Belavicqua y otros no informaron el material inicial utilizado en el estudio ni proporcionaron información sobre cómo la imagen inicial fue utilizada para obtener mayor nitidez.

Por otra parte, Caja, Reverte- Vinaixa afirman que no hay evidencias concretas  para  concluir  que  hubo  un  trauma importante en el hombro derecho.

La posición de la mano en el pubis puede ser como consecuencia de la manipulación del cuerpo para el entierro.

En cuanto a la lesión del plexo braquial, se acepta que la posición de la crucifixión puede causar lesión del nervio mediano. Sin embargo, se ha demostrado que esta posición relaja el nervio cubital, por lo tanto, aleja la posibilidad de síndrome de Claude Bernard- Homer.

El punto de entrada del clavo en la muñeca es controvertido  por  no existir  una  imagen  que  lo muestre (el Sudario solo muestra el punto de salida). Incluso,  si se considera  que el  clavo  tenía  una posición vertical, la lesión del nervio mediano debíaser parcial y no afectar los músculos flexores largos. Solo se podría considerar la parálisis del nervio mediano bajo.

Los pulgares retraídos, en realidad, están relajados. Para los autores de esta carta al editor, ninguna lesión aguda, parcial o traumática del nervio explicaría la retracción del pulgar. Este estudio intenta agregar algunos detalles sobre el ST basado en procesamiento de imágenes de alta resolución del ST y en pruebas experimentales en brazos y piernas de cadáveres humanos.

Con respecto a las manos del hombre del ST, en una primera hipótesis se afirma que la mano izquierda del hombre del ST fue clavada dos veces en dos lugares anatómicos diferentes:

La articulación mediocárpica medialmente al pisiforme entre los huesos semilunar//piramidal y capitato/uncinato (espacio de Destot) y la articulación radiocarpal entre la radio, el semilunar y el escafoides. También la mano derecha fue clavada dos veces.

Una segunda hipótesis, preferida por los autores, afirma que las manos fueron clavadas apenas una sola vez, en el espacio de Destot, y provocó una lesión parcial del nervio ulnar y una flexión de la articulación metacarpofalángica de los pulgares. Con respecto a los pies del hombre del ST, la impresión de la suela del pie derecho sugiere que él sufrió una luxación en el tobillo justo antes de la predicación.

El orificio de entrada del clavo en el pie derecho está a pocos centímetros del tobillo y excluye un clavo doble. El clavo fue conducido entre los huesos del tarso.

El hombre del ST sufrió las siguientes torturas durante la crucifixión: una causalgia muy grave y generalizada debido a la parálisis total del miembro superior derecho; la introducción de un clavo en el puño izquierdo (con daño al nervio ulnar); de un clavo similar, en el puño derecho; y de un clavo, en ambos pies (que lesionó los nervios plantar medial).

Según Majorana y otros, su artículo es el primer análisis cefalométrico de la cara del hombre del ST. Hay evidencias de que la cara representada en el ST sufrió un traumatismo máxilo-facial que le provocó una fractura del septo nasal y, principalmente, un desplazamiento de la mandíbula, probablemente debido a lesiones de la articulación temporo-mandibular.

En síntesis,  los  autores  españoles  se  refieren  a  un individuo  que  sufrió  heridas  en  una  crucifixión “normal”. Por su parte, los autores de esta carta (italianos) afirman que el hombre del ST fue herido por una flagelación severa, por una caída antes de la crucifixión con un choque subsecuente producido por la cruz contra el cuerpo del hombre del ST, por el transporte de la cruz, y por otros daños graves relatados durante la crucifixión salvaje, como el estiramiento del brazo izquierdo y el desplazamiento del pie derecho.

(¹El estudio del ST es muy complicado, pero los autores italianos están de acuerdo con los autores españoles de que es altamente fascinante y más para aquellos que reconocen a Jesucristo en el hombre del ST.

También es muy útil entender cómo ese hombre sufrió voluntariamente esos dolores inimaginables por toda la humanidad.

El  artículo  evidencia  los  puntos  que  son controvertidos, como la postura de las manos, el sitio de penetración de los clavos en las manos y la causa inmediata de la muerte (la asfixia y/o colapso cardiovascular es incon-sistente con los evangelios, que afirman que Jesús estaba lúcido con fuerza para clamar inmediatamente antes de su muerte).

Bevilacqua, D’Arienzo realizaron un estudio inter- disciplinario que involucró a médicos e ingenieros sobre algunos aspectos del Sudario hasta esa fecha descuidados o abordados superficialmente.

Estu- diaron las imágenes del Sudario e hicieron experi- mentos en miembros de cadáveres. Utilizaron muchas fotografías en formato digital. La posición del hombre del Sudario fue reconstruida por un proceso digital, basado en la posición de un maniquí.

El artículo explica lo que es el Sudario de Turín. Caja, Boi describen características anatómicas de los miembros inferiores y pies, que no habían sido analizados.

Las conclusiones del artículo son: 

-El equinismo evidente de los miembros inferiores está presente solo en la imagen frontal del Sudario.

-La imagen dorsal del pie derecho está mejor definida. Muestra una flexión plantar con discre

-Pancia entre la flexión plantar en las imágenes.

-Se considera que las dos imágenes de los pies fueron creadas al mismo tiempo.

-Una incompatibilidad ocurre entre la superposición de los pies en las imágenes frontal y dorsal.

-No hay explicación científica o anatómica para todas estas características.

- La superposición de los pies (el pie izquierdo sobre el derecho en la imagen dorsal) crea una incon- gruencia con la imagen frontal del Sudario, pues, en esta, los pies parecen ser casi paralelos.

DESARROLLO

Carlino y otros realizaron el primer análisis en nanoescala de las partículas del tejido del ST, mediante resolución atómica.

Señalaron que la fibra de lino estaba repleta de partículas nanométricas de creatinina, ligadas a partículas de hidrato de hierro, típicas de la ferritina.(La amplia presencia de estas partículas se relaciona con pacientes que sufrieron politraumatismo severo, por lo este resultado indica que el hombre del Sudario sufrió una muerte violenta.

'En cuanto a la formación de las impresiones del ST, Tatolli y otros hicieron una presentación de caso médico-legal de un cuerpo encontrado en estado de putrefacción que, al ser removido para necropsia, dejó una mancha marrón-rojiza en la alfombra con la forma y la posición exactas del cuerpo.

Lesiones del cráneo y la cara

El hombre del Sudario de Turín presenta evidencias de sangrado en múltiples regiones de la cabeza, relacionadas con una corona de espinas.

Barbet describió que la corona era una especie de casco / gorro de espinas.(Según los estudios realizados a la corona, el material utilizado para su confección pertenece a la familia de las fiamoóceas.)

Como el hombre del ST fue enterrado con golpes en la cabeza, las espinas le provocaron sangrado, debido a la intensa irrigación del cuero cabelludo) y la causalgia provocada por la perforación de los nervios de la cabeza (sus puntas rojas poseen sustancias urticantes que aumentan el dolor).

Durante la caminata con la cruz, es muy probable que la madera presionara aún más las espinas y agravara las lesiones.

Bevilacqua y otros sostienen que el ojo derecho del hombre del ST está retraído en la órbita con la ranura palpebral probablemente cerrada, mientras que el ojo izquierdo parece que está discretamente abierto, según lo indicado por investigaciones de infrarrojo.

Según Bevilacqua y otros, un golpe violento en el hombro y en la parte inferior del cuello (envolviendo la raíz del cuello y espalda) causó la lesión total del plexo braquial.

La tracción excesiva del plexo braquial inferior culminó en el Síndrome de Claude Bernard-Homer por la interrupción del pulso preganglionar de TI en el ganglio cervical superior (o también el ganglio estrellado) y generó miosis, enoftalmia y ptosis palpebral.

Bevilacqua y otros plantean la posibilidad de que la lesión en el cuello haya sido provocada por la caída con la cruz (se golpeó fuertemente la base del cuello, se lesionó las raíces nerviosas cervicales y se le paralizaron los músculos posteriores).

Cuando la lesión del plexo braquial, descrita en la literatura actual, envuelve las raíces inferiores C8 y TI, muchas veces lesiona también el ganglio simpático encontrado en la región de TI.

Esto ocurre cuando existe una tracción del miembro superior con este en abducción. Puede ser entendido que ha ocurrido en la posición de crucifixión una lesión de las raíces inferiores del plexo braquial —así como en accidentes automovilísticos y en la parálisis obstétrica asociada a la lesión del ganglio simpático

La lesión del plexo braquial inferior causa Síndrome de Claude Bernard-Homer (caracterizado por los hallazgos del ST de enoftalmia, miosis y ptosis palpebral).

Por su parte, las lesiones de las raíces de C8 y Tl, nervio cubital (casi en su totalidad) y nervio mediano (parcialmente), podrían justificar la posición de los dedos derechos descrita en el ST.

Mayorana y otros tuvieron la innovación de realizar el primer análisis cefalométrico del hombre del ST.

Los investigadores observaron que en la cara de 1 ST, la aproximación de la punta de la nariz al labio superior conforma una especie de “nariz en silla de montar”, comparable a una fractura del cartílago nasal resultante de trauma contuso, relatada también por Svensson-

Un dato nuevo sobre la cara del ST, aportado por Majorana y otros, es la presencia de asimetría mandibular con desplazamiento de la mandíbula hacia la izquierda.

La etiología de la asimetría facial incluye malformaciones genéticas o congénitas (por ejemplo, microsomía hemifacial), factores ambientales (por ejemplo, traumas) y desvíos funcionales (por ejemplo, interferencias dentales).

Basándose en el estudio de Bevilacqua y otros, '' y considerando que la cara de este hombre está politraumatizada, Majorana y otros suponen que el desplazamiento de la mandíbula (demasiado grande para ser estructural) fue causado por lesiones de la articulación temporo-mandibular.

Lesiones del cuello y de los miembros superiores

Aunque no es fácil de detectar, en el ST se puede observar una ligera rotación de la cabeza a la derecha.

Según Bevilacqua y otros, esta postura puede deberse a la caída de Jesucristo (a partir de los relatos bíblicos), la cual le causó parálisis de los músculos posteriores del cuello (no hubo lesión del esternocleidomastoideo), y provocó la postura semejante a alguien con tortícolis.

Bevilacqua y otros evidenciaron que el hombro derecho era menor que el izquierdo por 10 grados; además, en el ST todos los dedos de la mano derecha, con excepción del pulgar, estaban en extensión.

Esto parece ser el resultado de un golpe violento con objeto pesado en el hombro y en la parte inferior del cuello, que lesionó el plexo braquial. A su vez, hubo una pérdida de la inervación motora hacia los miembros superiores (principalmente a costa de lesiones de C5 y C6) que ocasionó parálisis completa del brazo derecho.

En resumen, el hombro derecho no alineado con el izquierdo, los dedos de la mano derecha extendidos (exceptuando el pulgar) y la enoftalmia a la derecha pueden ser explicados por una lesión del plexo braquial, resultado de un trauma importante.(¹En su trabajo más reciente, Bevilacqua y otros relataron la presencia de dos contusiones importantes en los hombros. Plantean que, probablemente, el hombre del ST haya cargado la cruz (entera) y no (solo) una de sus partes, en ambos hombros

La caída con el peso de la cruz bajo la espalda ha sido un evento subestimado.

Con la caída, el pecho se golpeó con el suelo, le provocó un trauma grave en el cuello, una lesión neuromuscular, luxación en el húmero y contusión cardíaca y pulmonar (para ellos el hombre cayó más de una vez).

El ST muestra que los dedos de la mano derecha casi alcanzan el borde externo del muslo izquierdo. La mano izquierda está superpuesta a la mano derecha, la cruza al nivel del pubis.

Para Bevilacqua y otros esa posición es anormal, en tanto se piensa en un cuerpo rígido e hiperextendido y un tórax hiperexpandido de un hombre longilíneo.

Por lo tanto, los autores sugieren que los brazos fueron casi desarticulados durante la tracción excesiva para la predicación y, aún más, durante la suspensión en la cruz.

En un trabajo reciente los autores indicaron que las manos fueron remontadas en el pubis y no fueron desarticuladas, pues la mano derecha estaba enganchada por los dedos flexionados y rígidos de la mano izquierda.

Caja y Reverte-Vinaixa plantearon que la posición de las manos en el pubis se podría derivar de la manipulación del cuerpo para el entierro y la colocación de algún tipo de apoyo en los codos.(²' Para Bevilacqua y otros, la idea anterior no procede, pues, como el hombre del ST estaba en estado de rigor mortis, la postura de los brazos no podía alterarse, debe mantener la flexión del antebrazo en el brazo, como estaba en la cruz.

La postura de las manos del hombre del Sudario sugiere una parálisis proximal del nervio mediano a la altura del codo/antebrazo proximal, como consecuencia de la abducción, extensión y rotación externa prolongadas del miembro superior en la cruz.

Se realizaron mediciones antropométricas frontales y dorsales en la imagen del cuerpo del ST y en un humano para compararlas.’

Por lo tanto, se demostró luxación del húmero derecho y que el hombre del ST sufrió un trauma, probablemente por un golpe violento en el hombro. La caída al suelo y/o que los soldados lo hayan halado violentamente por el brazo derecho para que se levantara pueden ser las razones del desplazamiento del hombro. Hubo, durante la predicación en la cruz, tracción de los brazos que acentuó la luxación.

Caja e Reverte-Vinaixa propusieron otra interpretación relacionada con la luxación anterior, que puede estar en consonancia con un mecanismo indirecto de desplazamiento (provocado por la caída con la mano derecha golpeando al suelo).

A su vez, argumentaron que la tracción realizada en la crucifixión y la posición en la cruz podrían reducir la luxación si esta realmente estuviera presente. Alternativamente, la tracción ejercida podría desplazar al hombro debido al peso corporal del crucificado y, en este caso, sería inferior la luxación.

La luxación, independientemente del tipo, posibilitó, por la tracción del peso corporal, una lesión de los fascículos (medial, lateral y posterior) del plexo braquial.

La predicación en el hombre del ST fue en el puño y no en las palmas de las manos, pues estas no soportan el peso del cuerpo en el proceso de crucifixión; se rasgarían.

Varios autores han sugerido que los clavos de hierro fueron introducidos en la articulación mediocárpica medial al pisiforme entre el semilunar / piramidal y capitato / hamato (espacio de Destot), o en la articulación radiocarpal entre la radio, semilunar y escafoide.

Según Edwards y otros, aunque la introducción del clavo en cualquier lugar del puño puedepasar entre los elementos óseos y, no producir fracturas, la probabilidad de lesión periosteal dolorosa es grande

Barbet planteó, después de experiencias con miembros amputados (que descartaron predicación a1 nivel del metacarpo - palma de la mano), que el lugar de introducción de los clavos sería un espacio libre entre los huesos del carpo, el espacio de Destot, delimitado por los huesos: capitato, semilunar, piramidal y hamato.

Rodino se refirió a un trauma sufrido por un soldado ruso en la década del cincuenta. Al compararlo con las lesiones evidenciadas en e1 ST, concordó con el estudio de Barbet (predicación en el espacio de Destot con lesión del nervio mediano). Rodino planteó también que la flexión de los pulgares en oposición a las manos fue provocada por la parálisis de los músculos ténares inervados por la rama terminal lateral radial del nervio mediano. ÁfaSsey (también concuerda con Barbet( sobre la lesión en el nervio mediano (después de insertar los clavos en los puños) la cual le provocó la aducción de los pulgares.

Comenta que un clavo apoyado en el ligamento carpal transverso es capaz de soportar un gran peso. Caja y Reverte-Vinaix precisaron que la propia posición de la crucifixión (abducción del hombro, extensión del codo, mano supinada y ligero desplazamiento radial) puede provocar una lesión del nervio mediano por tracción. ²°)Bevilacqua y otros, después de experimentos con miembros de cadáveres frescos, afirman como Barbet(4 que las manos fueron clavadas apenas una vez en el espacio del Destot.

Sin embargo, alegan que anatómicamente este sitio está bastante distante del nervio mediano y del tendón del flexor largo del pulgar y, por tanto, esa acción no justifica la retracción de los pulgares. Para Bevilacqua y otros la retracción se debe al estiramiento del tendón del flexor largo del pulgar por un clavo en la articulación radiocárpica y/o el daño del nervio mediano.

Estas posibles causas le provocaron déficit del músculo abductor corto del pulgar y de los músculos opuestos, con aducción del primer metacarpo y e1 pulgar.(Según Caja y Reverte-Vinaixa, el punto de entrada del clavo en el puño es controvertido, pues no hay una imagen que lo muestre (en el Sudario solo se ve el punto de salida).

Igualmente, si se considera que el clavo se introdujo en posición vertical, la lesión del nervio mediano debía ser parcial y no debía afectar los músculos flexores largos. Zugibe también discrepa de la retracción de los pulgares. Plantea que los pulgares relajan y que la lesión en el nervio mediano es improbable, ya que el nervio mediano no pasa por el espacio de Destot, pero sigue a lo largo del lado opuesto (lado radial).

Incluso, si hubiera lesión del nervio mediano como Barbet alegó, eso no causaría una retracción de1 pulgar.

Bevilacqua y otros concuerdan que no hay imagen de entrada de la perforación, apenas de la salida, y que el espacio de Destot está lejos del nervio mediano.

En un experimento, se realizó una tracción de 116 kg sobre cada uno de los brazos crucificados y este ejercicio no logró doblar el clavo de hierro.

"Por tanto, el hombre del sudario (que pesaba aproximadamente 80 kg) tampoco pudo doblarlo. El clavo en la región radio-carpal (entre la radio, el escafoide y el semilunar) generó una lesión marginal del nervio mediano y una desviación del tendón del músculo flexor largo del pulgar. A su vez, provocó la retracción del pulgar, y ello concuerda con la falta de marca de los pulgares en e1 ST.

En cuanto a los pies del hombre del ST, Bevilacqua y otros señalan que la marca de la suela del pie derecho indica que él sufrió una luxación en el tobillo, causada por la introducción del clavo, o tuvo una luxación previa que fue acentuada durante la colocación del clavo.

Caja y Boi discrepan de ese diagnóstico, pues consideran que es necesaria una fuerza muy grande (2000 Newtons) para desplazar el tobillo. Además, no se explicó cuál es el tipo de luxación, pero se presume que fue una luxación con tálus anterior a la tibia.)

El equinismo evidente de los miembros inferiores está presente solo en la imagen frontal del Sudario. En relación con esta discusión, hubo dificultades para confirmar las hipótesis previas o proponer nuevas.

Para Bevilacqua y otros el orificio de entrada del clavo en el pie derecho ocurre en algunas pulgadas del tobillo, lo que excluye una doble predicación.

Las manchas de sangre en el dorso del pie derecho del Sudario no pueden ser consideradas como el área de entrada del clavo, pues este puede haber entrado sobre el pie izquierdo y luego haber perforado debajo del pie derecho.

De acuerdo con la imagen del ST, se puede confirmar que un clavo (de aproximadamente 25 cm de longitud) fue utilizado para perforar los dos pies.

El clavo probablemente fue introducido entre los huesos del tarso (entre el navicular y cuboide, proximales, y el tercero cuneiforme, distal) y no en los metatarsales. La perforación en ambos pies lesionó los nervios plantares mediales.

Concordamos con los autores, pues la fijación a nivel del tarso parece ser anatómicamente más sólida en relación con la realizada entre los metatarsos. En la reconstrucción en 3D de la imagen del hombre del ST, realizada por Bevilacqua y otros, el orificio de entrada del clavo en el pie derecho fue identificado entre el III y IV metatarso.

Por su parte, el orificio de entrada en el pie izquierdo fue colocado, hipotéticamente, en el primer espacio intermetatarsal.

Caja y Boi, luego de un análisis de las imágenes del sudario y de radiografías de pies sin soporte de peso, propusieron que el clavo perforó el medio de la planta del pie, a través de la articulación de Lisfranc (línea donde los huesos de tarso y metatarsos se articulan) o a través de los huesos del tarro, y no por los espacios intermatatarsales. 


Artículo original: Luz CF, De Losso SE, Galbiatti JA, et al. Las lesiones traumato-ortopédicas de Jesucristo, según el Sudario de Turín. Revista Cubana de Ortopedia y Traumatología. 2018;32(2):1-23.

Comunicador Social y Periodista egresado de la Universidad Sergio Arboleda en Bogotá. Periodista y Redactor en la Revista de Medicina y Salud Pública.

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