El neurólogo-epileptólogo, doctor Javier Chapa, enfatizó los logros que ha tenido la medicina neurológica controlando condiciones como la epilepsia.
Sin embargo, de otra parte afirmó que el reto sigue siendo educar sobre la importancia de los exámenes profundos como métodos diagnóstico ya que no todos los que puedan salir normal es sinónimo de que no exista la enfermedad.
La epilepsia es un trastorno neurológico provocado por el aumento de la actividad eléctrica de las neuronas en algunas zonas del cerebro. Los pacientes afectados pueden sufrir una serie de convulsiones o movimientos corporales incontrolados de forma repetitiva, conocido como "ataque epiléptico”.
“Hay muchas enfermedades neurológicas que con el paso de los años y diversos estudios de diagnóstico se tienden a detectar de una manera más sencilla, por ejemplo el alzheimer, esto no quiere decir que esto no sea más frecuente, todo lo contrario ya que al ser más fácil de diagnosticar aparecen más casos”, sostuvo el doctor.
“Es importante que cuando se hacen exámenes como el encefalograma y los resultados aparecen normales, no significa necesariamente que el paciente no pueda sufrir o no tenga epilepsia. El 50% de los pacientes con epilepsia presentan las pruebas con apariencia de normalidad y otro 75% en el examen del ‘MRI’. Al ver esto, otra herramienta de diagnóstico y el más seguro es el monitoreo de epilepsia”, explicó el doctor.
Sostuvo además que en muchos casos las convulsiones asociadas a la epilepsia no son suficientemente notorias y por lo tanto, resaltó el éxito de videos tomados en los dispositivos móviles por parte de las personas cercanas al paciente, donde los especialistas pueden evaluar de manera más clara este tipo de episodios y emitir un mejor diagnóstico.
“En el estudio de monitoreo de epilepsia se ubica al paciente en una habitación solo y se espera que esté presente un episodio de convulsión, a su vez está conectado al encefalograma y además se evalúa también la frecuencia cardíaca. Este estudio dura desde 4 a 7 días porque evaluamos todos los síntomas y procesos por los que atraviesa el paciente”, indicó el doctor.
De otra parte, aseguró que no existe aún una diferencia del origen de esta enfermedad por género, aunque el estatus socioeconómico de países con más acceso a servicios de salud sigue siendo una variable relacionada al desarrollo de la afección más marcada en algunas poblaciones.
“No hay una diferencia entre hombres y mujeres respecto a la presencia de la enfermedad, y que tienen el mismo riesgo de padecer epilepsia. Respecto a una incidencia racial es nula, ya que también se presenta en diversos países y factores genéticos no tienen intervención alguna. En el factor de clase social se ha visto prevalencia en aquellas personas de escasos recursos y en grupos que no tienen acceso a educación”, formuló.
“Una causa de desarrollo de epilepsia son los traumas y estos en la mayoría de ocasiones suelen ocurrir entre los 20 y 40 años. En las personas de mayor edad es decir, de los 65 años en adelante se presenta por accidentes cerebrovasculares.En las edades de 50 años la epilepsia se manifiesta por tumores y en los niños se debe a una causa genética o congénita.”, agregó el doctor.
Agregó que la epilepsia también sigue teniendo su origen en una infección cerebral causada por un parásito denominada como neurocisticercosis y que es un factor común en Puerto Rico y América Central.
“Uno de cada tres pacientes con epilepsia tiene epilepsia refractaria, esto significa que desde el 76% se trata con medicamentos. Cuando el paciente falla más de dos o más antiepilépticos, es más difícil de controlar. Lo que buscamos es mitigar las convulsiones. Sin embargo, el paciente siempre va tener la enfermedad y propósito siempre será el controlar esta condición sin cura”, reiteró.
Según el Dr. Chapa Dávila, se estima que en Puerto Rico existen 27 mil pacientes con epilepsia, equivalente al 0.8 % de la población puertorriqueña.