Cuidar a un ser querido con alzhéimer sin descuidarse: el desafío de millones de familias

El número de personas con Alzheimer podría triplicarse para 2050, lo que incrementará tanto la carga sanitaria como social y familiar, especialmente en regiones como América Latina.

Katherine Ardila

    Cuidar a un ser querido con alzhéimer sin descuidarse: el desafío de millones de familias

    La enfermedad de Alzheimer avanza sin hacer ruido, afectando no solo la memoria y la autonomía de quienes lo padecen, sino impactando con fuerza devastadora a las familias que asumen el rol de cuidadores

    Con más de 57 millones de personas afectadas en el mundo, esta enfermedad exige cuidados prolongados que recaen principalmente en los hogares. De acuerdo con la Asociación de alzhéimer de Estados Unidos, cerca del 70 % de los costos de esta condición recaen directamente en las familias, lo que es una carga económica permanente, pero también un desgaste emocional y físico.

    Se estima que el número de personas con alzhéimer podrían triplicarse en próximos años

    Las proyecciones actuales pintan un escenario preocupante para las próximas décadas. La Organización Mundial de la Salud estima que para 2050 la cifra de personas con alzhéimer podría triplicarse, impulsada por el envejecimiento poblacional y el aumento de factores de riesgo como la hipertensión, la obesidad y el tabaquismo. 

    En América Latina y el Caribe, el número de personas con demencia pasará de 3,4 millones en 2010 a 7,6 millones en 2030, según las proyecciones regionales.

    El costo humano de esta epidemia ya es evidente en las estadísticas sanitarias. La Organización Panamericana de la Salud reportó que en 2019 las demencias fueron la tercera causa de muerte en la región, con más de 390.000 defunciones, una cifra tres veces mayor que la registrada en el año 2000. 

    Estas cifras reflejan la magnitud del desafío médico, pero también la presión abrumadora que recae sobre millones de cuidadores familiares.

    El enfoque integral: cuidar al paciente y a quien cuida

    En Medellín, el Hospital San Vicente Fundación ha desarrollado un modelo de atención que reconoce la doble vulnerabilidad que genera esta enfermedad. La institución ha acompañado a 348 pacientes con alzhéimer en los últimos tres años, siempre con la mirada puesta en atender al mismo tiempo a los familiares que se convierten en el soporte más cercano.

    La neuróloga Yamile Calle, del Hospital San Vicente Fundación, explica:  "El Alzheimer no tiene cura y es una enfermedad progresiva que con el tiempo limita las capacidades del paciente haciéndolo aún más dependiente de sus cuidadores y de su entorno". 

    Por esta razón, el hospital ha implementado un enfoque multidisciplinario: "atendemos desde la neurología, psiquiatría, psicología y neuropsicología, y acompañamos a las familias para que no vivan este camino en soledad".

    Estrategias prácticas cuidar a quienes cuidan 

    La experiencia acumulada por los especialistas del hospital señala que el autocuidado del cuidador es tan importante como la atención al paciente. Mantener una rutina de descanso adecuada, realizar actividad física regular, seguir una alimentación equilibrada y buscar apoyo psicológico profesional, son medidas esenciales para prevenir el agotamiento extremo.

    Entre las recomendaciones más efectivas se encuentra el reparto de responsabilidades dentro del núcleo familiar, la comunicación respetuosa con el paciente y la participación en grupos de apoyo que permiten compartir experiencias y aprender estrategias prácticas. 

    Estas redes de apoyo resultan fundamentales para disminuir el aislamiento que muchos cuidadores experimentan.

    Los expertos también resaltan el valor de estimular al paciente con actividades sencillas pero significativas. Dibujar, resolver crucigramas o jugar dominó, ayudan a mantener activa la mente del paciente y generan espacios de conexión emocional positiva que benefician tanto al familiar como a la persona cuidada.

    El llamado en el marco del Día Mundial del alzhéimer, este 21 de septiembre, es necesario visibilizarlo: el impacto de la enfermedad trasciende al paciente y se transforma entre los hogares. 

    Se necesitan políticas públicas, programas comunitarios y servicios de salud que incluyan específicamente a los cuidadores. Cuidar a quien vive con alzhéimer requiere entrega incondicional, pero esa entrega solo podrá sostenerse en el tiempo si también se protege la salud de quien cuida.



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