Fibrosis quística y el riesgo de déficit de vitaminas liposolubles

Esta afección crónica es más común en niños y adultos jóvenes, se origina a raíz de una mutación genética que provoca la producción de una mucosidad densa y viscosa.

Mariana Mestizo Hernández

    Fibrosis quística y el riesgo de déficit de vitaminas liposolubles

    La fibrosis quística, una enfermedad de origen hereditario, ocasiona serias complicaciones en el sistema respiratorio y digestivo, además, en ocasiones, puede incidir en la funcionalidad de órganos reproductivos y otras áreas del organismo.

    Esta afección crónica es más común en niños y adultos jóvenes, se origina a raíz de una mutación genética que provoca la producción de una mucosidad densa y viscosa. Esta mucosidad se acumula principalmente en las vías respiratorias y el páncreas, dando lugar a infecciones recurrentes en los pulmones y trastornos intestinales de consideración.

    A pesar de que no existe una cura definitiva para la fibrosis quística, los pacientes pueden mejorar su calidad de vida y reducir la aparición de complicaciones mediante el seguimiento de cuidados personales específicos y la adhesión a tratamientos prescritos.

    Síntomas 

    Los síntomas de la fibrosis quística varían en intensidad dependiendo de la gravedad de la enfermedad. En el sistema respiratorio, donde el moco obstruye las vías que permiten el flujo de aire hacia y desde los pulmones, es común experimentar infecciones recurrentes, tos persistente, congestión nasal, sibilancias, fatiga y dificultades respiratorias. Por otro lado, en el ámbito de los problemas digestivos, se manifiestan con dolor abdominal, pérdida de peso y obstrucciones intestinales.

    Insuficiencia de vitaminas

    Además, otra consecuencia directa y de gran gravedad asociada a la fibrosis quística es la posibilidad de que numerosos pacientes presenten deficiencia de una o varias vitaminas liposolubles, cruciales para el adecuado funcionamiento metabólico. Estas vitaminas desempeñan un papel fundamental en el fortalecimiento de las defensas inmunológicas y la absorción de minerales esenciales como el calcio y el fósforo.

    En un organismo saludable, las vitaminas A, D, E y K se obtienen a través de la ingesta de grasas en los alimentos, tanto de origen animal como vegetal. Estas vitaminas son almacenadas en el hígado, los tejidos grasos y los músculos, para posteriormente ser eliminadas del cuerpo a través de las heces.

    Insuficiencia pancreática

    Sin embargo, los problemas digestivos asociados a la fibrosis quística, que en muchos casos involucran insuficiencia pancreática, biliar y malabsorción de grasas, aumentan significativamente el riesgo de una deficiente absorción de este grupo de vitaminas.

    Por este motivo, en la mayoría de los casos, se incorporan suplementos de estas vitaminas como parte integral de la terapia. Expertos indican que las recomendaciones de vitaminas liposolubles para las personas con fibrosis quística pueden superar en entre 3 a 20 veces las cantidades recomendadas para la población general.

    Es crucial tener en cuenta que la administración de estos suplementos vitamínicos debe ser siempre supervisada por el personal médico, ya que las vitaminas liposolubles no se eliminan fácilmente del organismo y un exceso de las mismas puede resultar tóxico.

    Riesgos de vitaminas insuficientes

    El déficit de estas vitaminas, A, D, E y K, puede tener graves consecuencias en la salud. En el sitio de Elsevier, se enumeran los riesgos asociados:

    Vitamina A: Su deficiencia puede provocar ceguera nocturna, retraso en el crecimiento, infertilidad y mayor susceptibilidad a infecciones.

    Vitamina D: La falta de esta vitamina puede llevar al raquitismo en la infancia, osteomalacia en la adultez (una afección ósea caracterizada por la falta de calcio y fósforo) y osteoporosis.

    Vitamina E: Su déficit se asocia con anemia y problemas nerviosos.

    Vitamina K: La carencia de esta vitamina puede resultar en hemorragias espontáneas.

     

    Fuente consultada aquí.

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