Aunque la amebiasis puede ser asintomática, la manifestación más frecuente que reportan los pacientes es la diarrea.
La amebiasis es una infección intestinal causada por el parásito Entamoeba histolytica. Cada año, esta enfermedad causa que alrededor de 50 millones de personas desarrollen colitis amebiana o condiciones extra-intestinales y cerca de 100.000 fallezcan en todo el mundo.
Pese a que el parásito se encuentra en todo el planeta, la mayoría de infecciones se detectan en América Central, la región occidental de América del Sur, en África, India y territorios donde los habitantes no cuentan con agua potable.
Cabe mencionar que la amebiasis se adquiere por transmisión fecal-oral y aunque la mayoría de veces es asintomática, algunos síntomas pueden ir desde diarrea leve hasta disentería grave, que es la presencia de moco o sangre en la materia fecal.
El diagnóstico de la amebiasis se realiza a través de la identificación de la Entamoeba histolytica en la muestra de las heces fecales del paciente y se confirma con inmunoensayos que detectan el antígeno en las heces, o con pruebas serológicas si se sospecha enfermedad extraintestinal.
La infección parasitaria puede confundirse con otras condiciones
Además de eso, la amebiasis no disentérica puede confundirse con el síndrome de intestino irritable, la enteritis regional o la diverticulitis y un tumor en el hipocondrio derecho también puede confundirse con cáncer, tuberculosis, actinomicosis o el linfoma.
Por otro lado, la disentería amebiana puede diagnosticarse erróneamente como shigelosis, salmonelosis, esquistosomiasis o una colitis ulcerosa. En esta condición, las deposiciones suelen ser menos frecuentes y menos acuosas que en la disentería bacilar.
Expertos indican que la amebiasis hepática y el absceso amebiano deben distinguirse de otras infecciones y tumores hepáticos.
Los pacientes con absceso hepático amebiano suelen presentar dolor en el cuadrante superior derecho del abdomen y fiebre. Esta afección es más frecuente en hombres y jóvenes expuestos a áreas endémicas, mientras que el absceso hepático piógeno es más frecuente en adultos mayores.
Pruebas para diagnosticar la amebiasis
El diagnóstico de amebiasis se confirma al hallar trofozoítos amebianos, quistes o ambos en las heces o los tejidos y los inmunoensayos que detectan los antígenos de E. histolytica en las heces son sensibles y específicos y se realizan para confirmar el diagnóstico.
También se pueden hacer ensayos de detección de ADN específicos para E. histolytica, que son mediante una reacción en cadena de la polimerasa, los cuales se realizan en laboratorios específicos.
Las pruebas serológicas son positivas en aproximadamente el 95 % de los pacientes con un absceso hepático amebiano, más del 70 % de aquellos con infección intestinal activa y en el 10 % de los portadores asintomáticos.
Por otro lado, el enzimoinmunoensayo (EIA) es la prueba serológica que se usa con mayor frecuencia, sin embargo, estos exámenes son útiles cuando el paciente no tiene una infección previa.
En el caso de una infección intestinal amebiana, la identificación microscópica de las amebas se realiza con 3 a 6 muestras de heces fecales y métodos de concentración. La infección amebiana extraintestinal es más difícil de diagnosticar, ya que el examen de las heces suele ser negativo y resulta difícil recuperar trofozoítos del pus aspirado.
Terapias disponibles para la amebiasis
Usualmente, el tratamiento de la enfermedad es metronidazol o tinidazol, seguido de paromomicina u otros medicamentos activos contra los quistes en la luz del colon.
Asimismo, para los síntomas gastrointestinales y la amebiasis extraintestinal, se usan:
Metronidazol por vía oral 500 a 750 mg 3 veces al día (entre 12 y 17 mg/kg 3 veces al día en los niños) durante 7 a 10 días.
Tinidazol 2 g por vía oral 1 vez al día durante 3 días para los síntomas gastrointestinales leves a moderados; 5 días para los síntomas gastrointestinales graves y 3 a 5 días para el absceso amebiano hepático.
La nitazoxanida es una alternativa eficaz para la amebiasis intestinal no invasora (500 mg por vía oral, 2 veces al día durante 3 días con alimentos).
Expertos recomiendan que el tratamiento de los pacientes con síntomas gastrointestinales significativos debe incluir la reposición hídrica con líquidos y electrolitos.
Pese a que el metronidazol, el tinidazol y el nitazoxanide tienen cierto nivel de eficacia contra los quistes de E. histolytica, no son suficientes para erradicarlos, por eso se utiliza un segundo fármaco para erradicar los quistes residuales en el intestino.
Fuente consultada aquí.