Y aunque se creería que el proceso es igual para todas las mujeres, lo cierto es que existen múltiples dificultades y brechas en este proceso.
La ovulación es el momento biológico en el que el cuerpo de la mujer se alista para la fecundación. Es decir, cuando se libera un óvulo de las trompas de Falopio que permanece a la espera de un espermatozoide durante varios días. Si esto no llega a ocurrir, el óvulo muere y el período de ovulación termina dando paso a la menstruación. Y aunque se creería que el proceso es igual para todas las mujeres, lo cierto es que existen múltiples dificultades y brechas en este proceso.
Una de ellas se conoce en medicina como útero hostil. En esta condición, el útero reacciona negativamente al proceso de fecundación. Concretamente, se mantiene como un entorno en el que los espermatozoides no pueden permanecer con vida y llegar al óvulo. Por este motivo, los especialistas afirman que las mujeres con esta patología tardan en quedar en embarazo, aun si se trata de un segundo o tercer bebé el que buscan.
Para que el médico tratante pueda hablar de un caso de ‘hostilidad uterina’, la paciente debe manifestar anomalías en alguno de los aspectos que influyen en el proceso de fecundación: acidez, mucosidad y presencia de virus u otros microorganismos que evitan la llegada del espermatozoide al útero.
¿Pero cómo puedo sospechar o saber si tengo un útero hostil?
A continuación te presentamos varios signos que puedes evaluar y consultar con tu ginecólogo.
Estos factores inciden en la manifestación de un útero hostil:
Por fortuna, el útero hostil tiene tratamiento. Desde el momento de la detección, el ginecólogo evalúa el historial médico de la mujer para así establecer el método que le resulte más efectivo. Sin embargo, dentro de los más utilizados y recomendados están: toma de antibióticos, duchas vaginales o tratamientos hormonales (en caso de que sea posible).
Recuerda que este artículo es una guía y que cualquier duda debes resolverla directamente con tu médico. No te automediques, ni comiences un tratamiento sin supervisión, ya que puedes complicar tu estado de salud.