Un estudio muestra que un grupo de pacientes a los que se administró exenatida presentaron, a las 48 semanas, mejor función motora respecto al grupo control, efecto que persistió después del seguimiento, de 12 semanas.
Un fármaco usado comúnmente para tratar la diabetes podría servir como tratamiento del párkinson, según sugiere un estudio dirigido por el Instituto de Neurología de la University College de Londres (UCL, por sus siglas), en Reino Unido, que podría allanar el camino a nuevas investigaciones para definir su eficacia y seguridad. El trabajo, publicado en
The Lancet
y financiado por la Fundación Michael J. Fox para la Investigación del párkinson (MJFF), concluyó que las personas con párkinson que se inyectaron cada semana exenatide durante un año realizaron mejores pruebas motoras que los que se inyectaron placebo. "Este es un hallazgo muy prometedor, ya que el fármaco tiene potencial para afectar el curso de la enfermedad en sí, y no sólo los síntomas", ha explicado el autor principal del estudio, el profesor Tom Foltynie. "Con los tratamientos existentes, podemos aliviar la mayoría de los síntomas durante algunos años, pero la enfermedad continúa empeorando", ha añadido. Los investigadores observaron a una muestra de 60 personas con párkinson del Hospital Nacional de Neurología y Neurocirugía (NHNN), que utilizaron una inyección semanal de exenatide durante 48 semanas, o un placebo, además de sus medicamentos. En el estudio se ha observado que las personas que usaron exenatida tuvieron mejor función motora a las 48 semanas cuando finalizaron e tratamiento, lo que persistió después del seguimiento de 12 semanas. Los que se habían inyectado el placebo mostraron una disminución en sus puntajes motores en las pruebas de 48 y 60 semanas. La ventaja de 4 puntos, en una escala de 132 puntos de medidas como temblores, agilidad y habla, fue estadísticamente significativa. Los participantes no informaron mejoras apreciables en sus síntomas más allá del período de prueba, cuando además se les realizó un seguimiento para determinar cómo la propia enfermedad estaba progresando. La investigación no determina de manera concluyente si el fármaco estaba modificando la enfermedad en sí, por lo que la siguiente etapa de la investigación estudiará esta posibilidad. El párkinson afecta a 1 de cada 500 personas y es la segunda enfermedad neurodegenerativa más común en todo el mundo. Los síntomas típicamente no se hacen evidentes hasta que más del 70% de las células productoras de dopamina del cerebro se han visto afectadas. La condición produce rigidez muscular, lentitud de movimiento, temblores, trastornos del sueño, fatiga crónica y una mala calidad de vida. La exenatida, que se utiliza desde 2005 para tratar la diabetes tipo 2, activa receptores de la hormona GLP-1 en el páncreas para estimular la liberación de insulina. Los receptores GLP-1 también se encuentran en el cerebro, y una investigación previa ha demostrado que su activación puede aumentar la función de las conexiones de dopamina, actuar como un antinflamatorio, mejorar la producción de energía, y cambiar las señales de supervivencia celular.
Primer ensayo aleatorizado
Investigaciones adicionales realizadas por un equipo dirigido por el profesor Foltynie tratarán de aclarar cómo funciona exenatida para las personas con párkinson, ya que la evidencia previa en modelos animales demostró que la exenatida mejoraba el rendimiento motor. Además, un estudio anterior también encontró evidencia temprana de que podría ser un agente modificador del párkinson, pero fue un ensayo abierto, por lo que este último estudio fortalece la evidencia existente como el primer ensayo aleatorizado, controlado con placebo del fármaco para los pacientes de párkinson. "Esta es la evidencia más fuerte que tenemos hasta ahora de que un fármaco podría hacer más que aliviar los síntomas del párkinson", ha señalado el profesor Foltynie, quien espera queel siguiente paso sea un estudio a más largo plazo con más participantes, para investigar si hay marcadas mejoras en la calidad de vida.