Un fenómeno catalogado como catastrófico impactará todos los renglones y servicios de salud en la isla.
Un poderoso fenómeno atmosférico que se decidió colarse a la primera posición como el más poderoso en la historia de Puerto Rico y una población que apenas se recupera del roce de otro que demostró la vulnerabilidad en todas las áreas que repercuten en la salud pública de un país.
Energía eléctrica, agua, alimentos, acceso a los servicios de salud, salud mental deteriorada, entre otros recursos son las pertenencias sociales robadas por fenómenos como el huracán María, que comenzó hace días a amenazar toda la psiquis de un país al tomarse categoría 5, como un fenómeno catastrófico.
Puerto Rico está bajo una amenaza de salud pública. Sobre 500 refugios vuelven a ser ocupados a menos de 14 días del roce del huracán Irma, más de 50 mil familias aún están desprovistas del servicio de luz, las escuelas públicas apenas iniciaban su currículo escolar y el gobierno aún dedicaba esfuerzos para devolverle los servicios a la población.
Para el doctor Francisco Javier Parga Miranda, psicólogo clínico y subprocurador de la Oficina del Procurador del Paciente (OPP), un evento catastrófico tendrá un impacto directo sobre los recursos de la isla, como por ejemplo, la congestión en los servicios de salud.
“Esto implica que por un lado habrá un impacto directo porque perderemos luz eléctrica, agua, muchas personas perderán vivienda, movilidad, accesos a los servicios de salud, que se congestionarán en algún momento, profesionales de la salud también estarán dando servicios a las comunidades y que tendrán también difícil acceso a la salud por un periodo de tiempo y comprometidos por otro periodo de tiempo”, explicó a Medicina y Salud Pública (MSP).
“Pudieras tener un sector de personas heridas, no te hablo aún de aquellas que pudieran morir que ojalá no ocurra, sino de aquel con su salud mental afectada, que pudiera no buscar recursos y que el impacto a largo plazo sea múltiples temores, ansiedades, depresiones por las pérdidas ocurridas”, estipuló, quien ha ocupado posiciones en centros de salud mental.
Enfatizó en que el fallo en los sistemas de salud por eventos climatológicos da paso al desarrollo de enfermedades producto de la contaminación y que se deben buscar estrategias salubristas que brinden apoyo social y mental en primer orden y aporten a la rehabilitación del sistema poblacional.
El gobierno de Puerto Rico indicó que más de 1500 personas y sobre 60 mascotas ocupaban los refugios del País. También, se indicó que estos estaban equipados con alimentos y agua para suplir las necesidades básicas por un período de al menos dos semanas.
Además, realizó solicitudes de fondos federales al gobierno federal para la emergencia, autorizó la expansión de los beneficios de Medicaid y el programa de alimentos, Wic, entre otras medidas.
“Los salubristas debemos creer en servir. Debemos tener la actitud de ayudar”, urgió el doctor.