Por: Paula Alejandra Rojas Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública
En 1970, el médico estadounidense Robert White realizó un trasplante de cabeza de un mono a otro. El animal permaneció con vida durante nueve días, ya que a causa del corte en la médula espinal el mono no pudo sentir su cuerpo ni moverlo. Desde ese momento se empezó a hablar de la posibilidad de realizar un trasplante de cabeza en un ser humano. Posteriormente, a principios de noviembre de 2017, científicos de la Universidad de Medicina Harbin en China, lograron demostrar, tras una operación de 18 horas, la efectividad de trasplantar una cabeza humana en un cadáver, logrando reconectar con éxito la columna vertebral, los nervios y los vasos sanguíneos. Según declaraciones de Sergio Canavero, cirujano, profesor y director del Grupo de Neuromodulación Avanzada de Turín, el siguiente paso era llevar a cabo un intercambio completo entre los donantes de órganos con muerte cerebral. Ese, justamente, sería el paso final para el trasplante formal de cabeza. Un mes después, Valeri Spiridónov, programador ruso diagnosticado con una pérdida muscular rara debido a la enfermedad de Werdnig-Hoffman o atrofia muscular espinal (AME), se convirtió en el primer candidato para someterse a una operación única de trasplante de cabeza. La historia de Spiridónov empieza cuando con sólo un año, le fue diagnosticada una pérdida muscular rara debido a la enfermedad de Werdnig-Hoffman, que afecta a las neuronas de la médula espinal y hace que la persona quede completamente inmovilizada; y a pesar de que el 50% de los niños con atrofia muscular espinal no logran superar el año de vida, Spiridónov ha llegado hasta los 30 años. En el año 2015, Spiridónov, después de conocer las investigaciones y los avances científicos del doctor Canavero, decide contactarse con él para postularse como el primer paciente en someterse al trasplante de cabeza. Canavero, decide aceptar su postulación debido a que, según él, quienes sufren atrofia muscular espinal tienen prioridad en la selección de pacientes para este tipo de operaciones. Ahora, la gran pregunta es ¿cómo se realizará la cirugía?: para llevar a cabo la intervención quirúrgica debe enfriarse el cuerpo y la cabeza antes de proceder al trasplante, para que las células del tejido vivo no se pierdan durante la operación. Después, las terminaciones nerviosas de las dos partes se conectan por medio de polietilenglicol, que servirá como una especie de conexión hasta que los tejidos se unan. Según Canavero, antes de la operación, habrá que inducir al paciente a un estado de coma para evitar cualquier movimiento, mientras unos electrodos implantados en la espina dorsal estimularán la creación de nuevas conexiones nerviosas. La técnica consiste en unir la parte de la espina dorsal de la cabeza separada con la parte de la espina dorsal que queda en el cuerpo receptor, usando para ello una sustancia química. Después, los cirujanos habrán de suturar los músculos y conductos sanguíneos. Por otra parte, a pesar de que este hecho se va a convertir en una proeza científica, la polémica no se ha hecho esperar en el mundo de la ciencia, ya que varios expertos advierten que es imposible llevar a cabo con éxito una operación de estas características. Según declaraciones de varios médicos, el principal problema al que se van enfrentar los cirujanos al realizar la cirugía es el tratamiento del cerebro, ya que sin circulación las consecuencias irreversibles para sus estructuras sobrevendrán en cinco minutos tras la separación de la cabeza del cuerpo. Asimismo, otros científicos y profesionales de la salud advierten que la cirugía supondría una violación de las normas éticas. Aún con esto, el doctor Canavero, no solo espera obtener los mejores resultados, sino que asegura poder ayudar a todos aquellos pacientes con cáncer y atrofia muscular. En la cirugía participarán más de 150 doctores y enfermeras, costará más de 11 millones de dólares y tendrá una duración aproximada de 36 horas.