La incidencia de VIH en países de ingresos bajos y medios todavía es un reto de salud pública a nivel internacional. Debido a que estas poblaciones no consiguen acceder al tratamiento antirretroviral
Agencia Latina de Noticias Medicina y Salud Pública
La incidencia de VIH en países de ingresos bajos y medios todavía es un reto de salud pública a nivel internacional. Debido a que estas poblaciones no consiguen acceder al tratamiento antirretroviral o darle la continuidad que requiere, un nuevo ensayo sobre la aplicación práctica de recursos en la salud pública dado a conocer en la revista 'PLOS Medicine', debate el uso que se le da a los mismos y plantea una solución.
El escrito elaborado por Mark Tenforde, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington (Estados Unidos) propone utilizar la prueba CD4 -independientemente del resultado- como primera medida para dar inicio a la terapia antirretroviral y así salvar miles de vidas. A esta conclusión se llegó tras analizar varios estudios en los que se demuestra la efectividad de esta opción de tratamiento, incluyendo la estrategia de 2015 propuesta por la OMS y que en su momento se conoció con el lema 'Tratar a todos'.
En el ensayo, Tenforde y otros profesionales de la salud recalcan que en un gran número de pacientes de estos países, la medidas siguen siendo insuficientes, pues el contagio, infecciones y fallecimientos relacionados con el VIH se detectan en fases tardías cuando la salud del afectado está gravemente comprometida. Como consecuencia, sus tratamientos inician cuando ya es evidente una inmunosupresión grave y las personas con el virus son más propensas a sufrir el síndrome inflamatorio de reconstitución inmune además de otro tipo de enfermedades (como la tuberculosis) o incluso la muerte.
De acuerdo con la publicación, es necesario que la prueba de CD4, utilizada como test previo al inicio de la terapia antirretroviral, continúe disponible para evitar las muertes asociadas a la atención tardía, ya que el acceso a la prueba de carga viral -la más usada hoy en día- es limitado para las poblaciones de los países ya mencionados. "Creemos que esto proporciona un algoritmo pragmático para evitar retrasar la terapia antirretroviral para los pacientes más inmunodeprimidos que tienen el mayor riesgo de morir", escriben los autores en el ensayo.