Constantemente escuchamos hablar de los desórdenes del sueño en la población adulta, pero poco se habla de cómo afecta esta condición a los niños.
Angélica Claudio Merced
Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública
Constantemente escuchamos hablar de los desórdenes del sueño en la población adulta, pero poco se habla de cómo afecta esta condición a los niños. Según el neumólogo pediátrico, Ángel Colon Semidey, uno de cada diez niños puede llegar a roncar en algún momento en su vida, lo que podría llevarlo a enfermedades relacionadas con los trastornos del sueño.
Aunque parecería que roncar es algo normal, medicamente no lo es. “Roncar te habla de que hay algo que está deteniendo la entrada y salida de aire normal y es algo que debemos explorar. Cuando ese ronquido es constante y va en aumento no es normal. El niño puede desarrollar enfermedades que necesitan tratamiento como la apnea obstructiva del sueño”, explicó el especialista.
La apnea constructiva del sueño se refiere a cuando a los niños le crecen las amígdalas adenoides por encima de lo normal, lo que causa el ronquido y se opta por remover las amígdalas. Esta enfermedad es más común en niños de 4 a 6 años. De igual forma, existen otros problemas que se ven con los desórdenes del sueño como: dificultad de oxigenación (que pone una carga adicional al corazón), que el niño deje de dormir, se orine en la noche y en casos severos podría hasta desembocar en convulsiones.
Colón Semidey indicó que lo recomendable es que los niños tengan una buena rutina del sueño, con una cantidad de horas razonables entre 8 a diez horas. “Queremos que ese sueño sea profundo y efectivo, que al otro día tengamos una actividad normal. Cuando eso se interrumpe es dañino. Es importante que después de cierta hora se baje la intensidad de la televisión, de los ruidos, hay tener un ambiente apropiado y evitar el uso de la tecnología. Todo esto afecta el patrón del sueño”, explicó el doctor, quien agregó que ante la sospecha de algo fuera de lo normal en la rutina del sueño de los niños, visiten el médico para una evaluación.