Histórico trasplante de rostro le da a esta joven que intentó suicidarse una segunda oportunidad

Cuando tenía 18 años, Katie Stubblefield intentó suicidarse. Aunque sobrevivió, terminó con su cara desfigurada. Después de sobrellevar meses de espera

Medicina y Salud Pública

    Histórico trasplante de rostro le da a esta joven que intentó suicidarse una segunda oportunidad

    Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública

    Cuando tenía 18 años, Katie Stubblefield intentó suicidarse. Aunque sobrevivió, terminó con su cara desfigurada. Después de sobrellevar meses de espera, logró superar una compleja operación de 31 horas en la que recibió un trasplante de frente, párpados, mejillas, quijada y labios. Katie Stubblefield tenía 18 años cuando decidió de un tiro acabar con su vida. Su hermano oyó el disparo y la encontró tendida en el suelo del baño con su cara hecha pedazos. 

    Katie, sin embargo, no murió. 

    Así lo narra la historia que ocupa la portada de la edición de septiembre de la revista National Geographic y 

    puede leerse en español aquí.

    Lejos de lo que había figurado sería su destino emprendió un duro camino para vivir y recuperarse. La vida que había puesto en duda por los problemas que enfrentaba en su momento, ahora parecía mas valiosa que nunca, y 

    los problemas del pasado –esa traición amorosa, esas dificultades de salud– eran ahora verdaderos asuntos menores ante la proeza de vivir sin una cara normal. Después de tres años, cuando Katie cumplió 21 años, una inesperada posibilidad apareció: 

    los médicos de la clínica de Cleveland, Ohio, 

    le realizarían un trasplante de cara.

    Ni ella ni sus padres sabían que algo así era posible, pero al enterarse de que esta compleja operación podía devolverle funciones básicas como 

    comer y masticar, hablar y ver mejor

    , siguieron todos los procedimientos que los médicos sugirieron para poder encontrar la donante ideal. En mayo de 2017, la espera se terminó. Los médicos encontraron la donante: Adrea Schneider, una joven que había muerto por sobredosis. Después de 31 extenuantes horas de cirugía, 

    Katie Stubblefield se convirtió en la persona más joven en recibir un trasplante completo de cara.

    Los detalles de su travesía están contados en detalle en la revista National Geographic que recoge su conmovedor relato y el de sus padres –que la han acompañado en este duro viaje– en un artículo titulado ‘Una nueva cara para Katie, un encargo extraordinario’ y en 

    un documental largo bautizado ‘La cara de Katie’

    , que incluimos a continuación.

    Los avances en los trasplantes de rostros

    El primer trasplante de rostro en la historia se hizo en 2005 y desde entonces ha habido unos 40 casos. Los trasplantes de rostro se han vuelto cada vez más frecuentes en los últimos años. En noviembre de 2015, un socorrista de 41 años –desfigurado desde 2001 tras sufrir varias quemaduras– fue sometido al que entonces se conoció como 

    “el trasplante de rostro más amplio y complejo practicado hasta el momento”

    , según lo informó el centro médico NYU Langone, en Nueva York. En marzo de ese mismo año, un hospital español informó que había practicado exitosamente otro trasplante que consistió en la reconstrucción de la parte baja del rostro, cuello, boca, lengua y garganta de un hombre anónimo terriblemente desfigurado por una enfermedad. En 2010, el mismo hospital practicó el primer trasplante facial total en un hombre que sufrió un accidente que lo dejó sin nariz y deformó su mandíbula y pómulos. El primer trasplante facial parcial del mundo fue practicado por médicos franceses en 2005, a Isabelle Dinoire, una mujer de 38 años que había sido atacada por su perro.

    Larga recuperación

    Katie recibió de su donante de cara la frente, los párpados superiores e inferiores, la nariz, la boca, los labios, las mejillas. También el maxilar superior, los dientes y los músculos faciales. Aunque hasta ahora la operación ha sido todo un éxito, 

    durante toda su vida tendrá que tomar medicamentos que le ayuden a su sistema inmune a no atacar a los tejidos extraños.

    La mayoría de los casos reportados hasta ahora han sido exitosos, aunque muy sonado fue el caso de Jerome Hamon quien estuvo durante dos meses como un "muerto viviente", sin poder hablar, ver o escuchar, en espera de que apareciera un donante para recibir un segundo trasplante ya que el primero que le habían realizado fue rechazado por su cuerpo. Según cuenta en el testimonio dado a la revista, 

    Katie ahora con una cara nueva y funcional, quiere ir a la universidad y usar su historia para inspirar a otros

     y sobre todo para llamar la atención sobre los desgarros que deja en una vida el intento de suicidio. A nivel mundial, cerca de 800,000 personas mueren cada año debido al suicidio, que es aproximadamente una persona cada 40 segundos, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud. La mayoría de los gastos de la operación de Katie fueron costeados por el Departamento de Defensa que ha visto en ella, en su edad, un caso emblemático y de estudio que pueda traer importantes avances para tratar a soldados heridos en guerra.

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