Mientras, recalcan la importancia del estudio de la memoria implícita para mejores terapias psicológicas.
El estudio de las emociones asociadas al estrés, los polimorfismos asociados a trastornos de depresión y ansiedad y la búsqueda de nuevas terapias psicológicas para el bienestar de los pacientes puertorriqueños.
Esta es la síntesis de una amplia investigación que emerge desde el Instituto de Investigación Traslacional Conductual de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Ponce (UPR-P), donde inicia una investigación en la cual se fusionan técnicas moleculares, en búsqueda de variantes genéticas asociadas a distintas emociones así como a síntomas de Depresión y Ansiedad. Esto, en unión a diferentes medidas cuantitativas y cualitativas que serán parte de la experiencia de la muestra de participantes.
Dr.Efraín J. Ríos Ruiz, director del Departamento de Consejería y Servicios Psicológicos de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Ponce. Suministrada.
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El autor principal de la misma es el Dr.Efraín J. Ríos Ruiz, director del Departamento de Consejería y Servicios Psicológicos de la UPR-P y profesor a tiempo parcial de la Ponce Health Sciences University.
Del estudio también serán parte biólogos moleculares del Departamento de Biología de la UPR-P, como lo es la Dra. Edu Suárez.
La parte inicial del estudio se presta a evaluar controles de la comunidad para luego establecer comparaciones con personas diagnosticadas bajo trastornos de Depresión, Ansiedad o que presenten emociones relacionadas en la isla.
“Lo que pudiéramos estar haciendo es identificando otros polimorfismos de personas que pudieran estar más vulnerables a ciertas emociones con ciertas variantes genéticas. Ya existe evidencia de la asociación entre el gen 5 HTT y una mayor sintomatología depresiva. Por el momento nos limitaremos a casos de Depresión y Ansiedad, que son los trastornos mentales con mayor incidencia”, apuntó Ríos Ruiz.
“Queremos también ver las implicaciones psicológicas de estos polimorfismos, ya que la biología en el ser humano no se desarrolla de manera aislada, sino en un ambiente socio-cultural que no podemos obviar. Queremos ver el trazo completo desde la parte genética y sus interacciones con variables emocionales y neuropsicológicas que median en la atribución de significado y valencia a los diferentes eventos que experimentamos a diario. Esto pudiera mejorar los procesos terapéuticos de la actualidad”, formuló.
Este estudio también estará evaluando variaciones genéticas que pudieran estar relacionadas a la memoria y las emociones.
Importante el estudio de la memoria implícita
De otro lado, el psicólogo clínico resaltó el que hoy día uno de los roles de los especialistas conductuales es el estudio de la memoria implícita y los procesos que ocurren fuera del consciente para mejorar las intervenciones actuales con los pacientes.
“El estudio de la memoria implícita ha tenido un resurgir, pues varias investigaciones a partir de la década del 70 han señalado la importancia de tomar en cuenta que la memoria no es una función unitaria, más bien, está regida por varios sistemas como lo son la memoria explícita (que se puede expresar verbalmente) y la memoria implícita, que se manifiesta de formas no verbales a través de nuestras acciones, hábitos y emociones que en ocasiones no podemos verbalizar”, explicó el Dr. Ríos Ruiz.
“Los aspectos de la memoria implícita son indispensables en la conducta del ser humano. Identificar cómo se manifiestan estos procesos inconscientes dentro de la cultura y la idiosincrasia del individuo es sumamente importante para mejorar los tratamientos psicológicos hoy día. Como psicólogos clínicos tenemos que estar consciente de esa parte no consciente del paciente”, esbozó.
De esta forma, el Dr. Ríos Ruiz indicó que se pudiese tratar mejor a los pacientes identificando de lleno las emociones asociadas a ciertas conductas repetitivas y maladaptativas para un mejor tratamiento psicoterapéutico.
