Espondilitis Anquilosante: más que un simple dolor en la espalda

El dolor inicialmente se puede presentar en forma intermitente y con el tiempo se va tornando más severo y constante.

Redacción MSP

    Espondilitis Anquilosante: más que un simple dolor en la espalda

    La Espondilitis Anquilosante (Espondil: espina o columna, itis significa inflamación, Anquilosante significa rígido) es una forma de artritis, pertenece al grupo denominado Espondiloartritis.

    Se presenta compromiso predominante de la columna, por lo cual se produce dolor en la región lumbar (en la espalda baja), siendo más severo cuando la persona permanece un tiempo prolongada en reposo o al momento de levantarse por la mañana, durante periodos prolongados de tiempo puede atribuirse el dolor a otras causas como malas posturas, uso de colchón inadecuado, exceso de trabajo sentado en una misma posición, etc.

    Ya que el dolor inicialmente se puede presentar en forma intermitente y con el tiempo se va tornando más severo y constante.

    Se puede manifestar por inflamación de las articulaciones de rodillas, pies, codos, en forma asimétrica. Los pacientes presentan en ocasiones episodios de dactilitis, inflamación difusa de las partes blandas de los dedos de las manos o de los pies, por su apariencia se denomina "dedos en salchicha". También se puede presentar dolor e inflamación en los sitios de inserción de los tejidos blandos (tendones y músculos) al hueso, especialmente en codo, pie, rodilla, siendo frecuente el compromiso del tendón de Aquiles. Este síntoma se conoce como entesitis.

    Las personas que padecen la enfermedad, además de los síntomas articulares, pueden presentar manifestaciones en otros órganos, denominadas extraarticulares:

    Ojos: 20-30% pueden presentar uveítis, que se caracteriza porque se presenta enrojecimiento ocular, dolor en los ojos, con visión borrosa.



    Pulmón: se presentan en forma variable, una de las más frecuentes es la dificultad para la expansión del tórax, con el compromiso de la enfermedad en la región de costillas y columna, con dificultad para respirar. También se puede comprometer el pulmón directamente produciendo cuadros de tos y dificultad respiratoria.



    Cardiovascular: Hasta el 30% de la población afectada por la enfermedad puede tener compromiso del corazón y de los vasos como la Aorta. Cuando la enfermedad no tiene un control adecuado, puede aumentar el riesgo de presentar hipertensión arterial e infarto agudo del corazón.



    Riñón y vías urinarias: cerca del 10% de los pacientes presentan en el curso de la enfermedad cálculos renales. Y entre el 5 al 13% pueden presentar alteraciones en la función del riñón, manifestadas por episodios de sangre en la orina o eliminación aumentada de las proteínas en la orina.



    Si usted presenta dolor crónico y sensación de rigidez en la espalda baja y caderas, que se aumentan con el reposo prolongado, en ocasiones lo despierta en la noche: Consulte para que se le realicen los estudios, ya que podría tener una espondilitis anquilosante.



    El diagnóstico temprano le mejora el pronóstico, ya que actualmente existen múltiples tratamientos que controlan la progresión de la enfermedad tanto a nivel articular como extraarticular.

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    Artículo de la Dra. María Constanza Latorre

    Médico Internista - Reumatólogo





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