Para el neurocirujano Ángel Viñuelas, tratar a sus pacientes va más allá de hacer todo lo posible para controlar o disminuir los síntomas cardinales del Parkinson
Para el neurocirujano Ángel Viñuelas, tratar a sus pacientes va más allá de hacer todo lo posible para controlar o disminuir los síntomas cardinales del Parkinson, como son la rigidez, la lentitud de movimientos, la inestabilidad postural, además del temblor particular, a través de la cirugía de estimulación profunda del cerebro que realiza junto al doctor David Lozada.
El médico español, radicado en la Isla hace varios años gracias a que su esposa es puertorriqueña, está en la última etapa de los preparativos para establecer una fundación, cuyo objetivo “es cubrir toda la Isla con información y educación a pacientes y familiares. Y que ayude a coordinar un cuidado integral de los pacientes, ya que necesitan neurólogo, fisiatra, psiquiatra, gastroenterólogo, psicólogo, urólogo, que en la zona metropolitana lo tienen, aunque sea un poco complicado, pero fuera de la zona metropolitana, no”, detalló.
La fundación, que ha llamado Iniciativa Neurológica de Salud de Puerto Rico (INSPR) además, impulsará que se incentive la investigación clínica y la investigación básica, indicó Viñuelas, quien explicó que el Parkinson se trata de una condición degenerativa que ocurre según la persona avanza en edad, aunque existe el Parkinson juvenil, que puede surgir a los 40 años.
El médico, quien se concentró en neurociencia y trabaja con la movilidad, ya ha conversado con otros neurólogos en busca de que colaboren con el proyecto, así como con la Fundación de Parkinson de Estados Unidos, a cuya Junta de Directores pertenece una doctora puertorriqueña “y que están muy interesados en ayudarnos. Tenemos ya una cantidad de fuerzas convergiendo para poder iniciarla”, indicó.
De paso, Viñuelas aclaró que no trabaja con células madre. Estudió biología en su natal España y tras completar su doctorado, trabajó en investigación básica, en la Universidad de Harvard, en Boston, Massachussetts. Laboró cuatro años como científico en el área de neuroregeneración con células madre y células fetales, mas no en investigación clínica, puntualizó.
La investigación con células fetales en pacientes con Parkinson se ha realizado en Europa y Estados Unidos. Mencionó que durante su investigación fue probada en monos y ratones para ver por qué funcionaba y por qué no, y cómo avanzar esa técnica. Trabajó, además, en el análisis de varios cerebros de pacientes que fallecieron, algo que muy pocos han hecho. “Somos muy pocos los que hemos ‘pisado’ el cerebro humano, y todos nos conocemos”, mencionó.
“La terapia con células fetales fue muy efectiva. Tenía el problema moral o ético por ser células fetales, y el práctico de que, aunque no fuera un problema moral, las células fetales son muy limitadas. Las células de embriones de abortos selectivos que tienen las neuronas adecuadas en el momento adecuado de desarrollo era muy eficaz. Las células le regeneran el cerebro. No curan la enfermedad, pero mejoran mucho los sistemas”, reveló el médico.
En cuanto a las células madre, dijo que “cuando llegan, eso es una promesa; una posibilidad de tener células de todo tipo para el corazón, para el cerebro, para todos los sistemas; que es muy grande y se pone todo el mundo a investigar en esto y sigue haciéndolo. El problema de las células madre para el cerebro es que el cerebro es como el corazón. Hay muchísimas células, tipos de marcadores y uno tiene que descubrir la célula adecuada y poder reproducir solamente esa, para ponerla en el lugar adecuado. Eso ha avanzado mucho, pero todavía no está disponible para practicarlo en humanos”.
Puntualizó que quienes aseguren que utilizan células madre para tratar cualquier enfermedad neurológica relacionado al cerebro, “lo que dicen no es verdad y en el fondo, es un fraude, ya que han cerrado clínicas en diferentes países, porque lo que hacen es que toman células de diferentes partes del cuerpo y las ponen en la sangre y eso nunca llega al cerebro”.