Desde Puerto Rico se continúa el ahínco científico contra enfermedades mortales a nivel mundial y esta vez, se han logrado identificar prometedores compuestos que pudieran darle la batalla al parásito de la malaria.
Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública
La enfermedad zoonótica provoca millones de muertes y aun desafía al campo científico
Desde Puerto Rico se continúa el ahínco científico contra enfermedades mortales a nivel mundial y esta vez, se han logrado identificar prometedores compuestos que pudieran darle la batalla al parásito de la malaria.
La malaria es una enfermedad que a nivel global cobra millones de vidas, representa una carga salubrista para la Organización Mundial de la Salud y a nivel científico, el paludismo transmitido por el mosquito Anopheles muta constantemente y burla los esfuerzos científicos y de biología molecular que buscan hacerle frente.
Aunque en Puerto Rico la también fiebre de jungla fue erradicada para el 1954, la enfermedad formó parte de los batallones de muerte en el país y hoy día, en países como África subsahariana sigue cobrando alrededor del 92% de las muertes, especialmente en niños menores de cinco años.
Anualmente se registran 216 millones de casos nuevos anualmente, según el informe OMS del año 2017.
En la isla, los laboratorios dirigidos por la doctora Adelfa Serrano, desde el Recinto de Ciencias Médicas (RCM), en alianza con destacados laboratorios internacionales, han hallado tres compuestos que buscan atacar una proteína (glutathione S-transferase), crucial para el desarrollo y reproducción del parásito.
Serrano obtuvo su formación científica entre las aulas del RCM, la universidad del estado de Georgia y Harvard.
“El problema de la enfermedad es que no tiene una vacuna y tenemos que continuar creando medicamentos. El parásito muta mucho y es muy complejo. Ya se han agotado todas las vacunas y medicamentos disponibles y el parásito es resistente. Entender porqué el parásito se torna resistente es urgente y estudiar donde de antemano desarrollará resistencia es clave investigarlo”, explicó.
“Nosotros estamos investigando los mecanismos de resistencia porque es un punto para intervenir a tiempo y estamos haciendo las pruebas a los tres compuestos antimaláricos potenciales que hemos identificado. Tenemos que realizar distintos ensayos para estar seguros y probarlos en modelos de roedores. Estos compuestos podrían ser aplicados a través de nanopartículas. Estamos todavía en ese proceso”, añadió.
Los científicos ahora se preparan para evaluar que los tres compuestos con actividad antimalárica no sean citotóxicos, no dañen células rojas de la sangre y esperan probarlos en modelos en vivo, entre otros componentes.
Más allá, aunque es baja la presencia del mosquito Anopheles en la isla, este vector continúa siendo un riesgo como portador de la infección.
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