Las evaluaciones psiquiátricas, la medicina física, la neuromodulación y la cirugía intervencional han comenzado a ganar relevancia en el tratamiento de pacientes renales
Giovanny Vega
Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública
Las evaluaciones psiquiátricas, la medicina física, la neuromodulación y la cirugía intervencional han comenzado a ganar relevancia en el tema del tratamiento y manejo de dolor crónico en pacientes renales.
Muchos de los medicamentos, que por lo general se utilizan para el manejo de este tipo de dolor, tienden a tener diferencias en la farmacodinámica y la forma en la que se metabolizan, lo que limita su uso a cierta población en específico y da paso a nuevas alternativas de tratamiento.
"Es un tema muy importante, que debemos tener presente, porque el manejo del dolor resulta ser un poco más difícil que en la población general, porque tenemos que enfrentarnos a que la mayoría de las drogas que utilizamos hay que modificarlas de alguna forma para el paciente renal”,
expresó el doctor Josué Castresana en entrevista con la Revista de Medicina y Salud Pública.
El galeno, especialista en nefrología, aseguró que siempre se vislumbra la posibilidad de tratar los dolores en pacientes renales con medicamentos, pese a que la conducta del comportamiento apunta a ser más efectiva a la hora de contribuir al manejo de los dolores.
Es recomendado que el proceso para el manejo del dolor crónico se realice con un grupo de múltiples especialistas, debido a la gran gama de modalidades de tratamiento que han surgido.
"El dolor crónico resulta ser uno de los síntomas altamente prevalentes en esta población, en comparación con la población en general”, añadió Castresana, en referencia al 60 por ciento de los pacientes renales que tienen prevalencia de dolor.
En el caso de los fármacos, la comunidad médica debe realizar el tratamiento de forma individualizada, escalonada y con un ascenso en la potencia para curar el dolor. Los médicos deben estar atentos a la acumulación de los compuestos y metabolitos que se acumulen en los individuos, con el fin de evitar mayor toxicidad.
Las nuevas modalidades cobran mucha más importancia para conseguir soluciones en momentos en los que algunos medicamentos pudiesen potenciar el daño al riñón, por ejemplo.