El ácido hialurónico ha sido el aliado más ideal para disminuir los signos del envejecimiento.
El ácido hialurónico es una sustancia que se puede aplicar en las capas internas de la piel para promover la hidratación, rellenar la piel y dar los contornos deseados por las personas en zonas como el mentón, las mejillas, los labios y los párpados.
Este es un ingrediente que se ha convertido en sinónimo de producto de belleza y hoy aparece en las etiquetas de muchos productos para la piel, al igual que en anuncios de clínicas y consultorios de estética.
Sin embargo, ¿cuáles son los riesgos de esta sustancia y ¿qué efectos secundarios puede generar? Con las siguientes 5 preguntas conocerá los principales problemas relacionados con el producto.
1. ¿Qué es el ácido hialurónico?
El ácido hialurónico es una sustancia fabricada por el propio cuerpo y el de otros animales. Su función es mantener la hidratación natural de las células que forman las capas internas de la piel, además de ayudar a sostener y rellenar este tejido.
Al respecto, la Dra. Alessandra Grassi Salles, coordinadora del Grupo de Cirugía Estética, Cosmética y Láser del Departamento de Medicina de la Universidad USP, afirma que “con los años y el proceso de envejecimiento, perdemos la matriz extracelular de la piel, que se vuelve más delgada y floja”. Esta matriz corresponde precisamente a todas las sustancias que "rellenan" la piel y mantienen unidas las células cutáneas.
2. ¿Cuál es la diferencia entre las cremas y las inyecciones?
"El gran problema es que el ácido hialurónico que producimos naturalmente tiene una vida media muy corta. El cuerpo lo absorbe en menos de 48 horas", explica el Dr. Daniel Boro, de la Sociedad de Cirugía Plástica. "La industria desarrolló entonces versiones de esta sustancia que son mucho más resistentes y permanecen en el organismo durante meses", agregó.
Actualmente, el ácido hialurónico inyectado en procedimientos estéticos se obtiene a través de un proceso de fermentación de algunos microorganismos y las cremas llevan versiones sintéticas de este ingrediente.
Sobre eso, la Dra. Alessandra Ribeiro Romiti, asesora del Departamento de Cosmética Dermatológica, señala que "la función básica de la crema es promover una hidratación muy superficial de la piel. Los inyectables tienen la función de rellenar, sostener y rejuvenecer partes del rostro".
Los especialistas explican que la crema aporta moléculas grandes, que no pueden traspasar las primeras capas de la piel. Con esto, no hay posibilidad de que el ácido hialurónico que forma parte de la formulación profundice y llene la matriz extracelular.
Un efecto de hidratación similar, por cierto, se observa en las cápsulas que también traen este ingrediente, sin embargo, antes de comenzar a utilizar cualquiera de estos elementos, lo ideal es buscar la orientación de un experto.
3. ¿Para quién es adecuado el ácido hialurónico?
En general, no existe una recomendación que se ajuste a todas las personas. "Podemos aplicarnos ácido hialurónico como parte del proceso de gestión del envejecimiento de la piel", dice el Dr. Daniel Boro.
Por su parte, la Dra. Alessandra Ribeiro Romiti expresa que, "no hay una edad adecuada para empezar el tratamiento. Hay personas que empiezan a trabajar las ojeras a los 25 años, otras buscan corregir determinados aspectos del rostro tras una cirugía bariátrica o quieren un enfoque más global cuando llegan a los 50 o 60 años”.
4. ¿Son definitivos los resultados de la aplicación?
Los especialistas indican que no, ya que el ácido hialurónico utilizado en los procedimientos dura más, pero gradualmente es absorbido por el cuerpo. "Todo depende del tipo de gel y en qué parte de la cara se aplicará", afirma el Dr. Boro. "En términos generales, permanece en las capas de la piel alrededor de un año, pero este tiempo suele variar entre seis y 18 meses".
Cabe mencionar que no todo el ácido hialurónico es igual: hay formulaciones más consistentes y otras más maleables, por lo que el profesional selecciona el tipo adecuado según la parte del rostro y el efecto deseado. En el mentón o la mandíbula, por ejemplo, puede ser necesario un gel más firme, mientras que en los labios o párpados, es mejor aplicar un producto flexible y elástico, que permitirá un movimiento más natural de la boca o los ojos.
Además de la consistencia, otro factor que interfiere en la duración del ácido hialurónico es el movimiento de las estructuras faciales, que tiende a desaparecer en áreas que se mueven con mucha frecuencia, como los labios y los ojos, y permanece por más tiempo en partes que son menos móviles, como la mandíbula.
5. ¿Hay riesgo de efectos secundarios después del procedimiento?
Pueden surgir efectos adversos y es importante que tanto los especialistas como los pacientes sepan identificarlos para actuar rápidamente y contener el daño. Uno de los peligros más temidos ocurre cuando el producto se inyecta en la parte equivocada de la cara.
El ácido hialurónico puede detenerse en el interior de los vasos sanguíneos que irrigan el rostro, donde provocará una obstrucción que conducirá a la muerte de tejidos en partes de la nariz, los labios o incluso a un cuadro de ceguera. "Para minimizar este riesgo, es importante hacer este procedimiento con profesionales que tienen mucha experiencia y años de formación", afirma la Dra. Salles.
"Esto no es algo que se aprende en un curso de fin de semana. Se necesitan años de estudio para comprender todas las variaciones anatómicas de la cara y dónde es probable que estén las venas y las arterias, e incluso los especialistas más experimentados pueden cometer errores e inyectar sin querer la sustancia dentro de un vaso (sanguíneo)" enfatizó.
Para minimizar los daños, es posible utilizar una enzima llamada hialuronidasa, que tiene la función de absorber el ácido hialurónico aplicado incorrectamente, pero este "antídoto" tampoco se puede usar en todas las situaciones: hay pacientes que son alérgicos a la hialuronidasa y desarrollan reacciones graves.
Además de la obstrucción de arterias y venas, otros posibles efectos secundarios son reacciones inflamatorias, caracterizadas por enrojecimiento e hinchazón, y la formación de nódulos en el lugar de la inyección.
La Dra. Salles explica que el uso excesivo del ácido hialurónico puede afectar el movimiento de la cara y la persona puede alterar su expresión natural. “Hay que encontrar un equilibrio para que la persona se sienta bien y pueda reconocer su propia cara en el espejo" destacó.
Fuente consultada aquí.