A la hora de analizar los resultados, se evidenció que las células T reactivas al coronavirus se detectaron en el 83% de los pacientes con COVID-19.
Una reciente investigación publicada en la revista Nature intenta explicar una de las dudas más frecuentes acerca del nuevo coronavirus, COVID-19: ¿hay personas que generan inmunidad a la enfermedad? El estudio sugiere que la respuesta inmunológica de algunos seres humanos que no se han expuesto al virus podrían tener algunas similitudes con el patógeno vírico.
El estudio, realizado por La Charité - Universitätsmedizin de Berlín, que es la Facultad de Medicina de la Universidad Libre de Berlín y la Universidad Humboldt de Berlín en Alemania realizó una metodología en la que se llevó a cabo una muestra de 68 adultos sanos que no estuvieron expuestos al Sars-CoV-2 y se evidenció uno de los grandes hallazgos de esta investigación: el 35% tenía células T en su sangre que fueron reactivas al virus.
Según los NIH y el Instituto Nacional Del Cáncer, las células T son parte del sistema inmunitario y se forman a partir de células madre en la médula ósea. Ayudan a proteger el cuerpo de las infecciones y podrían ayudar a combatir el cáncer. También se llama linfocito T y timocito. Además, cuando se reactivan las células T el sistema inmune podría haber tenido alguna experiencia previa en la lucha contra una infección similar y puede usar ese recuerdo para ayudar a combatir una nueva infección.
“Las células T probablemente fueron adquiridas en infecciones previas con coronavirus endémicos. (...) La activación de este recuerdo de las células T correspondientes a otra infección similar para responder a una nueva infección se llama “reactividad cruzada”, explicaron los investigadores de varias instituciones en Alemania y el Reino Unido, en el nuevo estudio.
Esta fue una de las incógnitas base de la investigación y para conocer los resultados, el grupo investigativo realizó el análisis de muestras de sangre de 18 pacientes de COVID-19, entre los 21 y 81 años, y de donantes sanos, entre los 20 y 64 años, que viven en Alemania.
A la hora de analizar los resultados, se evidenció que las células T reactivas al coronavirus se detectaron en el 83% de los pacientes con COVID-19. Sin embargo, los investigadores encontraron células T de reactividad cruzada preexistentes en los donantes sanos, el informe aclara que el impacto que esas células podrían tener en el resultado de una enfermedad por covid-19 aún es desconocido.
“En este estudio parece que hay una proporción significativa de individuos que cuentan con esta inmunidad de células T de reacción cruzada, proveniente de otras infecciones por coronavirus, que pueden tener algún impacto en cómo enfrentan el nuevo coronavirus. Creo que la gran pregunta es tratar de saltar del hecho de que tienen estas células T para comprender cuál podría ser el papel de esas células T”, expresó en un artículo publicado en CNN el Dr. Amesh Adalja, investigador principal del Centro para la Seguridad de Salud de la Universidad Johns Hopkins, quien no participó en el nuevo estudio.
“Sabemos, por ejemplo, que los niños y los adultos más jóvenes están relativamente a salvo de las graves consecuencias de esta enfermedad, y creo que una hipótesis podría ser que las células T preexistentes que hay pueden ser mucho más numerosas o más activas en cohortes de edad más joven que en cohortes de mayor edad”, completó el médico en el informe publicado por CNN.
Frente a los pronunciamientos antes expuestos, los investigadores son enfáticos en que está claro que la presencia de células T no impide que las personas se infecten, pero se podría sugerir que esto podría moderar o disminuir la gravedad de la infección por el nuevo coronavirus.
“Aquí hay un estudio que sugiere que en realidad puede haber algo de reactividad cruzada ––algo de preparación contra la bomba si se quiere–– debido a los coronavirus convencionales que causan resfriados en los humanos, y puede haber cierta reactividad cruzada con el virus de covid-19 que está causando tanto daño. Eso es algo en sí mismo intrigante porque habíamos pensado desde la perspectiva de los anticuerpos que no había mucho cruce en absoluto”, explicó en un artículo de CNN, el Dr. William Schaffner, profesor de medicina preventiva y enfermedades infecciosas en la Facultad de Medicina de la Universidad de Vanderbilt en Nashville, quien no participó en el nuevo estudio.
El Dr. Adalja precisa que no le sorprendió ver esta reactividad cruzada de células T en los participantes del estudio que no estuvieron expuestos al nuevo coronavirus, llamado SARS-CoV-2.
“El SARS-CoV-2 es el séptimo coronavirus humano que se ha descubierto, y cuatro de los coronavirus humanos son lo que llamamos coronavirus adquiridos en la comunidad. Esos cuatro son responsables del 25% de nuestros resfriados comunes. (..) Casi todas las personas en el mundo han tenido algún encuentro con un coronavirus, y dado que todos son parte de la misma familia, se desarrolla cierta inmunidad de reacción cruzada”, explicó en el artículo de CNN el Dr. Adalja.
El nuevo estudio publicado en Nature no es el único que sugiere un cierto nivel de inmunidad preexistente al nuevo coronavirus en algunas personas.
Alessandro Sette y Shane Crotty, ambos de la Universidad de California en San Diego, escribieron en un comentario, publicado en la revista Nature a principios de este mes, que “20-50% de los donantes no expuestos muestran una reactividad significativa al antígeno SARS-CoV-2”, con base ??en investigaciones separadas, pero destacaron que la fuente y relevancia clínica de la reactividad continúa siendo desconocida.
Sette y Crotty señalaron que “ahora se ha establecido que la reactividad inmune preexistente al SARS-CoV-2 existe hasta cierto punto en la población general. Se presume, pero aún no se ha comprobado, que esto podría deberse a la inmunidad a los coronavirus de resfriado común”.