Las infecciones provocadas por los coronavirus, son más frecuentes y leves de lo que se cree. Sin embargo, el desconocimiento sobre el virus que desencadenó la pandemia es uno de los factores que se atribuyen a la propagación del Covid-19 en todo el mundo. Hasta ahora, no existe una vacuna o una cura para la enfermedad que produce.
Por eso, el uso de los medicamentos tradicionales para la influenza o los resfriados no son efectivos en las personas contagiadas. De ahí que uno de los primeros consejos médicos sea el evitar el uso de los populares antibióticos. Para el químico farmacéutico Giovanni Garavito, también catedrático de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), este tipo de fármaco es una gran herramienta pero el abuso hecho por el ser humano ha causado nuevas preocupaciones en el sector salud.
“Dentro de los medicamentos, los antibióticos quizá son los que tienen el mayor respaldo, porque actúan directamente sobre el agente que está causando la agresión o la enfermedad en el ser humano” destaca el profesor Garavito.
Sin embargo, ante la utilización desmedida, los diferentes microorganismos han creado nuevas mutaciones genéticas que les permiten resistir la acción directa de los químicos con que se elaboran estas medicinas.
“Algunos de ellos (microorganismos= tendrán características genéticas que les evitará verse afectados por el medicamento, o incluso podrán mutar genéticamente para esquivar la afección”, destaca Garavito.
Para el profesor Fernando Pío de la Hoz Restrepo, catedrático de la UNAL , “en la mayoría de los casos la infección del coronavirus es una enfermedad leve, moderada o asintomática; si las personas toman antibióticos para prevenir el contagio –considerando estas tres modalidades– se corre el riesgo de tener una enfermedad más severa como consecuencia del mal uso de estos medicamentos”.
Según el experto, la mejor forma de protegerse es acatando las medidas que se han promovido a raíz de la declaración de pandemia por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), como por ejemplo el lavado de manos, el distanciamiento social y evitar los desplazamientos.
“Utilizar antibióticos sin prescripción médica crea el riesgo no solo de generar gastos innecesarios tanto para las personas como para el sistema de salud, sino que se cae en riesgos biológicos que pueden terminar en afecciones y enfermedades más graves. Por ejemplo, una persona puede tener alergia a alguno de estos medicamentos sin saberlo, y exponerse a fuertes reacciones alérgicas” indicó el doctor De la Hoz.
Los profesionales de la salud aluden a la importancia de que la prescripción de antibióticos esté mediada por un profesional médico. En ese sentido, subrayan que “antes de prescribir el antibiótico, el médico hará una valoración diferencial del tipo de microorganismo al que se está implementando. Se recurre a pruebas de laboratorio que le permiten orientar de manera adecuada el antibiótico al microorganismo que está en ese momento generando la enfermedad a un paciente determinado”.