El material genético compartido podría significar que esta variante es más transmisible, pero causa una enfermedad menos grave que otras variantes.
Aunque ómicron, la nueva variante del SARS-CoV-2, se está extendiendo rápidamente por el mundo, los primeros informes sugieren que puede causar una enfermedad menos grave que la variante Delta.
Los médicos de Sudáfrica, donde la variante se está convirtiendo en una variante dominante del coronavirus, han dicho que las tasas de hospitalización aún no han aumentado drásticamente.
Los científicos necesitarán más tiempo e información antes de sacar conclusiones definitivas, de que sea menos grave o que realmente no cause ninguna enfermedad fuerte, comparándola con la variante Delta.
Por su parte la administración de Biden está decidiendo si levanta las prohibiciones de viajes que comenzaron la semana pasada y que prohíben la entrada a Estados Unidos desde varios países del sur de África.
Hasta el momento numerosos países han impuesto restricciones de viaje para evitar la propagación de la variante ómicron.
Esta variante se ha detectado en al menos 50 países de todo el mundo.
El 5 de diciembre el Ministerio de Salud de Argentina y el Ministerio de Salud de Chile informaron sus primeros casos de Ómicron, además ya había sido identificada en Estados Unidos, México, Brasil y Canadá.
Por su parte en Europa hay 84.385.671 casos reportados de COVID-19; los cinco países que notificaron la mayoría de los casos son Reino Unido 10.146.915, Rusia 9.604.233, Turquía 8.724.400, Francia 7.589.961 y Alemania 5.799.244.
Referente a la nueva variante, en Europa a corto plazo, los funcionarios han expresado su preocupación por el aumento en los casos de ómicron en varios países, por la llegada de las vacaciones.
El domingo, Reino Unido y Dinamarca confirmaron muchos casos nuevos de ómicron, lo que sugiere que la variante se ha extendido ampliamente. El Reino Unido informó 246 casos, casi el doble del total el viernes. Dinamarca notificó 183 casos, triplicando el total del viernes.
Ambos países son vistos como líderes en secuenciación y pruebas genómicas, por lo que están encontrando casos y están buscando cuidadosamente la nueva variante.
Por su parte Reino Unido ha centrado las pruebas en viajeros internacionales y contactos cercanos de aquellos que han recibido resultados positivos en la prueba de ómicron.
Hasta ahora, los funcionarios británicos le han dicho al público que continúen con sus planes de vacaciones y se apliquen la vacuna de refuerzo.
"Nuestro mensaje es este: disfrute de la Navidad este año. El lanzamiento de la vacuna significa que estamos en condiciones de hacerlo", dijo Dominic Raab, viceprimer ministro de Gran Bretaña.
Aún así, los funcionarios de salud en Dinamarca dijeron que esperan que la variante ómicron se propague localmente a través de la transmisión comunitaria, ya que la variante se ha detectado entre personas que han viajado o han tenido conexiones con viajeros.
Otros países europeos han impuesto restricciones para frenar la propagación de la variante en los últimos días, en este caso Bélgica exige que la gente trabaje desde casa y ordenó que las escuelas cierren una semana antes por la Navidad.
Italia ha prohibido a las personas no vacunadas participar en algunas actividades de ocio, e Irlanda ha cerrado clubes nocturnos y ha propuesto hacer reuniones restringidas.
Alemania, que se ha mostrado reacia a implementar mandatos sólidos debido a la historia del país con el autoritarismo, ha prohibido a las personas no vacunadas participar en numerosas actividades públicas y planea exigir la vacunación el próximo año.
A medida que se acercan las vacaciones, es probable que los casos sigan aumentando a medida que las personas viajen y se reúnan en grupos.
"Vamos a ver muchos números importantes en el transcurso de las próximas semanas en países de todo el mundo", dijo al Times Michael Osterholm, director del Centro de Investigación y Política de Enfermedades Infecciosas de la University of Minnesota, Estados Unidos.
La variante ómicron puede haber recogido el código genético de otro coronavirus que causa el resfriado común en los humanos, según una nueva investigación.
El material genético compartido podría significar que la ómicron es más transmisible pero causa una enfermedad menos grave que otras variantes del coronavirus, escribieron los autores del estudio.
Los investigadores han descubierto que el SARS-CoV-2, que causa la enfermedad conocida como COVID-19, puede infectar a personas que también han contraído otros coronavirus.
Las células de los pulmones y el tracto gastrointestinal pueden contener ambos virus, lo que podría permitir que uno compartiera material genético con el otro.
A medida que un virus evoluciona para volverse más transmisible, generalmente pierde los rasgos que causan una enfermedad grave, pero al mismo tiempo, los científicos necesitan más datos para analizar la variante ómicron y saber con certeza qué esperar en los próximos meses, concluyó uno de los investigadores.
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