En todos los pacientes las secuelas a largo plazo COVID-19 posagudo, pueden afectar significativamente la calidad de vida.
Investigadores en Puerto Rico y Estados Unidos anunciaron que se preparan para avanzar en los estudios que determinen los efectos del COVID-19 prolongado en los niños, porque aunque los casos de infección en niños es menor, lo cierto es que así como en los adultos, los menores también se han visto afectados por el virus.
Precisamente para conocer estos efectos y compararlos con las secuelas expuestas por pacientes adultos, los científicos buscan conocer lo que se entiende como Síndrome Inflamatorio Multisistémico en Niños (MIS-C), que pueden afectar a múltiples órganos y provocar una enfermedad grave. El MIS-C puede surgir incluso cuando el niño inicialmente parecía estar asintomático para COVID-19.
Los estudios se enfocan en encontrar el impacto del virus en los niños y jóvenes que fueron o están infectados, y para conocer las posibles repercusiones en la salud pública en mediano y largo plazo.
En ese sentido, la Dra. Gredia Huerta Montañez, representante de la Academia Americana de Pediatría capítulo Puerto Rico, recalcó la importancia de obtener información para poder buscar alternativas de atención médica en caso de ser necesario para los niños y jóvenes.
"En Puerto Rico vamos a estudiar esto en conjunto con el Proyecto PROTEC en conjunto con el Recinto de Ciencias Médicas. Sabemos que es preocupante porque debemos conocer cuáles son los efectos del COVID-19 a largo plazo y poder encontrar herramientas que sirvan para atender a la población infantil y juvenil con tratamientos que sirvan para mejorar su calidad de vida", explicó.
En ese mismo orden de ideas, en el Centro Clínico de los Institutos Nacionales de Salud en Bethesda, Maryland. El estudio, que cuenta con el apoyo del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), parte de los Institutos Nacionales de Salud, rastreará hasta 1,000 niños y adultos jóvenes que previamente dieron positivo por COVID-19 y evaluará el impacto de COVID-19 sobre su salud física y mental durante tres años.
"Aunque sabemos que los niños son vulnerables al COVID-19, todavía no tenemos una idea clara de cómo el COVID-19 los afecta a largo plazo. En pacientes adultos, las secuelas a largo plazo del COVID, incluido el COVID-19 posaguda, pueden afectar significativamente la calidad de vida. Nuestras investigaciones sobre la población pediátrica profundizarán nuestra comprensión del impacto en la salud pública que la pandemia ha tenido y seguirá teniendo en los meses y años venideros”, dijo el director del NIAID, Anthony S. Fauci.
Los niños pueden ser elegibles para inscribirse si dieron positivo en la prueba de COVID-19 en el pasado, incluso si eran asintomáticos. Los participantes recibirán un examen físico completo y se someterán a un historial médico completo.
Los médicos del estudio recolectarán una variedad de muestras de referencia, que incluyen sangre, hisopos nasales, heces y orina. Se puede realizar un análisis genético opcional para identificar posibles factores de riesgo genéticos para resultados graves de COVID-19. Los participantes también se someterán a exploraciones de sus corazones y otros órganos.
Se documentará cualquier reinfección o evento adverso que pueda estar relacionado con una infección previa por COVID-19. Los investigadores anticipan que el estudio tardará aproximadamente seis años en completarse.
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