En medio de la pandemia, los profesionales de la salud puertorriqueña continúan innovando en la ciencia y la medicina.
Los profesionales de la salud puertorriqueña continúan innovando en la ciencia y la medicina, y es que por primera vez, médicos logran reparar una aneurisma torácica mediante la tecnología provista por un graft de tecnología Gore, que se traduce en mayor precisión, menos riesgo para el paciente y una recuperación más rápida, confirmó a Medicina y Salud Pública (MSP) el doctor Orlando López de Victoria, cirujano cardiotorácico con práctica en el Hospital Auxilio Mutuo.
Se trató de una paciente de 84 años de edad, quien de manera electiva y luego de años de monitorear su salud cardiovascular decidió someterse a esta cirugía.
Los pacientes que pueden requerir de un graft torácico son quienes tienen aneurisma, o enfermedades asociadas a la aorta como: úlceras penetrantes, rupturas, y disecciones. Y como alternativa cardiovascular, esta opción es la menos invasiva, la más rápida y ahora se considera de cuidado estándar con un éxito grandísimo, explicó López de Victoria.
El objetivo de este dispositivo es recanalizar el lumen de la aorta para que la sangre no esté en contacto de la pared débil del aneurisma y evitar que se rompa. El doctor además explicó que, la precisión de este nuevo dispositivo es un elemento clave para las operaciones de aneurisma cardio torácica, ya que la precisión en este tipo de cirugías es determinante, añadió.
Un aneurisma es una dilatación en la pared de la aorta y su causa número uno es el tabaquismo, seguidamente la enfermedad ateroesclerótica, la alta presión y algunas enfermedades hereditarias que debilitan la pared aórtica o de los vasos sanguíneos.
“La mayoría de los pacientes ni sienten que fueron operados, y como fue un caso electivo, ella no sentía nada. Fue un hallazgo. A ella yo la venía siguiendo porque ya yo le había puesto una maya hace como ocho años, pero la recurrió en la parte distal (se refiere a la parte más lejana del segmento a tratar) y le tapamos la parte distal. Pero, lo bonito de esto es que no le da dolor, no se siente nada, no le molesta, y hay pacientes que han dicho que si no es por las heridas en la ingle no lo creen”, sostuvo el subespecialista.
Esta condición es silenciosa, la mayoría de los pacientes se percatan de su existencia debido a exámenes indicados por el doctor, como por ejemplo: una placa de pecho. “Casi siempre lo primero que arroja sospecha es una placa de pecho, porque en la placa se ve la silueta de lo que uno llama mediastino ancho, y entonces típicamente el radiólogo lo ve y dice que pudiera ser un aneurisma torácico. Entonces, recomiendan un “CT Scan” y ahí lo ven”, abundó el doctor.
La precisión es un elemento importante debido a la fuerza del flujo sanguíneo y la posibilidad de colocar el injerto en el lugar indicado. “Un injerto vascular con el pulso de la sangre en la aorta cuando lo vas a abrir y haces el despliegue la pulsación te puede cambiar el sitio de aterrizaje o anclaje y lo pudieras poner erróneamente y tapar una arteria que no sea. Esta tecnología de ingeniería nueva hace que el graft no se afecte por las pulsaciones del corazón y el flujo sanguíneo y hace que el despliegue sea más preciso” narró, a minutos de haber concluido la cirugía.
El especialista explicó que la implantación de este injerto contribuye notablemente en la vida del paciente desde el punto de vista médico, económico y el tiempo. El periodo de recuperación para la paciente de 84 años, luego de esta intervención quirúrgica, es de 24 horas. En cambio, el doctor indicó que si fuera un proceso abierto, la mortalidad es sobre el 30%, y las hospitalizaciones sobrepasan las dos semanas.
“Luego de una cirugía abierta el paciente está convaleciente, aunque esté dos semanas hospitalizado, tiene que esperar seis semanas de convalecencia y sanar. Y esta señora mañana se va caminando, 24 horas después. La pérdida de sangre es mínima, no hay transfusiones. Es una cosa espectacular”, sostuvo.
El procedimiento para colocar este injerto con avanzada tecnología se hace a través de pequeñas incisiones en cada ingle, por las que se llega a las arterias femorales, y por ahí se introduce este dispositivo. El costo de este graft o injerto oscila entre los 10 mil y 20 mil dólares promedio, dependiendo del diámetro y la cantidad de piezas que requiera el paciente.
En Puerto Rico la disposición para que los pacientes puedan ser candidatos a esta cirugía y el uso de estos dispositivos es completa ya que el plan de la Reforma y algunos planes médicos lo cubren.
El Dr. Lopez de Victoria detalló que opera de 3 a 4 pacientes al año con aneurisma torácico y es una constante que se ha mantenido por años, y aseguró que diagnostica más aneurisma abdominales que torácicos.
El cirujano cardiotorácico explicó que la mayoría de los pacientes son personas mayores de 70 años en adelante que no perciben síntomas asociados. “La mayoría de los pacientes están sin síntomas. El síntoma es cuando rompen y eso es catastrófico” puntualizó
Para concluir el doctor destacó que este año pudo vivir la experiencia de operar a dos pacientes con este diagnóstico en dos días seguidos. “Es la primera vez en mi vida que hago esto dos días seguidos, que coincidencia” indicó el doctor luego de comentar que la otra paciente que tiene 89 años tuvo que ser operada de emergencia por una aneurisma torácica.