Presentó síntomas no significativos y reveló al final un raro cuadro clínico que arrojó una medición de presiones arteriales distintas en cada brazo.
Y es que una paciente de 46 años con un historial clínico de nefrolitiasis - condición en la que se acumulan trozos de material sólido entre el tubo entre el riñón y la vejiga-, colitis infecciosa y chikungunya. Luego de haber visitado con regularidad a su médico de cabecera, se le diagnosticó presión arterial baja y al no presentar sintomatología significativa, la mujer retomó su vida del diario.
“Ella se encontraba trabajando en un asilo de personas mayores y en algunas ocasiones ella presentaba cansancio y debilitamiento a su vez sentía que uno de sus dos miembros superiores se sentía más pesado que el otro”, indicó a Medicina y Salud Pública la doctora Raida Rosin Medina, del programa de Medicina de Familia de Manatí Medical Center. (MMC).
“Sucede cuando la presión arterial es mucho más baja de lo normal, significa que el corazón, el cerebro y otras partes del cuerpo no reciben suficiente sangre. La presión arterial normal casi siempre está entre 90/60 mmHg y 120/80 mmHg y ella presentaba la presión arterial baja, también denominado como hipotensión”, añadió.
La mujer se presentó a la sala de emergencias con niveles de presión arterial de 80/60 en el brazo izquierdo y no presentaba síntoma alguno de hipotensión.
No obstante, el médico decidió realizar una prueba comparativa tomando la presión en el brazo derecho y esta reflejó niveles de 150/60.
“Al ver esto se le hace un examen físico y llama la atención que aunque ambos brazos tiene una presión diferente. los pulsos radiales y braquiales estaban disminuidos en el miembro superior izquierdo. También estaba alterado el llenado capilar y noto que la apariencia del brazo era brillante, no tenía mucho vello comparado con el derecho”, detalló la doctora.
“Cuando nosotros evaluamos a la paciente en términos de laboratorios, no tenía unos factores de relevancia, pero sí se encontraron marcadores de inflamación, como el que nos orienta cuando el paciente está produciendo coágulos y está teniendo problemas de presión arterial. El equipo de atención primaria hizo un diagnóstico de vasculitis, una inflamación de tejido sanguíneo y también pensaron que podía ser una malformación de los vasos que estuviese originando la no sincrónico de presión arterial”, abundó.
Sin embargo, un estudio radiológico -CT Scan- reveló que esta paciente tenía en la arteria subclavia izquierda -una de las vías arteriales más importantes de la cabeza, cuello y tórax- un espacio muy estrecho y este escenario se conoce como el síndrome del robo de la subclavia y se catalogó como la causa de una presión arterial distinta de ambos hemisferios.
El síndrome del robo de la subclavia consiste en una estenosis o estrechez de esta arteria que provoca el retraso en el flujo sanguíneo y puede no presentar síntomas o presentar otros de origen neurológico.
“Lo que nos llamó a todos la atención es que este síndrome arterial es muy raro de encontrar y lo más interesante es que se le detecta a los 46 años y lo que nos indica finalmente es que un historial y un buen examen físico es importante para llegar a diagnósticos tempranos y mejorar la calidad de vida de los pacientes”, concluyó la doctora.