El mismo evaluó el síndrome de retirada y síntomas asociados al dolor y ansiedad a cuatro meses de su hospitalización
El trauma continúa siendo un problema de salud pública en el País así como las estrategias clínicas de intervención una vez estos pacientes son dados de alta siguen siendo totalmente necesarias.
Y es que datos preliminares de un estudio exploratorio de la Escuela de Enfermería del Recinto de Ciencias Médicas liderado por la doctora Carmen Mabel Arroyo Novoa, catedrática, evaluó una muestra de 50 pacientes hospitalizados en las unidades de intensivo (TICU) del Hospital de Trauma de Centro Médico, específicamente aquellos a quienes se le administraron medicamentos opioides (analgésicos) y/o benzodiacepinas (sedantes).
El estudio también evaluó en estos pacientes síntomas asociados a ansiedad, dolor y aquellos, parte del síndrome de retirada tanto en su proceso de hospitalización como a los cuatros meses y dos años de la misma.
El síndrome de retirada se caracteriza por un conjunto de signos o síntomas desagradables en pacientes que han creado dependencia por altas dosis a estos medicamentes y cuando se reducen o interrumpen abruptamente pueden desarrollarlo.
“En este estudio encontramos que el 44% de las personas de cuidados intensivos de los 50 pacientes que estudiamos desarrollaron probablemente síndrome retirada, aunque los signos y síntomas puede ser indicativo de otras condiciones. Instrumentos validados para medir este síndrome en adultos de intensivo no existen. Otros estudios, en su mayoría retrospectivos, han encontrado que de un 16% a un 100% desarrolló síndrome de retirada”, indicó la Doctora.
“Mi estudio fue prospectivo, o sea yo evaluaba a esos pacientes una vez que le disminuían los medicamentos. Los iba a ver dos veces al día por 3 días consecutivos. En los opioides específicamente se encuentran la morfina y el fentanilo; y entre las benzodiacepinas, el lorazepam y midazolam que son los más utilizados en los intensivos de Puerto Rico, medicamentos que hacen parte de este estudio”. Una vez terminé el estudio, realicé un estudio de seguimiento a los mismos 50 pacientes para saber si continuaban con dolor, si continuaban usando opioides”. Agregó.
En este estudio preliminar, que la muestra fue de 27 pacientes, se encontró que “A pesar de que se redujo el uso de opioides en los pacientes, más del 50% continuaron sintiendo dolor, y muchos de ellos severo, después de dos años del alta, finaliza la Dra.
Como ejemplificó la especialista, algunos de estos pacientes también presentaron síntomas que sugieren síndrome de retirada en su hogar. Además, pasaron de un dolor agudo a uno crónico. Sin embargo, hubo una disminución del uso de los medicamentos opioides. Se requieren investigaciones futuras con una mayor muestra de pacientes con el propósito de explorar sobre las razones y el tratamiento del dolor continuo; intervenciones para evitar la transición del dolor agudo a crónico en pacientes de TICU; y evitar el síndrome de retirada de opioides.
Finalmente, la doctora Arroyo Novoa enfatizó, además, en la necesidad de que se pudieran idear estrategias clínicas y salubristas que ayuden a estos pacientes manejando los síntomas experimentados ya sea por la descontinuación del uso de medicamentos opioides o aquellos asociados al trauma que hayan experimentado.
Un estudio multicéntrico con base en Estados Unidos, en el cual participarán hospitales en Europa, Latinoamérica, Asia y Australia, así como también Puerto Rico- a través de la Catedrática-, buscará igualmente evaluar pacientes que experimenten síndrome de retirada, la administración de los medicamentos analgésicos y sedantes y cómo los clínicos estiman lo que se denomina síndrome de retirada en las unidades de intensivo.
“El síndrome de retirada pudiera ser poco reconocido por los médicos y enfermeros. Tampoco existen instrumentos validados que lo midan en pacientes adultos de intensivo. Estaremos evaluando los expedientes de estos pacientes. El uso de opioides y benzodiazepinas pueden causar también en estos pacientes delirio, también puede prolongar el tiempo en ventilador y en la estadía del intensivo provocando el desarrollo de otros síntomas asociados”, concluyó.