Después de que un paciente se ha tenido que enfrentar a un infarto, múltiples miedos, dudas e inquietudes los embargan. Uno de las más comunes es aprender a vencer el miedo de que ante la más mínima emoción o situación se sufrirá nuevamente un infarto.
Y si bien es cierto que las personas que han padecido este grave trastorno son más propensas a padecer nuevamente otro, en la mayoría de los casos los pacientes pueden retomar sus actividades normales al punto de que pueden olvidar que padecieron esta anomalía.
En ciertas eventualidades, el mismo miedo que embarga a los pacientes los motiva a hacer cambios drásticos en sus estilos de vida, que indirectamente benefician significativamente la salud del corazón.
Recomendaciones
Lo primero que debes tener en cuenta es que evitar un infarto es muy fácil. Quizá te suene cliché, pero comer sano, hacer ejercicio, dormir bien y hacer chequeos periódicos de tu corazón son algunas de las alternativas más efectivas para prevenir la aparición de un ataque cardíaco.
¿Sabes qué es muy efectivo para superar el miedo a padecer un infarto? ¡No pensar en eso! Saca esos imaginarios de tu cabeza. Tener latentes esos pensamientos lo único que genera es estrés, ansiedad y quizá depresión; estos factores son bastante perjudiciales para tu corazón.
Intenta estar tranquilo, tener optimismo y ponerle buena cara a la vida. Recuerda, si pudiste vencer un infarto, quiere decir que podrás contrarrestar ese temor y ese mido que en la mayoría de veces invade a los pacientes cardiovasculares.
Para sobrellevar este proceso te recomendamos asistir periódicamente al psicólogo o psiquiatra -depende el caso- para que estés en continuo tratamiento y tus emociones y sentimientos no te jueguen una mala pasada.
Otro de los métodos más eficaces para prevenir un ataque cardíaco, es evitar estar relacionado con situaciones que generan estrés, angustia, tristeza, ira o alguna emoción que sobresalte tu corazón.