Los coágulos sanguíneos pueden poner en peligro la vida, deben tomarse en serio y deben tratarse de inmediato.
La coagulación de la sangre es un proceso corporal normal, debido a que cuando nos cortamos o se produce una lesión, el cuerpo envía células sanguíneas llamadas plaquetas junto con otras proteínas especiales al sitio de la lesión y forma un coágulo. Este tipo de coágulo se asemeja a un aglomerado de sangre seca y algunas personas lo llaman costra.
De acuerdo con la Asociación Américana de Cáncer, si la lesión o corte no es muy grande, el coágulo obstruirá el área donde ocurrió la lesión. Esto ayuda a detener el sangrado para que no pierda demasiada sangre.
De allí la importancia de estos tipos de coágulos sanguíneos son normales, los cuales permanecen en el sitio mientras se cura y luego se desprenden o se disuelven con el tiempo cuando ya no se los necesita.
Tipos de coágulos sanguíneos
Algunos tipos diferentes de coágulos sanguíneos reciben el nombre del sitio donde se originan o de las partes del cuerpo que afectan:
Los pacientes con cáncer presentan un mayor riesgo de desarrollar tromboembolismo venoso (TEV). Los coágulos sanguíneos pueden poner en peligro la vida, deben tomarse en serio y deben tratarse de inmediato, refieren los expertos de la Asociación.
Los coágulos sanguíneos en personas con cáncer
El cáncer en sí puede aumentar el riesgo de formar coágulos sanguíneos.Se sabe que el cáncer es un factor de riesgo para presentar trombosis venosa profunda.
La Sociedad Americana de Cáncer indica que esto se debe al daño en el tejido (tisular) que algunos cánceres pueden causar lo que a su vez podría desencadenar el proceso de coagulación sanguínea.
Cualquier persona con cáncer puede formar un coágulo sanguíneo. Sin embargo, determinados tipos de cáncer (por ejemplo, el cáncer pulmonar o el cáncer pancreático), tipos de tratamiento y otras afecciones y medicamentos pueden aumentar el riesgo de presentar coágulos sanguíneos.
Tener cáncer metastásico (cáncer que se ha propagado desde su sitio de origen a otras zonas del cuerpo) aumenta el riesgo de tener coágulos sanguíneos.
Otras afecciones médicas tienen un riesgo más alto de ocasionar coágulos sanguíneos. Si usted ya tiene un trastorno que aumenta su riesgo, tener cáncer aumentará dicho riesgo aún más.
Algunos trastornos que ya tienen riesgo de formar coágulos sanguíneos incluyen la trombofilia por Factor V de Leiden, niveles anormalmente altos de determinadas proteínas de coagulación, niveles anormalmente altos de proteínas que previenen los coágulos y determinados cambios genéticos.
En casos excepcionales, el cáncer podría diagnosticarse por accidente durante una prueba cuando una persona tiene un coágulo sanguíneo.
Coágulos sanguíneos debido a medicamentos o tratamientos
Hay algunos medicamentos no oncológicos que tienen un mayor riesgo para la formación de coágulos sanguíneos o que tienen un efecto secundario que podría causar coágulos sanguíneos.
Algunas vitaminas, minerales y suplementos también podrían aumentar el riesgo de formar coágulos sanguíneos. Es muy importante que hable con su médico sobre todos los medicamentos, vitaminas, minerales y suplementos que está tomando para poder conversar sobre su riesgo.
Los medicamentos que se administran para tratar el cáncer que se sabe que están relacionados con la formación de coágulos sanguíneos o que tienen efectos secundarios que contribuyen a la formación de coágulos son:
Otros factores de riesgo de coágulos sanguíneos
Además del cáncer y de otras afecciones de salud, existen otras cosas que pueden ponerle en riesgo de desarrollar coágulos sanguíneos, tales como:
Síntomas de coágulos sanguíneos: a qué debe prestar atención
A menudo un coágulo sanguíneo no presenta síntomas; sin embargo, es importante obtener ayuda tan pronto presenta alguno de los síntomas que se enumeran aquí, dado que algunos coágulos sanguíneos pueden ser peligrosos y poner en peligro la vida:
Cómo encontrar y manejar los coágulos sanguíneos
Los coágulos sanguíneos se pueden detectar después que un paciente informa síntomas que sugieren la presencia de un coágulo sanguíneo. Otras veces, los coágulos sanguíneos se encuentran por accidente al realizar otros exámenes de control.
En pacientes sin cáncer, a menudo calcular la posibilidad de tener un coágulo sanguíneo y hacerse una prueba especial (llamada prueba del Dímero D) puede ser suficiente para descartar la presencia de un coágulo sanguíneo.
En pacientes con cáncer, el uso de estas pruebas solamente puede no ser tan preciso y útil. Su equipo de atención médica obtendrá la información necesaria para decidir si va a necesitar una o más pruebas, además de pruebas adicionales, tales como:
¿Qué se puede hacer con un coágulo sanguíneo?
Usted y su médico decidirán cuál es el mejor tratamiento para su coágulo sanguíneo. Algunos de los tratamientos que podría recibir incluyen uno o más de los siguientes.
¿Se puede prevenir un coágulo sanguíneo?
Si tiene un mayor riesgo de formar coágulos sanguíneos, tiene cáncer y está empezando un determinado tipo de tratamiento de cáncer, es probable que su médico le administre un medicamento para prevenir la formación de un coágulo sanguíneo.
A menudo su médico decidirá que en primera instancia el beneficio de no desarrollar nunca un coágulo sanguíneo justifica el riesgo de presentar episodios de sangrado asociados con los medicamentos que se usan para tratar los coágulos sanguíneos. En este caso, es posible que le administren medicamentos para evitar que se forme un coágulo sanguíneo.
Si se somete a determinadas cirugías, es posible que reciba medicamentos anticoagulantes antes y durante las semanas posteriores a la cirugía, para prevenir la formación de coágulos sanguíneos. Después de la cirugía, podría usar un tubo flexible, una prenda, o un dispositivo que ayude a comprimir las piernas u otra zona de su cuerpo.
Algunos expertos recomiendan que los pacientes con cáncer reciban medicamentos preventivos para los coágulos sanguíneos cada vez que son hospitalizados o bien antes, durante y por algunos días después de la cirugía. Para la mayoría de los pacientes, no es necesario tomar medicamentos para prevenir coágulos sanguíneos si no están hospitalizados. No obstante, es importante que controlen de vez en cuando su riesgo de presentar coágulos sanguíneos.
Hable con su médico sobre su riesgo y si necesita tomar medicamentos o usar otras terapias para prevenir la formación de coágulos sanguíneos. Asimismo es muy importante que notifique a su equipo de atención médica si considera que tiene alguno de los síntomas asociados con un coágulo sanguíneo.
¿Qué puede hacer el paciente?
Si le preocupa su riesgo de presentar coágulos sanguíneos, si le han dicho que tiene riesgo o si está siendo tratado por un coágulo sanguíneo, aquí se brindan algunas preguntas para hacerle a su médico.
Es mejor evitar medicamentos antinflamatorios, como aspirina, naproxeno o ibuprofeno y medicamentos similares salvo que su equipo de atención médica le indique que es seguro usarlos. Consulte con su farmacéutico si no está seguro de si un medicamento es antinflamatorio, o si contiene uno de estos antinflamatorios.
No tome ningún medicamento de venta libre como aspirina o ibuprofeno sin hablar primero con su médico. Estos medicamentos, junto con medicamentos para los coágulos sanguíneos pueden diluir la sangre y hacer que presente sangrado con facilidad.
Si recibe medicamentos para prevenir o tratar coágulos sanguíneos, es importante tener cuidado de no lastimarse, dado que la capacidad de coagulación de la sangre tomará más tiempo. Esto significa que incluso pequeñas lesiones pueden hacer que sangre más de lo habitual. Algunas cosas que puede hacer para prevenir pequeñas lesiones son:
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