Una de las dudas que más embarga a los pacientes que han sufrido un infarto o ataque cardíaco, es saber si pueden o no consumir bebidas alcohólicas después de la aparición de este evento cardiovascular.
Si bien es cierto que el alcohol incide en el padecimiento de este tipo de condiciones, algunas de las bebidas no hacen tanto daño como parece.
Según la Fundación Española del Corazón, no es recomendable consumir bebidas con elevados grados de alcohol como vodka y tequila. Pero sí puedes tomar una copa de vino tinto, el cual se ha demostrado que –moderadamente– tiene un efecto protector, debido a su compuesto de polifenoles que está enmarcado como antioxidante.
Ingiriendo una copa de vino durante la cena, retrasarás la absorción de etanol, disminuyendo el nivel de alcoholemia alcanzado. Ten en cuenta que consumir excesivamente bebidas alcohólicas, se relaciona directamente con el aumento de colesterol malo, disminuyendo los niveles de colesterol bueno, lo que supone serias complicaciones cardiovasculares.
Además, si eres propenso a padecer diabetes ya sea por antecedentes familiares o porque has consumido bastante azúcar durante tu vida, el alcohol aumenta significativamente el riesgo de otras condiciones cardíacas y será letal para tu organismo.
De igual manera, si eres mujer y estás embarazada, debes tener en cuenta que el alcohol es bastante perjudicial para ti y tu bebé; el consumo de estas, durante la gestación, podría generar enfermedades hepáticas y cardiopatías graves.
Lo primero que debes tener en cuenta es que independientemente el estado en el que te encuentres, es tu médico de cabecera, especialista o cardiólogo, quien valore individualmente los riesgos y beneficios del consumo de alcohol en cada situación particular.