La mayoría de los casos de muerte súbita se dan en los extremos de vida, entre bebés recién nacidos o después de los 45 años de edad.
Menos del 1 % de la población general de Puerto Rico padece muerte súbita por razones cardiacas, y solo el 5 % sobrevive, según el cálculo de uno de los principales cardiólogos del país.
El Doctor Héctor Martínez, cardiólogo intervencional y director del Centro Cardiológico del Mayagüez Medical Center, expuso que la mayoría de los fallecimientos por este tipo de condición podría revertirse si se interviene a tiempo, pero en muchos de los casos estos episodios ocurren cuando el paciente está solo.
"Hay mucho que puede hacerse para abortar este proceso e incluso para evitarlo", dijo el experto, que reconoció que no hay estadística específica, pero al menos uno o dos pacientes al mes se presentan en su centro con esta dolencia.
La mayoría de los casos de muerte súbita se dan en los extremos de vida, entre bebés recién nacidos o después de los 45 años de edad. "Cuando se trata de un bebé, ocurre un síndrome que se conoce como muerte repentina de infantes que no estamos muy seguros de lo que la provoca, pero es muy triste. Es un tipo de hipoxia que ocurre en las noches que es muy rara, pero allí es muy poco lo que se puede hacer", explicó el experto.
Después de los 45 años, la prevalencia sugiere condiciones cardiovasculares. "La más común es la enfermedad coronaria que tapa las arterias del corazón. El músculo del corazón se empieza a quedar sin oxígeno y se muere. Los pacientes de corazón débil son los de mayor riesgo", insistió.
"La causa más común es una arritmia que se conoce como fibrilación ventricular sobre la que podemos ser bien agresivos con un aparato que se llama desfibrilador que hoy día pueden ser automáticos y hoy día existen en aeropuertos y centros comerciales", dijo el médico en una entrevista con la Revista de Medicina y Salud Pública.
La arritmia que genera la muerte súbita es una de carácter letal, explicó. "La forma en que el corazón contrae es tan errática que no produce una contracción adecuada. Se produce baja presión y el paciente pierde el conocimiento. El paciente se cae y se golpea en la cabeza", dijo.
Si la causa del episodio es una situación aórtica, se puede realizar una intervención quirúrgica subcutánea sin abrir el pecho, que permite que el paciente pueda recuperarse.
"Hay pacientes que dicen que por años reconocen que tienen un soplo y no hacen nada, pero un soplo puede llevar a la muerte", agregó el Doctor Martínez.
El experimentado galeno recordó que en muchos casos se produce un síncope, generado por falta de flujo de sangre al cerebro. "Con un aparato como estos se puede revertir el proceso, pero la verdad es que menos de un 5 por ciento de los pacientes sobreviven", concluyó.