Muchos de los fallecidos por COVID-19 podrían haber vivido diez años más

Los expertos consideran que es complicado medir el grado de enfermedad anterior a la Covid-19, de aquellas personas que la han padecido.

Medicina y Salud Pública

    Muchos de los fallecidos por COVID-19 podrían haber vivido diez años más

    Publicado en Gaceta Médica

    ¿Cuántas muertes prematuras ha provocado la Covid-19? Las personas mayores fallecidas, ¿cuántos años de más podrían haber vivido? Los expertos consideran que es complicado medir el grado de enfermedad anterior a la Covid-19, de aquellas personas que la han padecido. Sin embargo, hay investigaciones que comienzan a dar pistas. Como recoge The Economist en un artículo recientemente publicado, en los últimos tiempos se han dado corrientes de opinión que sugerían que muchas de las personas mayores fallecidas contaban con poco tiempo de vida, al presentar patologías previas. De hecho, en Gran Bretaña se insistía que este porcentaje aludía a dos tercios de las muertes provocadas por el Covid. Según una estimación realizada en marzo por el epidemiólogo del Imperial College de Londres, Neil Ferguson, dos tercios era el límite máximo de su estimación, y la fracción real podría ser mucho más baja.

    Este epidemiólogo aseguró que es difícil medir el grado de enfermedad previo a la Covid-19 de estos pacientes, así como evaluar el tiempo que podrían haber vivido de no haber cogido el virus. Sin embargo, como avanza esta publicación, un estudio realizado por investigadores de un grupo de universidades escocesas ha intentado hacerlo. Estos investigadores descubrieron que los años de vida perdidos para el británico o italiano promedio que falleció probablemente eran alrededor de 11, lo que pone sobre la mesa estas muertes prematuras.

    La conclusión es clara: muchas víctimas de la Covid-19 estaban lejos de fallecer anteriormente, reduciendo al menos una década su vida.

    El estudio

    Para llegar a esta conclusión, los autores analizaron los datos de 6.801 víctimas italianas, agrupados por edad y sexo. Asó, alrededor del 40 por ciento de los hombres eran mayores de 80 años, al igual que el 60% de las mujeres. De hecho, los autores también inciden en que el virus ha matado a menos mujeres que hombres, quizás porque tienen diferentes respuestas inmunes. Además excluyeron al 1 por ciento de las víctimas menores de 50 años. Tras esto, calcularon cuánto tiempo más sobrevivirían normalmente estas cohortes. 

    Las expectativas de vida de las personas mayores son sorprendentemente altasincluso cuando tienen condiciones subyacentes. Por ejemplo, un italiano promedio de 80 años alcanzará los 90. Los años de vida perdidos de este método fueron 11.5 para los hombres italianos y 10.9 para las mujeres.

    Patologías previas

    Del mismo modo, los investigadores analizaron otras enfermedades que padecían las víctimas, en el caso de que fueran inusualmente frágiles para su edad. Los resultados mostraron que en 710 italianos pudieron ver cuántos tenían una afección específica a largo plazo, como hipertensión o cáncer. Los autores utilizaron una muestra escocesa más pequeña para estimar con qué frecuencia cada combinación de enfermedades ocurre entre las víctimas de la Covid-19. Finalmente, analizaron datos de 850,000 personas galesas, para predecir cuánto tiempo viviría normalmente una persona con una edad y un conjunto de condiciones determinados.

    “Sorprendentemente, el estudio muestra que en este modelo europeo híbrido, las víctimas por Covid-19 tenían tasas ligeramente más altas de enfermedad subyacente que todos los demás de su edad”, apuntan.

    En este sentido, cuando estos investigadores ajustaron las condiciones preexistentes y simularon muertes utilizando las expectativas, los resultados mostraron que en los italianos los niveles de años de vida perdidos disminuyeron a 11,1 para hombres y 10,2 para mujeres. Se trataba de personas razonablemente sanas de entre 50 y 60 años que esperaban que vivieran otros 25 de media.

    Los investigadores advierten que sus datos excluyen a las personas que murieron en residencias, que podrían haber estado especialmente enfermas. Tampoco pueden dar cuenta de la gravedad de las enfermedades subyacentes. Por ejemplo, las víctimas de la Covid-19 podrían haber tenido afecciones pulmonares o cardíacas particularmente agudas. 

    Con todo, Ferguson señala que un recuento más amplio de mortalidad podría seguir dando pistas acerca de si la pandemia ha acelerado las muertes inminentes. De hecho añade que “debería haber menos (muertes) de lo habitual una vez que la Covid-19 esté bajo control”.

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