Aportación de los planes médicos

Medicina y Salud Pública

    Aportación de los planes médicos

    La encrucijada de una vida dedicada a salvar vidas como médico especialista en Cirugías ante un sistema de salud lacerado por la implementación de un método organizacional cuestionable son parte de los cuestionamientos del Dr. Enrique Vázquez Quintana, en su análisis de la salud en el país.  

    Al  repensar sobre la Reforma de Salud establecida desde el 1994 hasta el presente, sugiere cambios innovadores incluyendo la reducción de costos por servicios sin mermar la competencia y la calidad.

    A su juicio los políticos deben legislar para, entre muchas cosas, mejorar la administración de la Reforma de Salud y cuestionar el rol de las aseguradoras en esta parte de la historia.

    Antes del 25 de julio de 1898, los servicios médicos estaban a cargo de los médicos en los municipios.  A mediados de siglo ya se trabajaba con un sistema regionalizado y tras su transformación a través de los años, retomó otra dirección en el 1994 cuando Puerto Rico se insertó en el liberalismo y privatización de empresas gubernamentales.

    Vázquez Quintana insiste en que la Reforma no ha cumplido, es muy cara y olvidó a los pobres.  Propone la creación de un servicio de Cubierta Universal de Salud para todos los puertorriqueños al tiempo en que cuestiona la aportación de los planes médicos a la calidad de vida de los puertorriqueños

    Puerto Rico está ante la crisis económica más severa de toda su historia.  Para los años antes y después de la invasión norteamericana teníamos pobreza extrema pero no teníamos una deuda externa.  La deuda de nuestro país es impagable. El déficit es multifactorial.  En general, ello se debe a que todos los gobiernos anteriores y el presente han tomado préstamos para pagar deudas. Otros factores  son la corrupción y los negocios perdidosos que realizan tanto los municipios como el gobierno central.  Expertos en la economía de la salud le adscriben de 30 a 40% del déficit a la Reforma de Salud.

    Teníamos un sistema de salud basado en el humanismo y filosóficamente correcto para ayudar a la población pobre del país, aun cuando el derecho a la salud no está plasmado en nuestra constitución. El sistema de regionalización establecido en la década del 1960 funcionó bien.  Tenía problemas, pero todos los pacientes tenían acceso a una cubierta básica.  Si su condición médica no podía ser tratada en el centro de salud del pueblo, el paciente era referido al hospital de área o al hospital de distrito.

    La Reforma de Salud comenzó en octubre de 2014.  La reforma está basada en el concepto de capitación y manejo dirigido. Comenzó en la región de Fajardo y se extendió rápidamente a otras regiones sin resolver los problemas que surgieron en la primera región.  Se transfirió el poder decisional de la salud del pueblo: del gobierno a las compañías aseguradoras con fines de lucro.  Bajo el sistema actual de prestación de servicios de salud toma precedencia la capacidad de pago del paciente, sobre  la condición de salud del enfermo.  Frecuentemente se informa del rechazo de pacientes en los centros de tratamiento incluyendo personas con enfermedades mentales, lo que ha llevado a algunos pacientes a quitarse la vida.

    Ante la crisis económica, todos los puertorriqueños hemos tenido que contribuir para aliviar los problemas económicos del gobierno.  Se nos han impuesto aumentos a los servicios básicos tales como electricidad, agua; se impuso el IVU   como contribución adicional en todas las compras excepto los medicamentos recetados y los libros y una reducción en los planes de retiro.  Sin embargo, el único sector de la economía que no ha hecho, o se le ha solicitado y menos impuesto, una aportación para reducir la crisis fiscal es a las compañías aseguradoras.  No han contribuido económicamente: por el contrario, continúan obteniendo  ganancias excesivas al actuar como intermediarios en el Plan de Salud del Gobierno al igual que en los planes de salud privados.  Realmente, su contribución ha sido  sembrar el desasosiego entre la sociedad al racionar los servicios médicos, al no autorizar estudios de diagnóstico y procedimientos quirúrgicos recomendados por  el médico de cabecera del paciente y al intervenir en los medicamentos recomendados por el médico primario y los especialistas.   Este tipo de actuación los expone a demandas legales particularmente si algún paciente resulta perjudicado por la decisión tomada por administradores, separados de la cama del paciente, sin conocimiento propio de la enfermedad que padece  Ya esto ha ocurrido en Estados Unidos.

    Dado que las compañías de seguro tienen ganancias extraordinarias, sugiero que realicen una aportación a los problemas económicos en la salud del pueblo.  Del pago por paciente por mes (ppm) se deben sacar $10.00.  Si hay 1.6 millones de pacientes en el Plan de Salud del Gobierno, la aportación sería de $16 millones mensuales, ($192 millones por año).  $10 millones se asignarían al Fondo Catastrófico del Departamento de Salud para atender pacientes con enfermedades catastróficas o condiciones que no se pueden tratar en el país y $182 millones  serían transferidos al Hospital de Trauma.

    El Fondo Catastrófico carece de suficientes fondos para atender el alto número de pacientes que frecuentemente solicitan ayuda a través de los medios noticiosos para poder cubrir el costo de sus tratamientos.  El pueblo le agradecería a las compañías esa aportación económica a los servicios de salud.

    Enrique Vázquez Quintana, MD

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