Los TCA, lejos de ser elecciones o estados de ánimo pasajeros, son enfermedades que requieren atención médica y apoyo psicológico especializado.
Durante las festividades, como el Día de Acción de Gracias y la temporada navideña, los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) pueden experimentar un agravamiento significativo debido a una serie de factores interrelacionados.
Los entornos festivos, caracterizados por la abundancia de alimentos y las interacciones sociales, crean un contexto propicio para el desarrollo y la exacerbación de comportamientos alimentarios disfuncionales.
Por eso, desde la revista de Medicina y Salud Pública, conversamos con la psicóloga colombiana, María Paula Peña, sobre los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), ahondando más en cómo estos trastornos afectan la relación con el cuerpo y la comida, y, por consiguiente, la salud en general.
Puedes ver la entrevista completa aquí:
¿Qué factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar trastornos de la conducta alimentaria?
Según la experta, uno de los factores más relevantes en el desarrollo de estos trastornos, es el contexto social y cultural, especialmente en la adolescencia. "El entorno, el núcleo familiar, las creencias que hay y los comentarios que recibo en el colegio, en la universidad, o en el espacio en el que me desenvuelvo, son factores importantes", dice. "Este tipo de trastornos particularmente van muy alineados a temas sociales, culturales y de creencias".
Además, afirma que los ideales de belleza promovidos por los medios y redes sociales, contribuyen a distorsionar la imagen corporal de los adolescentes, quienes se enfrentan constantemente a comparaciones con estándares de belleza que, en muchas ocasiones, resultan inalcanzables.
No obstante, también aclara que "por supuesto hay un factor genético de por medio", sin embargo, frecuentemente el entorno es el que impulsa el desarrollo de los TCA.
¿Cuáles son los TCA más comunes?
Entre los trastornos de conducta alimentaria más conocidos se encuentran la anorexia, la bulimia y la dismorfia corporal.
La anorexia: Se caracteriza por una restricción extrema en la ingesta de alimentos, llevando a una pérdida de peso significativa y a un cuerpo extremadamente delgado.
La experta menciona que "entonces, pasamos lapsos de tiempo muy largos sin comer". Esto provoca fatiga y debilidad, ya que el cuerpo no recibe los nutrientes necesarios para su funcionamiento. Además, la falta de alimentos también puede causar otros problemas de salud graves.
La bulimia: Se distingue por episodios de ingesta excesiva de comida (atracones), seguidos por comportamientos para evitar el aumento de peso, como el vómito o el uso de laxantes.
La dismorfia corporal: Aunque menos visible, es igualmente destructiva. Las personas con este trastorno tienen una percepción distorsionada de su cuerpo, viéndose más grandes o con más imperfecciones de lo que realmente son, incluso cuando tienen un peso saludable.
En palabras de la psicóloga, "te ves totalmente diferente en el espejo a lo que los demás están notando y a lo que realmente hay... te sientes extremadamente gorda, con celulitis y me veo todas las imperfecciones como con una lupa".
¿Quiénes son más propensos a desarrollar TCA?
Los trastornos alimentarios afectan en su mayoría a "los adolescentes y mujeres, aunque también los hombres pueden padecerlos". Sin embargo, "a nivel estadístico, la proporción es mucho más alta de mujeres", aclara la experta.
Sobre todo durante la adolescencia, el cuerpo experimenta diversos cambios hormonales y físicos, lo que puede generar inseguridades y presiones externas por conformarse a estándares sociales y culturales de belleza.
Durante esta etapa, los adolescentes no han desarrollado completamente su capacidad racional, lo que los hace más vulnerables a tomar decisiones impulsivas y perjudiciales para su salud, como el abuso de conductas extremas como el ayuno o el vómito.
Según la experta, "como personas emocionales, nos dejamos llevar por impulsos, por decisiones ligeras y por acciones rápidas", mencionó haciendo referencia a algunas conductas nocivas que algunas personas tienen en su relación con la comida, como vómitos, el conteo de calorías en todas las comidas, dejar de alimentarse por tiempos prolongados, etc...
Prevención
Para este punto, a nivel de prevención, la experta recordó que "es muy importante que los núcleos familiares estén atentos a lo que sus hijos consumen en redes sociales y cómo se relacionan con los modelos de belleza que se muestran allí".
Además, explicó que la presión social y la falta de madurez emocional en la adolescencia, puede hacer que muchos jóvenes adopten conductas alimenticias extremas como una forma de lidiar con la ansiedad o la presión por cumplir con estándares estéticos.
Finalmente, con la llegada de festividades y épocas propensas a excesos, la psicóloga recomienda a los amigos o familiares que están acompañando el proceso de personas con TCA, fomentar una comunicación abierta y sin juicios, adaptando los planes nutricionales a la temporalidad sin caer en la trampa de implementar dietas estrictas ni sucumbir a excesos desmedidos.
"Es fundamental buscar un equilibrio durante las festividades. Lo más importante es realizar cada acción bajo el acompañamiento profesional adecuado", concluye la psicóloga.