Oncólogos liderados por Paul Lorigan instan a prohibir totalmente estas cabinas, ya clasificadas como carcinógenos por la OMS. Alertan de un preocupante 'boom' de su uso entre los jóvenes, impulsado por las redes sociales.
La comunidad médica internacional vuelve a alzar la voz contra las cabinas de rayos UVA. Un influyente grupo de expertos del Reino Unido, liderado por el oncólogo Paul Lorigan, ha publicado en la revista The BMJ la siguiente declaración: "las cabinas de bronceado son tan peligrosas que deberían prohibirse".
El melanoma, el tipo de cáncer de piel más agresivo, es ya el quinto cáncer más diagnosticado al menos en Reino Unido, según el Diario El Español, con 17.600 nuevos casos y 2.700 muertes anuales. Las proyecciones indican que estas cifras seguirán aumentando mundialmente en la próxima década.
La evidencia científica que respalda esta postura es sólida y de larga data. En 2009, la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) de la OMS incluyó las cabinas de rayos UVA en el grupo 1 de carcinógenos para humanos, la categoría de máximo riesgo, donde se encuentran el tabaco o el amianto.
Solo Brasil (2009) y Australia (2015) han implementado una prohibición total. La mayoría de países, se limitan a restringir su uso a menores de 18 años. Sin embargo, los expertos consideran que las medidas actuales son insuficientes.
Para ellos, "la solución más rentable para reducir el cáncer de piel" pasa por una prohibición inmediata, complementada con campañas educativas.
La preocupación se acentúa por una tendencia alarmante: la popularidad de estas cabinas está repuntando entre los jóvenes de la generación Z. En las redes sociales, a menudo se promocionan como parte de un estilo de vida saludable, un mensaje que ha calado.
Una encuesta realizada en 2024 en el Reino Unido reveló datos preocupantes: el 43% de los encuestados de entre 18 y 25 años reconoció utilizarlas, y casi la mitad de ellos (49%) lo hacía al menos una vez por semana.
El riesgo es particularmente alto para este grupo. Estudios robustos demuestran que el uso de cabinas de bronceado antes de los 35 años aumenta el riesgo de melanoma en un 59%.
Un metaanálisis de la IARC de 2007 elevaba esa cifra a un 75% cuando la exposición comienza en la adolescencia o la adultez temprana.
En España, donde su uso está prohibido para menores de edad desde 2002, no hay datos recientes sobre el porcentaje de casos de melanoma atribuibles a estas cabinas. No obstante, un estudio europeo de 2012 estimaba que, de los casi 64.000 nuevos casos anuales de melanoma en Europa, unos 3.430 (el 5,38%) podían atribuirse al bronceado artificial.
El Ministerio de Sanidad español, recomienda no usarlas "debido al aumento del riesgo de sufrir melanoma, especialmente en jóvenes". Sin embargo, no se plantea una prohibición total.
Eduardo Nagore, jefe de Dermatología del Instituto Valenciano de Oncología (IVO), valora positivamente la petición británica, pero se muestra más partidario de la información que de la prohibición.
Su postura dice que: "Sabemos que es malo pero no está prohibido. Lo que se ha hecho con la ley ha sido tratar de que quien fume no perjudique al que no lo haga".
Para Nagore, la clave reside en que "los usuarios sean conscientes de los riesgos" a los que se someten, un principio que en España ya se aplica mediante la obligatoriedad de firmar un consentimiento informado antes de cada sesión.