Una investigación con 2,5 millones de participantes revela que incluso el consumo moderado incrementa las probabilidades de desarrollar esta enfermedad, independientemente del tabaquismo.
Un macroestudio internacional que analizó datos de 2,5 millones de personas ha establecido una conexión directa entre el consumo de alcohol y el aumento del riesgo de desarrollar cáncer de páncreas, uno de los tipos de cáncer más agresivos y difíciles de tratar.
La investigación, que representa uno de los análisis más exhaustivos realizados hasta la fecha sobre esta relación, encontró que el consumo diario de alcohol está asociado con un incremento "modesto pero real" del riesgo de cáncer pancreático tanto en hombres como en mujeres, sin importar si son fumadores o no.
Los hallazgos desafían la noción de que existe un nivel "seguro" de consumo de alcohol. Según el modelo continuo desarrollado por los investigadores, incluso dos tercios de una bebida estándar por día aumenta el riesgo en un 3% por cada 10 gramos adicionales de alcohol consumido diariamente.
"Cualquier cantidad puede incrementar el riesgo de cáncer", señalan los autores del estudio, aunque reconocen que "reducir el consumo aún trae beneficios para la salud".
El estudio identificó umbrales específicos donde el riesgo se vuelve estadísticamente significativo:
Para hombres: El consumo de 2 a 3 bebidas alcohólicas por día resulta en un 12% más de riesgo de desarrollar cáncer pancreático.
Para mujeres: La cifra es aún más preocupante, ya que con solo 1 a 2 bebidas diarias, el riesgo aumenta un 15%.
Uno de los aspectos más relevantes de la investigación es que estableció que el alcohol actúa como factor de riesgo independiente del tabaquismo, tradicionalmente considerado el principal factor de riesgo modificable para el cáncer de páncreas.
Esto significa que incluso las personas que nunca han fumado enfrentan un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad si consumen alcohol regularmente.
Los investigadores aplicaron dos enfoques estadísticos diferentes:
El modelo de umbral sugiere que el riesgo no se vuelve significativo hasta alcanzar cierta cantidad de alcohol por día. Sin embargo, el modelo continuo indica que cualquier consumo de alcohol, por mínimo que sea, incrementa las probabilidades de desarrollar cáncer pancreático.
Esta diferencia metodológica es crucial para las recomendaciones de salud pública, ya que el modelo continuo sugiere que no existe un nivel completamente seguro de consumo.
Los resultados tienen implicaciones importantes para las políticas de salud pública y las recomendaciones médicas sobre el consumo de alcohol.
Aunque el aumento del riesgo se describe como "modesto", el cáncer de páncreas tiene una tasa de supervivencia extremadamente baja, lo que hace que incluso incrementos pequeños en el riesgo sean clínicamente relevantes.
El estudio forma parte de un creciente cuerpo de evidencia que vincula el alcohol con diversos tipos de cáncer, reforzando las recomendaciones de organismos internacionales sobre la limitación del consumo de bebidas alcohólicas como medida preventiva.