Expertos puertorriqueños explican cómo la medicina ha transformado el tratamiento del cáncer de seno en las últimas décadas, ofreciendo mejores resultados oncológicos y mayor calidad de vida para las pacientes

En el marco del mes de concienciación y prevención del cáncer de seno, en el Pink Day organizado por la organización Susan G Komen Puerto Rico, la revista Medicina y Salud Pública conversó con dos especialistas que han sido testigos de primera mano de la evolución del tratamiento oncológico mamario en Puerto Rico: el Dr. Bolívar Arboleda, cirujano y Director del Instituto del Seno del Hospital Pavía en Caguas, y el Dr. Carlos Portocarrero, cirujano plástico especializado en cirugía reconstructiva.
La transformación en el abordaje quirúrgico del cáncer de seno ha sido radical. El Dr. Arboleda explica que durante la primera mitad del siglo XX, "se removía la totalidad del seno con los músculos, todos los nódulos de la axila, eso provocaba, aparte del defecto tan grande que quedaba, también provocaba que el brazo se hinchara en la mayoría de esas pacientes".
Desde mediados del siglo pasado, la medicina comenzó a preservar los músculos pectorales, iniciando un camino de mejoras constantes. Actualmente, el cirujano estima que "más o menos un 70, 80% de todas mis pacientes reciben una mastectomía parcial", lo que representa un cambio paradigmático en el tratamiento.
El Dr. Portocarrero fue enfático al describir las consecuencias emocionales de las cirugías antiguas: "Tenías tú el cerebro mutilado, no solamente en la piel, sino en el espíritu y en la feminidad. Así que te tocaba lo más profundo de la esencia de esa mujer que ahora tiene una mutilación que no se deja ver del esposo, se siente mal".
La llegada de los expansores tisulares en los años 80 marcó un punto de inflexión. El especialista en cirugía plástica señaló que "eso cambió todo el país", permitiendo reconstrucciones que no solo restauran la forma física, sino que preservan la autoestima y la autoimagen de las pacientes.
Ambos médicos hicieron énfasis en la distinción entre cirugía estética y reconstructiva. "Cirugía estética se define, está normal, pero a mí no me agrada. Tengo un home en la nariz, tengo copa A, yo quiero ser copa B, eso es estética. Labio fisurado, cáncer de seno y su reconstrucción es cirugía reconstructiva pura", aclaró el Dr. Portocarrero, subrayando que los planes médicos deben cubrir estos procedimientos al considerar al ser humano como "un ente biopsicosocial y espiritual".
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El tratamiento integral del cáncer de seno requiere la participación de múltiples especialistas. El Dr. Portocarrero destacó la importancia del apoyo psicológico:
"No hay duda de que vas a entrar en un proceso de análisis depresivo, de ansiedad, de incertidumbre, ¿dónde me va a llevar esto? Esto lleva a quimioterapia, radioterapia, se me va a caer el pelo. O sea, estás recibiendo múltiples ataques de distintas áreas a la misma vez".
Por su parte, el Dr. Arboleda resaltó el papel fundamental de los navegadores de pacientes: "Para mí una de las ayudas más grandes que yo he tenido en los últimos años es el equipo de navegación que me asiste. Esa navegadora es importantísima porque ella es la persona que ve a esa paciente desde el principio, desde el diagnóstico hasta el final".
Cada caso requiere un abordaje individualizado. El Dr. Arboleda explicó que la decisión entre cirugía conservadora o mastectomía depende de múltiples factores:
"No es lo mismo hacer una cirugía de un tumor que es un solo tumor, está localizado en un solo sitio y es relativamente pequeño, cuando lo diagnosticamos temprano, entonces yo puedo, en esos casos, hacer cirugías conservadoras".
El tamaño relativo del tumor en proporción al seno también es crucial. Como ilustró el cirujano: "Un tumor de un centímetro en una paciente que usa un Brasier 36d, por ejemplo, va a crear un defecto pequeño. Pero ese mismo tumor en una paciente que usa un Brasier 34a comparativo al tamaño de su seno, pues va a crear un defecto más grande".
Los especialistas también abordaron factores de prevención. El Dr. Arboleda señaló que el tabaquismo es "anatema" para la cirugía reconstructiva, ya que "las personas que fuman disminuyen la circulación a los niveles de los vasitos pequeños, capilares y en microcirculación".
De manera controversial, el Dr. Portocarrero llamó la atención sobre el uso de microondas como posible factor de riesgo: "Cuando eso no estaba en las cocinas de Puerto Rico, la mayoría de las señoras tenían más de 60 años de alcance. Y ahora tenemos personas pequeñas, he visto pacientes que usan el microondas dos y tres veces al día, cáncer de seno a los cuarenta y pico de años".
A pesar de la gravedad del diagnóstico, ambos médicos enfatizaron la importancia de mantener la esperanza. El Dr. Arboleda compartió su práctica con las pacientes: "Tienes un tumorcito canceroso, pero tenemos tratamientos excelentes para tu condición. En ese momento, la mayoría de mis pacientes ya lo único que tienen en su cerebro es la palabra cáncer o malignidad".
El cirujano también destacó la importancia del apoyo familiar, solicitando a las pacientes que regresen "con la persona que te va a acompañar durante este trayecto. Puede ser el esposo, el compañero, amiga, compañera, familiar, el que sea".
Los avances tecnológicos continúan mejorando los resultados. El Dr. Portocarrero mencionó herramientas modernas que permiten verificar la vascularización en tiempo real durante la cirugía: "Se puede inyectar sustancias, que tú lo puedes ver en una pantalla si tiene buena circulación, antes de cerrar y poner un espansor".
Con más de 35 cirujanos plásticos en Puerto Rico entrenados en reconstrucción mamaria oncológica, la isla cuenta con los recursos profesionales necesarios para ofrecer atención de calidad a las pacientes con cáncer de seno.
La evolución de las últimas décadas demuestra que es posible combinar excelentes resultados oncológicos con la preservación de la calidad de vida, la autoestima y la dignidad de las pacientes, transformando un diagnóstico devastador en una experiencia manejable con esperanza real de curación y recuperación integral.