Los hallazgos no cambian mucho la forma en que los médicos deben evaluar los riesgos de cáncer en pacientes con problemas de sueño.
La apnea del sueño y otros tipos de trastornos del sueño parecen elevar el riesgo de algunos tipos de cáncer, específicamente el cáncer de próstata, más que otros.
De acuerdo con los resultados de la investigación, el riesgo general puede ser muy variable y se descubrió que algunos problemas del sueño están asociados con un menor riesgo de cáncer y muerte relacionada con el cáncer, tras un análisis de un estudio grande de cohorte observacional con pacientes cardiovasculares.
Los resultados del análisis se publicaron en versión electrónica en la revista Cancer Epidemiology. Los investigadores analizaron la presencia de apnea del sueño e insomnio y riesgo de cáncer en más de 8.500 pacientes en el Cardiovascular Health Study (CHS).
"El hecho de que observamos que ciertos problemas del sueño, como las apneas, están asociados con un riesgo elevado de algunos cánceres, pero no otros, refleja el hecho de que el cáncer es una enfermedad heterogénea", comentó la autora principal, la Dra. Amanda Phipps, Ph. D., profesora asociada de epidemiología en Universidad de Washington y el Centro de Investigación en Cáncer Fred Hutchinson, ambos en Seattle, Estados Unidos, en la publicación realizada en Medscape.
Asociaciones variables en cáncer
Los investigadores evaluaron los problemas de sueño en dos grupos en el Cardiovascular Health Study: un grupo de cáncer incidente de 3.930 pacientes y un grupo de mortalidad por cáncer de 4.580. Dentro de esos grupos respectivos, los investigadores identificaron 885 cánceres de primer incidente y 804 fallecimientos por cáncer con una mediana de seguimiento de 12 y 14 años. La edad promedio de la población de estudio fue de 73 años y el 57 % era de sexo femenino.
Los síntomas de la apnea del sueño se asociaron con un menor riesgo de cánceres incidentes: un riesgo inicial un 16 % menor y un riesgo dependiente del tiempo un 24 % menor. El estudio no mostró asociación entre la incidencia de cáncer y la somnolencia diurna y las apneas.
Sin embargo, hubo una asociación de un riesgo significativamente elevado entre los problemas del sueño y el cáncer de próstata. Un análisis dependiente del tiempo sobre la apnea mostró más del doble del riesgo (hazard ratio [HR]: 2,34), y los ronquidos basales conllevaban un riesgo un 69 % mayor. También hubo una relación dosis-respuesta para los síntomas de la apnea del sueño acumulativos basales, en comparación con la ausencia de síntomas: HR de 1,30 para un síntoma y 2,22 para dos o más síntomas.
Los riesgos de cánceres linfáticos o hematopoyéticos también se asociaron con la somnolencia diurna basal (HR: 1,81), pero no con el insomnio (HR: 0,54).
Con respecto a la mortalidad por cáncer, el estudio no encontró asociación entre los problemas del sueño y el fallecimiento por cáncer. De hecho, encontró una relación inversa global con los ronquidos (HR dependiente del tiempo: 0,73; HR medio acumulado: 0,67) y la apnea basal (HR: 0,69). Asimismo, los pacientes que informaron síntomas de la apnea del sueño tenían riesgos más bajos que los que no tenían síntomas de la apnea del sueño: HR de 0,90 para un síntoma y 0,75 para síntomas múltiples. No se encontró asociación entre ningún síntoma de insomnio y fallecimiento por cáncer.
"Sabemos que las vías que conducen al cáncer de próstata pueden ser muy diferentes de las vías que conducen al cáncer colorrectal. Lo que todavía no entendemos es por qué difieren estas asociaciones o qué mecanismos son responsables de estas asociaciones específicas del sitio del cáncer", destacó la Dra. Phipps.
Se requiere una evaluación del sueño
Los hallazgos no cambian mucho la forma en que los médicos deben evaluar los riesgos de cáncer en pacientes con problemas de sueño, añadió la Dra. Phipps. "Otros estudios han demostrado claramente las implicaciones que tiene la apnea del sueño para una variedad de otras afecciones de salud importantes, como las enfermedades cardiovasculares, por lo que ya hay muchas buenas razones para que los médicos pregunten a sus pacientes sobre su sueño y deriven a los pacientes con especialistas para el diagnóstico y el tratamiento de la apnea del sueño. Este estudio proporciona otra posible razón".
Estos hallazgos proporcionan contexto para futuros estudios sobre la relación entre los problemas del sueño y el cáncer, destacó la Dra. Phipps. "Pero dado que dormir es algo que todos hacemos y dado que los problemas del sueño son tan generalizados, es fundamental que sigamos tratando de comprender mejor esta relación".
"Mi esperanza es que los estudios futuros sobre el cáncer incorporen información longitudinal más detallada sobre los patrones de sueño para ayudarnos a llenar los vacíos actuales en el conocimiento", concluyó.