Por sí solos, los sudores nocturnos no suelen deberse a un trastorno subyacente grave, pero si van acompañados de otros síntomas podría tratarse de leucemia.
Los sudores nocturnos son una experiencia común para muchas personas durante las estaciones cálidas. Sin embargo, también pueden ser un signo precoz de una enfermedad subyacente, como la leucemia.
La leucemia es un cáncer del tejido productor de sangre, como la médula ósea, que provoca un aumento de la producción de células sanguíneas inmaduras o anormales.
La leucemia es un término que se usa para hacer referencia al cáncer de las células sanguíneas. Suele ser de linfocitos o de células mieloides. El tipo de leucemia que desarrolle una persona dependerá del tipo de célula sanguínea que se vuelva cancerosa. Es más usual en personas mayores de 55 años y en niños menores de 15.
La sudoración excesiva por la noche puede ocurrir por varias razones. En algunos casos, puede ser un signo temprano de ciertos tipos de cáncer, incluidos diferentes tipos de leucemia.
La mayoría de los signos y síntomas que experimentan las personas con leucemia se deben a la escasez de células sanguíneas sanas, debido a la superpoblación de células leucémicas en la médula ósea.
En particular, esto afecta a la producción de glóbulos blancos (GB), los cuales combaten las infecciones. Por ello, una persona con leucemia puede ser propensa y experimentar fiebres y sudores nocturnos, ya que el cuerpo aumenta su temperatura para combatirlas.
Diferencia entre los sudores nocturnos normales y los sudores nocturnos de la leucemia
Mientras que la mayoría de la gente suda más durante el día, los sudores nocturnos también pueden ocurrir como un síntoma de la menopausia.
Una persona puede reconocer si sus sudores nocturnos están relacionados con la leucemia u otros cánceres de la sangre basándose en la temperatura y la cantidad de sudor.
Los sudores nocturnos pueden estar relacionados con la leucemia cuando son excesivos, haciendo que una persona se despierte empapada en sudor, incluso cuando se encuentra en una habitación cómodamente fresca. En algunos casos, la sudoración puede ser tan excesiva que la persona empapa las sábanas o la ropa hasta tal punto que ya no puede dormir con ellas.
Además, los sudores nocturnos relacionados con la leucemia suelen ir acompañados de otros síntomas, que pueden incluir:
-fiebre;
-pérdida de peso inexplicable;
-pérdida de apetito;
-fatiga;
En los niños, los síntomas también pueden ser:
-palidez;
-hemorragias o hematomas;
-dolor óseo;
-ganglios linfáticos inflamados (linfadenopatía).
Los signos y síntomas de la leucemia pueden variar en función de la edad de la persona, el tipo de leucemia y el estadio de la enfermedad. También pueden ser similares a los síntomas de otras afecciones.
Normalmente, están relacionados con el efecto del cáncer sobre la producción de células sanguíneas sanas y plaquetas. Los síntomas pueden ser los siguientes:
-reducción del número de glóbulos rojos (anemia);
-reducción del número de glóbulos blancos (leucopenia);
-reducción del número de plaquetas (trombocitopenia);
-dolores óseos y articulares;
debilidad, letargo y fatiga;
-fiebres e infecciones recurrentes;
-facilidad para sangrar;
-facilidad para la aparición de hematomas;
-pequeñas manchas rojas, marrones o moradas en la piel (petequias);
-aumento del tamaño del bazo (esplenomegalia);
-agrandamiento del hígado (hepatomegalia);
-inflamación de los ganglios linfáticos.
Los sudores nocturnos son un síntoma inespecífico y pueden estar asociados a varias afecciones. Por sí solos no suelen deberse a un trastorno subyacente grave.
Una persona sometida a tratamiento para la leucemia también puede experimentar sudores nocturnos como efecto secundario. El Instituto Nacional del Cáncer señala que los sudores nocturnos son comunes en las personas que reciben tratamiento contra el cáncer y pueden deberse a la quimioterapia, la cirugía, la radioterapia y la toma de ciertos medicamentos.
Las personas que experimentan sudores nocturnos debido a la leucemia pueden probar lo siguiente para dormir mejor por la noche:
-mejorar la circulación del aire encendiendo un ventilador y abriendo las ventanas
-bajar unos grados el termostato del aire acondicionado;
-evitar alimentos y bebidas que puedan inducir la sudoración, como los alimentos picantes, el alcohol y la cafeína;
-evitar hacer ejercicio cerca de la hora de acostarse;
-llevar ropa holgada y transpirable;
-quitar demasiadas capas de sábanas;
-intentar mantener un peso saludable;
-practicar ejercicios de respiración y otras técnicas de relajación del estrés, que pueden reducir la sudoración nocturna relacionada con el estrés;
-utilizar sábanas y ropa de cama con tejidos que absorban la humedad;
-mantener agua helada junto a la cama para ayudar a la persona a refrescarse cuando sea necesario;
-preparar compresas o bolsas de hielo;
-ducharse con agua fría por la noche antes de acostarse.
Una persona debe acudir al médico si experimenta con regularidad sudores nocturnos abundantes, sobre todo si van acompañados de otros síntomas.
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